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La emoción fue celebrar

Israel Germán| El Universal
Miércoles 22 de noviembre de 2006
El lanzador de Arizona disfrutó ver a sus compañeros contentos tras ganar el gallardete; agradece a Reynoso

Los Diamondbacks de Arizona perdían 2-1 al iniciar la baja de la novena el juego siete de la Serie Mundial de 2001 ante Yanquis de Nueva York.

Luis González se convirtió en el héroe al pegar un sencillo con la casa llena ante Mariano Rivera y logró que los Diamondbacks dejaran en el terreno a los Yanquis y conquistaran la Serie Mundial tras ganar 3-2.

La celebración había comenzado. El estadio alcanzó el nivel de ruido más alto en su historia, por haber presenciado una hazaña y el júbilo era indescriptible. Todos salieron del dugout a festejar y abrazarse con sus compañeros. Miguel Batista fue el último en salir.

"Me gustó quizás ver de un modo exterior toda la celebración, fue una gran batalla, donde jugamos un buen beisbol, pero para mí, la Serie Mundial fue muy emocionante, pero lo digo porque fue muy emocionante ver a mis compañeros tan contentos", dijo Batista, quien en ese juego, tuvo labor de relevo con un tercio de inning trabajado.

"El último que salió del dugout fui yo. Me quedé sentado allí, viendo a todos mis amigos riéndose y brincando. Creo que ver la emoción, una lluvia de personas dentro del estadio, todos empezaron a correr. Los fanáticos y yo fui el último en unirme a la celebración", añadió.

Miguel Descartes Batista Jerez se define asimismo como dominicano por destino, pelotero por profesión y poeta por pasión.

Su calidad humana, su buen desempeño en el diamante y la capacidad de escribir, están en perfecta armonía dentro de su vida.

Para Batista, creador de "Ante los ojos de la Ley", escribir y jugar beisbol tienen matices distintos, aunque en su más reciente libro exista una cuota similar de suspenso, a cuando tiene las bases llenas sin outs en el campo.

"Escribir es un suspenso distinto. Generalmente un despertar de consciencia, una evolución de conocimiento. Cuando estás pitcheando es un choque de adrenalina, donde buscas sobrevivir ante una competencia, es diferente, es el hacer o morir. En la escritura es más bien el evolucionar para poder vivir", dijo.

Ante los ojos de la ley se convirtió en una creación de Batista, apegada a lograr una satisfacción personal y aunque tardó un poco, llegó.

"Pensé en escribir un libro que me gustara a mí, contar una historia que llenara mis expectativas, porque muchas veces uno lee un libro o ve una película y se pregunta uno si hubieran hecho ésto o lo otro hubiera sido mejor", comentó el lanzador.

Batista reconoce a Armando Reinoso, lanzador mexicano ex ligamayorista, como uno de los jugadores de quien más aprendió para mejorar, mientras tuvo oportunidad de compartir el campo con él en Arizona.

"He aprendido de muchos, pero uno a quien le debo un sinnúmero de agradecimientos es a Armando Reinoso, quien mientras estuvo en 2001 y 2002 me enseñó muchas mañas de pitcheo que me han ayudado en mi carrera", dijo.

"La curva que todos saben que la tiro, me la enseñó Armando y los bateadores me confiesan su inconformidad al ver que se las tiro, en una semana me dijo: ´Vamos a practicarla´. Gracias a él, mi carrera dio un giro inmenso", agregó el pítcher.

Felipe Alou fue quien le enseñó a forjarse un carácter de dureza en las Grandes Ligas y en la vida. Aún lo recuerda con gratitud.

"Le agradezco a Felipe Alou haberme enseñado a ser una persona dura, me dijo, no te confías de nadie, ni de mí. Porque yo voy a tomar decisiones de acuerdo con mi profesionalismo y no por fanatismos", dijo.



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