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En el marco del centenario del nacimiento del escritor Francisco Tario (1911-1977), el domingo inicia un programa de actividades en torno de su vida y obra.

La Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes ha organizado una mesa que se llevará a cabo el domingo seis de noviembre a las 12 horas, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes. Especialistas disertarán sobre lo más representativo de la obra de este autor y sobre la huella que ha dejado en las generaciones actuales.

La mesa estará formada por Geney Beltrán y Alejandro Toledo, quienes expondrán las razones por las que Francisco Tario es considerado pilar de la literatura fantástica en México. También se contará con la participación de Aldo González quien ofrecerá una puesta en escena del cuento La noche del buque náufrago.

El escritor

Francisco Peláez Vega nació en la Ciudad de México el 9 diciembre de 1911 y murió en Madrid el 30 de diciembre de 1977. Pasó buena parte de su infancia en Llanes, norte de España, de donde venía la familia.

En el texto de la exposición, el curador de la muestra, el periodista Alejandro Toledo refiere que “serán dos mares muy distintos los que alimenten su escritura: ese océano Atlántico del norte español, conocido y sentido en la niñez, y ese otro océano descubierto más tarde, el Pacífico, de la costa acapulqueña”.

A los 19 años, Tario trabaja con el abuelo en la Casa Peláez, es arquero del Club Asturias y empieza su noviazgo con Carmen Farell. Toledo cita que una revista deportiva de la época lo definió en su portada como “el portero de más clase en México”.

La vida de Paco Peláez en las canchas termina —según Alberto Arriaga— una noche de septiembre, quizá de 1934, cuando el atlantista Juan Trompito Cañedo clava sus “tacos” en los riñones del guardameta; las zapatillas de futbol eran casi armas punzo-cortantes, y la lesión lo empujará al retiro. Tras su boda con Carmen Farell, el escritor pasará años refugiado en la música y la escritura.

“El ser que publica en 1943 La noche y Aquí abajo se ha transformado incluso físicamente: esa larga cabellera que exhibía en los lances futbolísticos es sustituida por una cabeza a rape, y no firma los libros Paco Peláez, el guardameta, sino Francisco Tario, palabra esta última tomada de una lengua prehispánica, la purépecha, y que según él mismo significa ‘lugar de ídolos’”, escribe Toledo.

La muestra reseña que el escritor español José Moreno Villa, comentó sobre el mexicano: “...Es todo un escritor. Temo, sin embargo, que nunca le hagan académico. Lástima, porque en las Academias hay fantasmas, y tendría un buen campo de experimentación.”

La exposición en homenaje

Del 10 de noviembre al 22 de enero en el Centro de Creación Literaria “Xavier Villaurrutia” se presentará la muestra de fotografías y documentos “Las noches de Francisco Tario, en el centenario de su nacimiento”.

La exposición destaca que “la cuentística mexicana tiene en Tario a uno de sus representantes más exquisitos, extravagantes y atípicos. Autor de una obra imaginativa e inclasificable, Tario ha sido como una ola que va y viene con distinta fuerza hasta convertirse en tormenta”.

Es una muestra fotográfica y documental, compuesta por más de 100 piezas, un recorrido por la vida y legado del escritor desde distintos ángulos: el del atlético guardameta hasta el artista de la lente, aunado al bon vivant, el inspirado pianista y al hombre de familia amante de su esposa, Carmen Farell.

El 10 de noviembre, a las 18 horas, también se realizará el evento “Reescribiendo Equinoccio/ TuiTario: 100 años”, en el cual participarán León Plascencia Ñol, Ivonne Reyes Chiquete, Iris García Cuevas y Antonio Ramos Revillas, con la moderación de Toledo. Esta actividad también se realizará en el Centro de Creación Literaria “Xavier Villaurrutia”.

El material exhibido en “Las noches de Francisco Tario. En el centenario de su nacimiento” procede del archivo personal del autor, facilitado por su hijo menor, el artista plástico Julio Farell.