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ESTOCOLMO.— En un hecho inédito, la Academia Sueca anunció la tarde de ayer la decisión de retirar el premio Nobel de Literatura al escritor chino Mo Yan debido a las críticas suscitadas por sus posiciones políticas y, en su lugar, otorgarlo, fuera de fecha y protocolo, al peruano, también polémico, Alfredo Bryce Echenique, específicamente por su obra periodística.

La postulación fue presentada por el propio narrador con el respaldo de la Universidad de San Martín Román de Lima, en la que Bryce se graduó de bachiller en derecho en 1963, abogado en 1964, bachiller en literatura con una tesis sobre Hemingway en 1964 y doctor en literatura en 1977 con una tesis sobre Henri de Montherlant, autor de esa célebre frase que se le ha oído un par de veces al propio Bryce Echenique en los últimos meses:

“Como las lámparas necesitan petróleo, los hombres necesitan ser alimentados con cierta dosis de admiración. Cuando no son admirados suficientemente, mueren”.

En sus argumentos, Bryce, cuya obra se caracteriza por difuminar las fronteras entre realidad y ficción, no evadió el asunto del plagio que recientemente fue reavivado tras la concesión del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances, todo lo contrario, se refirió al mismo desde la primera línea.

En su residencia de Lima, en el acomodado barrio Marconi, el autor de Un mundo para Julius ayer dictó palabra por palabra a su nueva secretaria (se desconocen los motivos por los que la anterior fue despedida): “No he plagiado… Nunca lo he hecho. Hay gente que quiere todos los premios para ellos. ¡Que se jodan! Son unos frustrados. Los tribunales no me han condenado, y, por el contrario, me han absuelto en seis o siete casos. Todo ha sido por la maldad de alguien. Por envidia”.

Con sus declaraciones, Bryce se adelantó a los críticos que habían cuestionado ya en septiembre que la Feria Internacional del Libro de Guadalajara le otorgara el galardón, a pesar de las más de 16 denuncias en su contra por plagio de varios artículos periodísticos.

Pero ello no impidió que el narrador mexicano Juan Villoro reiterara su pregunta: “¿Merece el Balón de Oro un futbolista que ganó el Mundial pero en otros 16 partidos dio positivo por dopaje?”

En una entrevista publicada por el diario sueco Dagens Nyheter, el académico rumano Calin-Andrei Mihailescu volvió a defender al peruano: “Una o 17 columnas de pequeños artículos periodísticos es algo menor”, comentó.

En el mundo hubo reacciones muy diversas. En redes sociales se crearon numerosos hashtags como #Quesejodan que encabezó trending topics, seguido de #Unerrordemisecretaria, #Permisoparaplagiar y #Dandolepenaalatriste.

En Lima, donde desde septiembre se creó el Frente de Apoyo a Bryce, “A trancas y barrancas”, encabezado por Laura Bozzo y 99 intelectuales más, tuvo lugar la noche de ayer una marcha desde la Plaza Dos de Mayo hasta la Plaza San Martín, en el Centro Histórico, en apoyo al que todos conocen como el Niño Terrible o Niño Goyito. En el acto, los manifestantes, tras bailar el Gangnam Style, desfilaron con ejemplares de los libros del escritor y leyeron fragmentos de sus obras A vuelo de buen cubero y Su mejor negocio. Al término de la marcha se le oyó a Bozo decir su ya conocida frase: “Que pase el desgraciado”, sin embargo, nadie se movió de su lugar.

A un costado de la plaza, este reportero tuvo un encuentro a puerta cerrada con Julius, aquel niño solitario, curioso e intuitivo característico de varios personajes de Bryce Echenique, quien nos reveló la verdadera historia que subyace a la expulsión del entonces estudiante de 13 años del Colegio Santa María, capítulo conocido como el del Callejón Oscuro. Aquel suceso, dijo brevemente Julius, no tuvo que ver con la instrucción militar sino con un ordinario plagio en un examen que al día de hoy sigue despertando sospechas.

Y sospechosas también son todas las informaciones publicadas en esta página de Cultura, hoy, en el Día de los Inocentes, así que si inocente palomita te dejaste engañar...