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MORELIA.— Monarcas vino de atrás. Todo lo malo del primer juego lo borró al ganar 3-0 a Cruz Azul y por global de 3-2, pasó a la gran final del futbol mexicano, donde enfrentará a los Pumas de la UNAM.

En diez minutos, Morelia puso un pie en la final con dos tantos de Rafael Márquez, y en la agonía del juego Jaime Lozano puso el último clavo al ataúd. En un juego que terminó en bronca, debido a las burlas de Tomás Boy a la banca cementera y después la invasión de la cancha por parte de un aficionado, lo que podría provocar que los michoacanos sufrieran el veto de su estadio. Cruz Azul terminó con nueve hombres por las expulsiones de Giménez y Romo; por parte de los locales, Miguel Sabah se perderá la final.

La Máquina termina el torneo de mala manera. No pudo llegar a las dos finales que se propuso, de Concacaf y la Liga. Ahora vendrá la evaluación, valorar si se cumple a Enrique Meza el renovarle el contrato y apuntalar al equipo que terminó dependiendo mucho de la inspiración de Christian Giménez.

Todos sabían lo que iba a pasar durante los primeros 15 minutos de juego. Todos sabían que Monarcas saldría a matar o morir para tratar de acortar o igualar la desventaja con la que regresaron del estadio Azul.

Todos lo sabían, hasta Cruz Azul, pero algo no se enchufó en la mente de los cementeros, que en los primeros 10 minutos perdieron todo lo ganado en la ida. Tomás Boy cambió formación y sus jugadores cambiaron actitud, tanto que Rafa Márquez, desaparecido en la ida, apareció en dos ocasiones, primero con un certero remate con la cabeza y enseguida para presumir su velocidad y en mano a mano superar con tiro bombeado a Corona.

Dos lagunas defensivas de Cruz Azul costaron la ventaja y la eliminatoria, ya que 2-0 apenas al minuto 10 fue demasiado. Lo peor no terminaba ahí para el conjunto de Enrique Meza, Emanuel Villa fue cazado por los defensas de Morelia, le dieron donde más le dolía y lo sacaron del juego. Cruz Azul no reaccionaba a la desventaja, Meza, debido a la lesión de Tito y la desventaja metió desde el minuto 35 a todo su arsenal ofensivo, Isaac Romo y Javier Orozco, pero el tercer tanto de los morelianos estaba más cerca que un gol celeste.

Con Christian Giménez más retrasado, y Javier Aquino en mala noche, Cruz Azul no podía abrir a la nueva defensiva Monarca, mientras que Aldo Leao se regocijaba dando pases filtrados a Márquez y a Joao Rojas.

La eliminatoria estaba abierta, a pesar del golpe moreliano, Cruz Azul sólo necesitaba un gol para volver a pisar la final, aunque se mantenía el peligro latente del contragolpe michoacano.

No se veía por dónde podría Cruz Azul revivir. Pero los últimos minutos llegaron y Morelia entregó la iniciativa totalmente a los cementeros. Sólo un milagro podía cambiar esto, y al minuto 87 llegaba, cuando Torrado centró a segundo poste, Domínguez recentró y Chuleta estuvo a punto de volverse héroe, pero quien lo hizo fue Huiqui, pues se aventó sobre la línea para salvar a su equipo. De ahí nació el contragolpe y el gol que acabó de matar a los cementeros, de otro ex azul, Jaime Lozano.

Lo que siguió fue la catástrofe. Tomás Boy mostró su falta de clase al burlarse de la banca rival, que respondió queriendo pelear. Luego un aficionado entró a la cancha y todo fue un caos.