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Rosario Ibarra

Jesús Piedra Ibarra, domicilio desconocido

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    27 de agosto de 2002

    ... No habría fe, si las madres la perdieran; ni esperanza en lo futuro, si las madres la negaran a sus hijos...

    Constancio C. Vigil.

    HIJO MÍO querido: desde hace muchos años no sé en dónde estás. Te imagino así, lleno de padecimientos y de dolor, porque conozco a quienes te arrancaron de mi lado. Los he visto, los he seguido, me he asomado a sus laberintos mientras te buscaba y descubrí su sevicia, su infamia, su crueldad... Sin embargo... ¡A ti te conozco mejor! Te di la vida con todo el amor de que se es capaz; te soñé en mis años juveniles; te anhelé, al lado de tu padre; te sentí latir en mis entrañas y te recibí con gozo extremo aquella mañana fría del 17 de febrero de 1954...

    ¡Cuánta dulzura! ¡Qué inigualable ternura el tenerte entre mis brazos!¡Qué dicha el verte crecer! ¡Cuánto orgullo sentía al saberte íntegro y valiente, firme en tus convicciones fulgurante de verdad y negado a las traiciones! Amabas la vida y ansiabas preservarla, no sólo la tuya, sino la de los demás, sobre todo la de los humildes, la de los pobres, la de los "humillados y ofendidos" de siempre, la de los hambrientos de cuerpo y alma, la de los que siempre padecieron sed infinita de justicia. Estudiabas medicina y te dolían las muertes prematuras por desnutrición; te azorabas porque descubrías que había abuelas de menos de 30 años que parecían ancianas y que cargaban en sus pobres y maltrechos cuerpos, todos los males que por siglos diezmaron a la humanidad... ¡Cómo sufrías por ellas!.. (Y me duele el sólo pensarlo... ¡Seguimos igual!).

    Tenías tan sólo 14 años el 2 de octubre de 1968. ¡Cómo y cuánto sufriste al conocer los hechos!.. ¡10 de junio! (Nos gasearon en la Plaza del Colegio Civil en Monterrey... ¿Te acuerdas?) Y aquel muchacho que murió enfrente de la "Prepa" de la calle Matamoros; aquel al que le disparó un policía una "bala" de gases lacrimógenos... que se le incrustó en el tórax... que en la autopsia llenó de gas el recinto...

    ¡Cómo sufriste por aquella muerte estéril! "El muchacho reía y el policía atrabiliario pensó que se burlaba" dijo la prensa y por eso le disparó al pecho y le clavó aquella bomba explosiva en el sitio en el que Cristo recibió el lanzaso de Longinos ¡Cuánto sufriste por aquella muerte estéril! repito como letanía porque aún me duele lo que tanto te lastimó, lo que tanto se clavó también en tu costado "ardiente de amor" por los que nada o muy poco tenían entre sus pobres manos.

    La mirada dulce de tus ojos brillantes cambió; tu sonrisa fue tomando pinceladas de hielo y acabó por trocarse en un gesto adusto que desleía una enorme tristeza, un dolor infinito, ante el acervo inconmensurable de injusticia, que como la "vieja lágrima", caía inexorable gota a gota por la pendiente oprobiosa a la que la inducía la injusticia... ¡2 de octubre! ¡Crimen terrible! ¡2 de octubre! ¡Impunidad de vergüenza intolerable!.. ¡10 de junio! ¡Rúbrica sangrienta del sátrapa mendaz! Tu juventud rebelde, tu espíritu indomable como el de miles de jóvenes que soñaban una patria libre y un mundo nuevo, no pudo encontrar otro camino... ¡Miles, , miles de hombres y de mujeres jóvenes como tú, guardaron la esperanza del camino pacífico y tomaron las armas para llegar a la meta...

    ¡Una patria libre de ataduras de vergüenza! ¡Una vida digna para los que sufrían por años la ignominia de las carencias totales! ¡algo que sacudiera al sistema hipócrita y que le hiciera asomarse a la verdad del sufrimiento de millones de mexicanos... ¡Aventura !, le llamaron algunos cínicos... ¡Firmeza de convicciones! decimos los que los amamos repetimos los que exigimos justicia... "¿Delinquieron nuestros hijos, nuestros seres queridos?", ha sido la permanente pregunta al gobierno que se jacta de que hay un estado de derecho en este suelo... ¡Hijo mío querido!.. ¿Estado de derecho? hemos preguntado miles de veces... ¿Estado de derecho, cuando te llevaron al Campo Militar Número Uno, en vez de presentarte ante un juez? ¿Estado de derecho, sigo preguntando, ante la impunidad de un Echeverría inflamado de cinismo y ante una llamada "Fiscalía Especial" encubridora sin duda de los crímenes del priísmo en contubernio con el llamado "gobierno del cambio"?

    Hijo mío querido; ¡Cómo me duele ver el engaño! ¡Cómo me lastima la pobreza de convicciones de algunos que no saben o no entienden la responsabilidad enorme de engendrar un hijo... ¡Te di la vida y debo de luchar por ella hasta después de mi muerte! ¡Nunca renunciaré al privilegio enorme de haberte engendrado y de mantener en alto tus ideales y tus anhelos! ¡Jamás aceptaré osamentas a cambio de dinero! ¡Tú, hijo mío querido, no tienes precio! Tu vida trasciende días y meses y años y centurias por el valor de tus ideales... Donde estés, donde te guarden y donde te escondan... ¡Vives! y hasta allí te llegarán estas pobres y doloridas líneas que dicen: Jesús Piedra Ibarra, domicilio desconocido.

    Remite: tu madre, Rosario Ibarra.

    Luchadora social



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