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Con tecnologías para el análisis geológico utilizado en zonas arqueológicas de Teotihuacan, Chichén Itzá y Oaxaca, un equipo de arqueólogos mexicanos indaga la ubicación de la casa natal de María de Magdala en esta ciudad contigua al mar de Galilea, en Israel.

Marcela Zapata, investigadora de la Universidad Anáhuac del sur y coordinadora del proyecto, informó que datos de campo previos a la exploración de dos hectáreas que iniciarán el próximo año, ayudaron a localizar estructuras arqueológicas del tipo de basílicas edificadas en el periodo bizantino (siglo IV, d.C), una de las cuales se dedicó a María Magdalena en su pueblo natal.

“Tenemos ubicados por los mapas de geofísica una zona en la que el borde de los muros y la distribución espacial y arquitectónica nos podría indicar que ahí hay una basílica”, explicó la investigadora que está a cargo de las excavaciones.

Según indican fuentes históricas consultadas por los arqueólogos, posterior al debacle demográfico de Magdala por la invasión de los romanos, en el siglo IV después de Cristo en este sitio se edificó una basílica en honor a la mujer más cercana a Jesús de Nazareth, después de la virgen María, y que en el Nuevo Testamento es descrita como una cortesana que siguió los pasos del nazareno hasta su crucifixión.

De hallarse esta basílica, se prevé que ocupe una superficie de 12 metros cuadrados y cuente con ornamentos arquitectónicos comunes en su época de edificación, como pisos con incrustaciones de mosaico o mampostería.

Entre las dificultades que podrían enfrentar para la interpretación de estos hallazgos, explicó la arqueóloga, está la escasez de fuentes documentales que hagan referencia al sitio estudiado.

“Existen pocas evidencias de lo que ocurría en este territorio en el periodo que abarca el primer siglo después de Cristo. Es en esta misma etapa cuando Magdala fue abandonada ante la incursión de los romanos”, dijo y precisó que también enfrentan la posibilidad de que esta estructura corresponda a una edificación distinta.

Otra de las áreas que prevén explorar en este predio son los límites costeros de Magdala con el Mar de Galilea. Sin embargo, explicó Zapata, existen limitaciones presupuestales y de especialización que dificultan la exploración marina. “Si investigáramos es muy probable que encontremos embarcaciones utilizadas por los pescadores en el periodo que estamos estudiando”.

Para ampliar las excavaciones se analiza la colaboración de dos instituciones de educación superior en Israel, una de ellas la Universidad de Haifa que cuenta con especialistas en arqueología marina.

Luego de dos años de trabajos en este predio de tres hectáreas, de las que sólo se ha estudiado una, las técnicas de análisis de materiales utilizados en México por el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM mostraron que las ánforas asociadas comúnmente con el almacenamiento de vino, fueron utilizadas también para resguardo de granos, agua y otros alimentos.

“Tenemos un pueblo completo y el reto es hacer las interpretaciones y recrear la vida de los habitantes en el siglo 1 d.C”, concluyó la líder de los arqueólogos.