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La cerámica de Alberto Díaz Cossío, en el Museo Franz Mayer

Diego Silva| El Universal
Viernes 17 de febrero de 2012
La cermica de Alberto Daz Cosso, en el Museo Franz Mayer

SOPERA CON CAPULLOS. Es una forma habitual en la labor del ceramista. (Foto: CORTESÍA: MUSEO FRANZ MAYER )

Los caminos que ha recorrido Díaz Cossío para llegar a ser el reconocido ceramista que es hoy van desde estudios en marina y contabilidad, ambos sin concluir

Clínica de Periodismo

El trabajo con cerámica a altas temperaturas tiene 53 años de existencia en México, sin embargo, la falta de difusión provoca que “los ceramistas se rasquen con sus propias uñas”, como lo dice el ceramista Alberto Díaz de Cossío, egresado de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM y quien presenta la muestra La cerámica debajo de la piel en el Museo Franz Mayer.

Los caminos que ha recorrido Díaz Cossío para llegar a ser el reconocido ceramista que es hoy van desde estudios en marina y contabilidad, ambos sin concluir. “Las cosas del arte y las cosas sociales”, como las denomina él, eran lo que realmente le llamaba la atención y los resultados que arrojó una semana de tomar pláticas de orientación vocacional con el maestro Cervantes lo llevaron a cursar la subcarrera de artes aplicadas.

Comenta que su cuadratura y vocación la encontró “en poder expresar con la mente y con las manos, un objeto”. Esta mentalidad lo llevo a conocer a otros tres ceramistas: Hugo Velásquez, Graciela Díaz de León y el recién fallecido Jorge Wilmot, quienes lo acompañaron en lo largo de su carrera y vida; con estos mismos personajes forma el grupo Cono 10 y con ellos también hizo varias exposiciones en los años cincuentas.

El gusto por el trabajo con cerámica lo lleva a fundar en 1967 el Taller Experimental de Cerámica, en un terreno de Coyoacán, donde instala sus dos primeros hornos; hacía cuatro horneadas diarias.

De acuerdo al comunicado emitido por el Museo Franz Mayer, Cossío colabora de 1974 a 1988 con el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (FONART) y con ellos monta alrededor de 25 talleres-cooperativas alrededor del país.

La decisión del maestro Cossío por tomar la técnica de altas temperaturas se debió a la gama de facilidades que esta brinda para trabajar los hornos o “socios”, como él los llama. El ceramista compara la temperatura inicial de los hornos para el trabajo con cerámica con la misma que emite un cigarro al fumarlo, esta técnica es conocida como quema de fogata y va de los 700 hasta los mil 315 grados centígrados, los cuales sirven en para colocar el esmalte y definir la dureza, durabilidad y resistencia a la abrasión.

De acuerdo con el recinto, la exposición Alberto Díaz Cossío, la cerámica debajo de la piel incluye un mosaico de más de 70 piezas de cerámica elaboradas con la técnica de alta temperatura al torno y en vaciado, las cuales ha realizado el ceramista a lo largo de su carrera; algunas con imágenes de la tradición mexicana que remiten a la naturaleza como platones, copas, teteras y piezas decorativas de distintas formas y tamaños.

Además se exponen algunas de las piezas de la etapa de colaboración con FONART.

“El maestro Díaz Cossío ha participado desde los años 60 a la fecha, en múltiples exposiciones individuales y colectivas en México, Estados Unidos, Canadá, Japón y Francia”, según el museo, que con esta muestra continúa con el apoyo a la promoción de la cerámica utilitaria.

Alberto Díaz Cossío, la cerámica debajo de la piel es una muestra temporal en el museo Franz Mayer, que permanecerá del 17 de febrero al 22 de abril de 2012, además se podrá disfrutar de distintos talleres relacionados a la aplicación de esmaltes, la arcilla como materia prima y la utilidad de los productos de cerámica.



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