SAN FRANCISCO (Reuters).— Un testigo clave en el juicio por perjurio contra la ex estrella del beisbol Barry Bonds testificó que el toletero admitió el uso de esteroides e incluso se quejó de dolor tras recibir inyecciones.

Steve Hoskins, un amigo de la infancia y ex socio de Bonds, dijo que la primera vez que se dio cuenta de que el ex jugador de las Grandes Ligas había usado esteroides fue cuando le pidió que investigara los efectos de los anabólicos en la salud: “Se quejó de dolor en su trasero por las inyecciones”.

Vestido con un traje gris, Barry, de 46 años y quien se ha declarado no culpable, observaba cómo Hoskins contaba ante un juez detalles de una amistad que se remonta a cuando eran niños, ya que los padres de ambos eran deportistas profesionales en San Francisco.

El caso de Bonds es una de las últimas hebras de una larga investigación sobre el uso de sustancias dopantes en el beisbol. Hoskins dijo que vio a Bonds y a su entrenador personal Greg Anderson entrar en un dormitorio y cuando Anderson apareció llevaba consigo una jeringa. En otra oportunidad, Barry dijo que si Anderson no lo inyectaba él lo haría por sí mismo, añadió.

Posteriormente, el tribunal escuchó una grabación digital que Hoskins hizo de forma secreta a Anderson mientras hablaba de las inyecciones a deportistas con esteroides ilegales.

Hoskins dijo también que Bonds le pidió que investigara los efectos secundarios de los esteroides Winstrol.

El testimonio de Hoskins siguió a más de tres horas de declaración del agente de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), Jeff Novitsky.

Los cargos en el caso se derivan a partir de 2003, cuando Bonds apareció ante un jurado y testificó que no usó esteroides ni hormonas de crecimiento, y que Anderson no le inyectó ninguna sustancia.