“La verdad, si en ese año [1964], si en ese partido no hubiéramos ascendido, quizá no lo hubiéramos hecho nunca. En serio ¿ya pasaron 50 años?”. Los recuerdos vuelven a la mente de Roberto Muciño, un extremo derecho, nacido en Jasso y que ese 19 de enero, de hace 50 años, anotó un par de goles para ayudar a que Cruz Azul ascendiera a Primera División.

El ascenso se consiguió y Jasso cambió, “claro que cambió, desde el nombre. Los demás clubes comenzaron a protestar porque cada vez que se nombraba el nombre del equipo, se la daba publicidad al cemento y se cambió el nombre de la ciudad”.

Muciño vive a las espaldas del estadio 10 de diciembre. De vez en cuando lo recorre, ve un juego y recuerda aquellos tiempos en los años 60. “El equipo tuvo ángel desde el inicio. Te digo, si no lográbamos el ascenso en ese año, yo creo que nunca. Éramos la novedad, muy rápidos, muy correlones, por eso nos llamaban las Liebres, además de que el uniforme de visita era todo blanco. Pero si seguíamos un año más en Segunda, seguro que los demás equipos se hubieran aprendido nuestra forma de jugar”.

Cruz Azul subió y estuvo durante sus primeros años en la Primera División con un equipo formado netamente por mexicanos y al final de la década [1968-69] consiguió su primer título de Liga y de Copa para ser Campeonísimo.

Y también con puros mexicanos: “Pero llegó gente de más experiencia, como El Halcón (Gustavo) Peña y (Jesús) del Muro, la defensa de la Selección Nacional que acababan de regresar de Inglaterra (del Mundial de 1966). En ese tiempo prestaron a José Luis Guerrero a los Pumas, igual al Kalimán (Javier Guzmán)”.

Hoy en Ciudad Cooperativa se respira la nostalgia. Los sobrevivientes del ascenso son tratados como leyendas vivientes.

“Nunca me iré de esta ciudad. Aquí quedan del ascenso Aurelio Calvillo, Raúl Arellano, Héctor Pulido. Los demás andan regados en el DF y otras partes. Estamos bien, el club nos trató bien”.