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El "negocio" de lucha libre debe continuar

Marco Sotelo | El Universal
00:42Ciudad de México | Domingo 29 de marzo de 2015

Thunder, Último Guerrero y Rey Escorpión enfrentaron a Marco Corleone, Máximo y Rush en la estelar de este viernes en la Arena México. Jorge Serratos

La noche no opaca el colorido de la lucha libre en las inmediaciones de la Arena México. Jorge Serratos

La memoria del Hijo del Perro pasea entre los comerciantes que aguardan en la Arena México. Jorge Serratos

Se rindió homenaje al Hijo del Perro Aguayo, líder de Los Perros del Mal. Jorge Serratos

La Lucha Libre mexicana inmortaliza a sus guerreros del ring. Jorge Serratos

El Hijo del Perro Aguayo será el gran ausente en las carteleras del pancracio nacional. Jorge Serratos

Volador Junior, Valiente y Atlantis también hicieron acto de presencia ante los rudos Rey Bucanero, Terrible y Shocker. Jam Media

Sin embargo, la función debe continuar. Jam Media

Atlantis es castigado por El Terrible en la Arena Mxico

Lucha libre Atlantis es castigado por El Terrible en la Arena México. (Foto: Gonzalo López/Jam Media )

A una semana de la muerte de Aguayo Jr. sus productos se venden más, pero su trayectoria y muerte ya es anécdota

marco.sotelo@eluniversal.com.mx

No se escucha el “¿dónde están perros?” [de Cartel de Santa], himno de batalla de Perro Aguayo Jr. El aullido del líder de la ‘jauría del mal’ se extinguió para siempre. Las lágrimas secaron. El luto fue fugaz. No hay más tiempo para lamentos. El ‘negocio’ de la lucha libre debe continuar.

Se abren las taquillas de la Arena México, la gente se amontona en tropel para comprar un boleto, de 35 hasta 320 pesos. Llora el cielo, la calle de Dr. Lavista se empapa, los comerciantes protegen sus puestos con plásticos para evitar que se mojen las máscaras, los juguetes, las playeras. La camiseta más solicitada del momento es la negra con la leyenda “Perros del Mal” plasmada en todo el pecho y la fecha de la muerte del ‘Perrito’, así como una despedida en el dorso.

Jaime Rojas, quien es vendedor desde pequeño, lleva ocho años con su puesto de playeras afuera de la Arena. Él describe a la perfección la “dulce amargura” de haber perdido a uno de sus grandes ídolos del pancracio.

“Esto es algo que nos duele. Yo lo conocí, siempre fue muy amable, muy humilde y nos ayudó mucho. Se sufre con su pérdida, pero hasta muerto nos ayudó, así de noble es el ‘Perrito’. Porque hay que decirlo como es, ahora se venden mucho sus productos, piden mucho sus playeras, lo que nos beneficia a todos. La verdad no hay quien llene sus zapatos. Yo lo recordaré como una gran leyenda”.

Doña Esperanza ofrece juguetes, réplicas de los gladiadores. Hace un par de días le compraron el último que tenía del Hijo del Perro, sin embargo nunca más lo venderá. “Sí lo tenía, pero ya lo vendí y no lo vuelvo a traer, porque la verdad no me gusta meterme con los muertos”, dijo tajante.

Las puertas del coso de la colonia Doctores engullen a la multitud ansiosa por guarecerse de la lluvia. Varios con las capas de hule aún sobre la espalda, se enfundan sus máscaras. Unos quieren experimentar en carne propia lo sublime de ser héroes en el anonimato, otros sólo buscan divertirse.

En las butacas las cervezas corren una tras otra. Sobre el cuadrilátero los protagonistas ejecutan sus evoluciones. Máximo, Rush y Marco Corleone son los técnicos. Rey Escorpión, Thunder y Último Guerrero los rudos. Ellos son la atracción, imanes de piropos y maldiciones. Los ‘malvados’ se llevaron la velada en dos caídas.

En la contienda preestelar Atlantis ‘Bondad’, Volador Jr. y Valiente sucumbieron ante Shocker ‘El mil por ciento guapo’, Terrible y Rey Bucanero, quienes hicieron de las suyas sobre la lona para lograr la victoria.

De pronto, un grupo de aficionados con la capucha de Rey Mysterio Jr. se pone de pie y se caldean los ánimos entre el respetable.

“¡Pin... asesinos. Ya siéntense!”, les gritan desde las filas de atrás. “Sólo saben matar perros”, arremeten contra ellos en tono de burla.

“Y todavía nos pagan por eso”, contestó con sarcasmo uno de los enmascarados. Un gesto rudo.

Y la risa se generalizó entre el público cercano. Así el desapego de los ‘aficionados de ocasión’ por el luto, por la muerte del Hijo del Perro Aguayo.

Los técnicos están afuera, en la venta callejera, como Armando Mendoza, quien tiene más de 20 años con su puesto, quien confiesa tristeza por la muerte del luchador, aunque también es de los beneficiados. “Los productos del ‘Perrito’ se venden ahora como si se tratara de un artista, porque la gente quiere tener un recuerdo de él en casa”, dijo Mendoza.

Ya pasaron nueve días de la trágica muerte del ‘Can Menor’, ya no se escuchan sus nocturnos aullidos. El Consejo Mundial de Lucha Libre ya no lo honrará con más homenajes. Sigue el ‘negocio’. La lucha continúa.



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