De la Madrid, ¿presidente engañado?
17 de febrero de 2002
1. LA gran oportunidad de liberar al país de la poderosa red de criminalidad política y financiera que lo atrapó desde hace 20 años parece presentarse por primera vez, con las asombrosas declaraciones que esta semana hizo Miguel de la Madrid Hurtado, quien gobernó a México de 1982 a 1988. En la cuenta del gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado debe acreditarse que se le murió en las manos la seguridad nacional de México, llegando al extremo de clausurar en 1985 la Dirección Federal de Seguridad de la Secretaría de Gobernación, cuando se hizo ostensible que los cárteles habían infiltrado a los propios órganos encargados de la seguridad interna del Estado. En esos planos de descomposición criminal de las instituciones ocurrieron los asesinatos del agente de la DEA estadounidense Enrique Camarena y su piloto aviador Avelar; de José Luis Ezqueda; de Francisco Javier Ovando y Gil Heraldez, los dos operadores electorales de Cuauhtémoc Cárdenas que fueron ejecutados en la víspera de las turbias elecciones de 1988 que llevaron a la Presidencia a Carlos Salinas; pues son eslabones de una ola de crímenes impunes ocurridos durante su sexenio. 2. Resultan sorprendentes las afirmaciones del ex presidente, al autodefinirse como "un presidente engañado", porque todo el mundo fue testigo del surgimiento y auge del poder de los cárteles y de la narcopolítica mexicana justamente durante su sexenio. Más que un "presidente engañado" la historia lo clasificará como "un presidente manipulado", que entregó el poder a los grupos de mayor perversidad política y capacidad de depredación económica. 3. Veamos algunos datos breves de lo ocurrido en el sexenio de Miguel de la Madrid Hurtado. Primero, es necesario recordar cómo logró ser candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional, no tanto usando el juego de simulaciones de lealtades que fingió a José López Portillo, sino antes que nada en su adhesión incondicional al modelo macroeconómico al que se sometió con fe ciega, aunque significara una debacle económica y social para las regiones y los sectores menos desarrollados de México. Durante su sexenio se pagó por primera vez un servicio de deuda externa que fue superior al total de la deuda externa del gobierno. 4. El Censo Nacional de Población de 1980 fue un paso importante en la cadena de engaños financieros, demográficos y socioeconómicos que el presidente José López Portillo recibió de manos de Miguel de la Madrid Hurtado, y su audaz equipo de economistas neoliberales, encabezados por Carlos Salinas de Gortari y Rogelio Montemayor, entre otros. 5. Si de engaños a presidentes habláramos, tenemos que leer las memorias de José López Portillo explicando las cifras maquilladas que su secretario de Programación y Presupuesto le entregaba (Miguel de la Madrid) en coordinación con el secretario técnico del gabinete económico (Carlos Salinas de Gortari). Esos datos están publicados por José López Portillo en Mis tiempos. Biografía y testimonio político , dos volúmenes, aparecidos en 1988 con el sello editorial de Fernández Editores. 6. El engaño lo denunció José López Portillo en sus memorias con estas palabras: "Día 3 de noviembre de 1981: El problema fundamental me lo van a plantear en tres cuartos de hora en el gabinete económico. La situación económica se me ha deteriorado en función de un déficit muy severo. Al nivel de endeudamiento. Peso sobrevaluado y riesgo de fuga de capitales. Tendré que ser muy cuidadoso. La inflación sigue sus niveles. He tenido que tomar medidas en materia de precios y tarifas. Para mi desconcierto, ahora con un nuevo secretario técnico en el gabinete económico, Rogelio Montemayor, que sustituye a Carlos Salinas de Gortari, resulta que Hacienda tenía razón en la cifra del déficit". (Pág. 1112, Volumen 2, obra citada). 7. El presidente José López Portillo lo dejó para la historia escrito así en sus memorias: "La amarga sospecha de que las disparidades tan notables en las cifras del déficit de 1981, sobre las cuales se tomaban decisiones importantes, no se debían tanto a criterios técnicos como a la pretensión de cubrir el insuficiente manejo del ajuste ordenado para 1981. Quedo en sospecha" . (Pág. 1112, Volumen 2, obra citada). 8. Pero fue durante el sexenio 1982 a 1988 cuando pudimos ver en plenitud el despliegue de poder e influencia de una élite política corrupta y decadente, decidida a criminalizar el sistema político y financiero con la tolerancia del presidente Miguel de la Madrid, no por engaño sino con su autorización. Como senador de la República pensé en ese sexenio que el presidente haría algo para detener ese derrumbe y la respuesta fue un hermético silencio. Las instrucciones del presidente a su secretario Emilio Gamboa Patrón fueron de impedir que nadie lo molestara exponiéndole los problemas del país. Y en ese Senado de la República del que fui parte, todo terminó por gravitar alrededor del senador por Nuevo León Raúl Salinas Lozano. 9. Miguel de la Madrid nos sorprendió ahora con su frustrada vocación por la justicia buscando aclarar los crímenes del pasado, pero con ello nos autoriza a exigirle el esclarecimiento de los crímenes ocurridos durante su gobierno, como son los asesinatos de los periodistas Manuel Buendía, Carlos Loret de Mola, Héctor Félix, por mencionar sólo tres de los 74 periodistas asesinados durante el régimen de Miguel de la Madrid, como los documentó el investigador Carlos Moncada en su libro Periodistas asesinados . 10. La fase delincuencial del neoliberalismo que asaltó el poder en México desde 1982 ha llegado a su fin. Le ha tomado 20 años a la sociedad mexicana poder organizarse para exigir la reconstrucción de sus instituciones. Pero ha llegado el momento de recordarle tanto a los gobernantes del pasado como a los de hoy, que ser presidente de México es ser heredero moral del presidente Juárez y que la banda que llevan en el pecho no se les puede caer, llamándose a engaño, por no haber tenido la estatura intelectual ni el coraje moral para defender al país cuando ejercieron el poder de la Presidencia. Mucho ganaría nuestro país en materia de justicia y gobernabilidad, si Miguel de la Madrid Hurtado decidiera aplicar su afán justiciero para que los mexicanos sepamos la verdad de los crímenes que su sexenio dejó impunes. hernandezhaddad@hotmail.com Ex senador de la República (PRI)


