aviso-oportuno.com.mx

Suscríbase por internet o llame al 5237-0800




Carlos Monsivais

Oficios milenaristas

Carlos Monsiváis es ante todo un hombre observador. Escritor que toma el fenómeno social, cultural, popular o literario, y que, con rápido b ...

Más de Carlos Monsivais



ARTÍCULOS ANTERIORES


    Ver más artículos

    28 de noviembre de 1999

    Oficios milenaristas

    Carlos Monsivais


    La descubridora del ingenio de los candidatos Te diri que cuando la conocm no daba un quinto por ella. Y la conocm desde hace mucho porque es mi hermana, y crecimos juntos, mbamos a las mismas escuelas, y por mas que hice no pude ignorar sus limitaciones, las suficientes como para que sus novios me pidiesen siempre que los acompaqase, para no quedarse a solas con ella y sus ocurrencias.

    Asm que me toms de sorpresa saber del ixito de su empresa. Como que no me la creen todavma. Es demasiado. Imagmnate. Comenzs con un dinero que le prests mi papa de su pensisn (a riesgo de parecer parricida, te diri que no creo que la pensisn de mi papa alcance para su forma de vida y sus carrazos. A menos que sea pensisn de la Secretarma de Hacienda). Mi sister alquils un despacho mas bien modesto en el Centro Histsrico, hazme favor, y allm espers a los clientes que no llegaban. Y con razsn. ?Quiin iba a ir al Centro a consultar su horsscopo polmtico?

    Hace seis meses, mi hermana se muds de look, contrats un modista exclusivo, y le dio otro sablazo a mi papa que, de nuevo, le prests de su pensisn pero ya una cantidad maciza. El resultado: despacho en Polanco, muebles postmodernos, computadoras hasta en el elevador, lo que se te ocurra. Y con un cambio de giro: se olvids del horsscopo polmtico, y se concentrs en la arquitectura de personalidad. Le dije: Oye, no seas tan irresponsable. ?Quiin te conts que sabes algo de nada?. Me mirs feo y me respondis: Tu mitete en lo que te importa, que yo no digo nada de que siempre duermes solo. Hiris mi orgullo y le deji de hablar. A ella qui fregados le importa si a mm no me da la gana ligar.

    Mi mama me ha ido contando luego del asunto. Mmriam se invents lo de arquitecta de personalidad, porque se dio cuenta, o alguien le informs, que los polmticos, tan seguros que se ven, siempre traen en la mente sus calificaciones escolares y eso los tortura. Y requieren consejos, apoyo, estudios del perfil adecuado, seleccisn del tinte para el cabello, renovacisn del lenguaje corporal, estilos de saludar, manejo esbelto del beso social, lo habido y lo por haber. Y sin embargo, al principio Mmriam tampoco la hizo, habma demasiada competencia, y te insisto, la oyes hablar y no le confmas ni el cuidado de tu osito Teddy.

    ?Qui pass entonces? ?Csmo le hizo para ser la asesora prsspera de hoy? ?En dsnde encontrs su mina de oro? En una cualidad que para mm era su peor defecto: es una boba irremediable, se rme de todo, todo le hace gracia de veras, sin impostacisn. Cuando iramos niqos, mi papa dejs de contar chistes a la hora de la comida, porque mi sorella se rema tanto que a nadie le quedaban ganas de hablar. Un dma fue a comer un cura bastante solemne y aburrido, que le decmamos el padre Letal, y conts una historia mortmfera de un viaje suyo a Tierra Santa, y de cuando alquils un borrico para revivir la experiencia del Maestro y entrar a Jerusalem. Mi hermana creys que el relato era un chiste y se lo celebrs a carcajadas. ?Y quiin iba encima? le pregunts. El cura no volvis a la casa, mi mama no le habls a Mmriam durante un aqo, y nosotros tuvimos que soportar sus explicaciones: En serio, crem que estaba echando relajo.

    Y esa facilidad innata para localizar la gracia de los seres mas pesados, le sirvis. Se dio cuenta que si tomaban como gracejadas las frases de los polmticos, istos se sentman halagados y la seguman frecuentando. Y de pronto... !la inspiracisn! Que se modernizaran e hicieran del humor el eje de sus campaqas. Que ensayaran con ella sus chistes para los programas de tele. !El exitazo! Lo que le dijeran, le parecis macanudo, destornillante, superduper. Los polmticos, estremecidos por sus carcajadas, se fascinan, memorizando chistes y vuelven con ella siempre. Y por supuesto, la llevan a todas partes, porque si su risa no arrastra las demas, por lo menos llena el lugar del mitin varias horas despuis de que se ha ido.

    Debo aceptar el hecho: mi hermana inspirs la catastrofe de la actual campaqa. Ha convencido a sus clientes de sus dones naturales para el humor y el chiste y los tiene haciendo sketches, tomando clases con los csmicos de teatro frmvolo, bailando, imitando artistas. Y como les festeja todo, los hipnotiza y los persuade a continuar por el rumbo de la comunicacisn corporal, gestual y humoral. Para nuestra desgracia, es arquitecta de personalidad de cinco de los principales candidatos. Y por su culpa, ahora los encuestslogos usan risametro como medida extrema de popularidad. No lo dudo: ella sola es la responsable del tono fznebre de estos meses.



    El localizador de congruencias
    Ni se fijen en su aspecto de impacto a las primeras de cambio. Ni atiendan su conversacisn porque parece ponencia. Mas bien, admiren su conocimiento callado de las disciplinas filossficas y del idioma. En eso es irremplazable, aunque si hemos de ser sinceros esta destreza hasta hace muy poco azn lo tenma dando clase de lsgica en una preparatoria particular por Ciudad Neza. Pero de que sabe, sabe, y de que es el mejor corrector de estilo que conozco, pongo tu mano en el fuego. Por eso no le extraqs a nadie cuando lo contrataron para revisar los discursos de la Campaqa Triunfal, todos los niveles, incluidos diputados. Nadie podra con esa montaqa de lugares comunes y demagogia, se penss. Ni siquiera Anmbal Testut. El trabajo era inmenso, pero con lo que pagaban podma ya considerarse jubilado, no al nivel de la Secretarma de Hacienda por supuesto, pero sm como para vivir en Bosques del Pedregal.

    Me lo encontri hace una semana. Venma en un BMW con chofer uniformado, y portaba un traje de fantasma finisecular, corbata de lami, mancuernillas de zafiros, camisa firmada por Dalm (no si mas, digo lo que me consta), un reloj que pertenecis a Luis XVI (de nuevo, atestiguo) y un aspecto de prosperidad que rebasaba el triunfalismo del momento. Dijeme ver si me explico: era una prosperidad triste, desencantada, que no posema los objetos sino que se dejaba llevar por ellos. Ordens al chofer que detuviera el auto (iba yo a decir la residencia msvil) y me arrastrs a un cafi.

    Me vas a omr porque no tienes nada que hacer. Tz me conociste en mis dmas de gloria, cuando trataba de enseqarle rudimentos de lsgica a un grupo de salvajes que gritaba Pamba al silogismo. Sabma que mi esfuerzo era inztil, que todos mis alumnos terminarman de alcaldes o algo asm, y sin embargo me sentma extraqamente feliz. Existe el gozo de ser incomprendido, el placer de lamerse las heridas del anonimato. Pero la vanidad, que es un pinche espejo de feria, me llevs a aceptar la oferta y desde que comenci no he tenido una hora de sosiego. Syeme y no comentes.

    En efecto, me llamaron para revisar todos los discursos que se pudiese, y para fijar un csdigo de procedimientos. !Perfecto!, pensi. Reviso y mejoro en lo que se pueda un montsn de intervenciones, y de allm desprendo reglas de uso sintactico, eliminacisn de perogrulladas, y acotamiento de la demagogia, que ya si que es la midula, pero por lo menos sm le quito patraqas del tipo: Y a los habitantes de Chalco les prometo que respiraran un aire puro, y que podran decirle a sus mayordomos en las maqanas: Abre la ventana, Alberto, que necesito oxmgeno de calidad. !Imagmnate! Me pensi como un desfazedor de entuertos y de rollos.

    Me concentri dos dmas en la chamba como enajenado. En la noche del segundo dma, llegs el que me habma contratado agitado y furioso. Me perturbi: ?Qui pass? Fue al grano: "Oiga, no le pagamos este sueldazo para que usted cometa tarugadas (no uss el tirmino tarugadas, ni tampoco dijo pendejadas. Fue mas fuerte). Ya vi sus correcciones. En todos los casos mejora el texto, le quita cursilerma, le baja el volumen a las promesas. ?Y eso quiin se lo pidis? Usted esta aqum para otra cosa, y conste que le hablo de usted para evitar la cercanma, esta para quitarle la congruencia a los discursos, ?qui no se da cuenta? ?O a poco nos creys lo de la renovacisn? Fmjese, amiguito, a nosotros nos ha distinguido siempre que nadie puede fijarse en lo que decimos, nadie, ni el mas pintado, y eso nos permite concentrarnos en la polmtica y no perder el tiempo con el jueguito de las ideas y demas sonseras (Por supuesto, tampoco dijo sonseras). Si un discurso se entiende y es fluido, nos hace daqo. ?Agarra la onda? Nos convierte en una opcisn, algo inaceptable. Lo que queremos de usted, amiguito, es algo elemental. A veces, a nuestros redactores por descuido se les cuelan parrafos comprensibles y, algo peor, discursos enteros congruentes. Allm entra usted. Tiene que quitarles cualquier lsgica, meter frases que no tengan que ver, saquelas de cualquier artmculo del perisdico, que le quede claro a los oyentes o a los lectores, por si hay alguno, que somos los mismos y que no nos van a entender. Por las palabras no nos agarran, y mientras tengamos el poder, por las auditormas menos. Asm que psngase abusado, y mschele la coherencia a los discursos, respete y haga respetar nuestra tradicisn.

    Se calls de pronto. Se levants y se fue sin despedirse. Iba llorando el pobre imbicil y ni siquiera pags la cuenta.



    ARTÍCULO ANTERIOR
    Editorial EL UNIVERSAL Un Hoy No Circula más justo


    PUBLICIDAD.