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Restauración psicológica a partir del contacto con áreas verdes

El Universal
Jueves 20 de octubre de 2011
Restauracin psicolgica a partir del contacto con reas verdes

COMPROBADO La psicología ambiental ha documentado, por ejemplo, que pacientes psiquiátricos muestran mejoría en sus patrones comportamentales cuando son expuestos a áreas soleadas con elementos de vegetación. (Foto: Archivo EL UNIVERSAL )

Académicos de la Facultad de Psicología realizaron un estudio en Ciudad Neza para evaluar los efectos emocionales y cognoscitivos de la interacción con la naturaleza urbana

Un estudio realizado por académicos del Laboratorio de Ecología Social y Desarrollo Comunitario de la Facultad de Psicología de la UNAM concluyó que el efecto de la naturaleza en el funcionamiento social cotidiano de los seres humanos es de gran relevancia, sobre todo en algunos ambientes urbanos, donde la oportunidad de tener contacto con áreas verdes es limitada.

De acuerdo con María Montero, coordinadora del citado laboratorio, la exposición de los individuos a las áreas verdes tiene un efecto restaurador, funcional y psicológico.

“La psicología ambiental ha documentado, por ejemplo, que pacientes psiquiátricos muestran mejoría en sus patrones comportamentales cuando son expuestos a áreas soleadas con elementos de vegetación”.

Basados en este tipo de hallazgos, María Montero y Joel Martínez-Soto propusieron el concepto restauración psicológica asociado a la restauración ambiental, para documentar el efecto que tiene la naturaleza urbana en el funcionamiento emocional y cognoscitivo de los individuos, en su familia y en la comunidad.

“De esta evidencia emerge nuestra línea de investigación. En este primer acercamiento, con base en la teoría de la restauración psicológica, en combinación con la evaluación de los potenciales componentes restauradores del ambiente, tratamos de documentar el impacto que posiblemente produciría el contacto con las áreas verdes (a los niveles individual, familiar y comunitario) en el funcionamiento emocional y cognoscitivo, en congruencia con una perspectiva ecológico-social”, puntualiza la académica.

Estímulos suaves

Martínez-Soto se planteó como tesis doctoral un estudio en una comunidad de la colonia Prados de Aragón, Ciudad Nezahualcóyotl (el municipio más poblado de México, con una gran escasez de áreas verdes), para evaluar los efectos emocionales y cognoscitivos del contacto con la naturaleza urbana intra vivienda (la que cada individuo puede observar desde las ventanas de su casa, incluyendo plantas y árboles domésticos, y foto-murales) y con la naturaleza urbana extra vivienda (las áreas verdes que se localizan a una determinada distancia de la casa de cada individuo).

“Las áreas verdes son estímulos suaves que hacen que la atención dirigida hacia diferentes estímulos descanse. La persona, entonces, se recupera mediante un mecanismo denominado atención involuntaria o fascinación; en ella también se observa la restauración de la atención, que ocurre en el aspecto cognoscitivo”, explica Martínez-Soto.

Asimismo, se ha observado que la exposición a áreas verdes tiene como efecto una restauración emocional en personas que muestran fatiga mental, que puede derivar en irritabilidad, impulsividad y, a veces, agresividad.

Aspecto atencional

En la colonia Prados de Aragón de Ciudad Nezahualcóyotl se evaluó principalmente el aspecto atencional de cada uno de los individuos, o sea, qué era lo que sucedía a nivel cognitivo si aquél tenía contacto con la naturaleza urbana intra vivienda.

“Esperábamos que hubiera una mejora en la capacidad atencional de las personas al estar en contacto con ese escenario y, a nivel emotivo, que tuvieran una sensación de tranquilidad, una menor distracción y una mayor concentración”, dice la especialista.

En el plano familiar, el estudio tenía como supuesto que la gente en contacto con ambientes con cualidades restauradoras, con una mayor cantidad de áreas verdes urbanas, tendría una mayor percepción de restauración.

“Creíamos que este tipo de estímulos visuales agradables influiría en la armonía del hogar, lo cual repercutiría a su vez en la familia. A nivel comunitario, pensábamos que percibiríamos una mayor seguridad pública vecinal, porque la bibliografía dice que la gente rodeada de áreas verdes interactúa más con sus vecinos y puede sentirse más serena, tranquila y, de alguna manera, menos insegura emocionalmente”, abunda Martínez-Soto.

Segun Montero, cabría contextualizar el concepto restauración ambiental, abordándolo desde una perspectiva ecológica social que permita documentar la influencia de factores contextuales y, al mismo tiempo, identificar potenciales consecuencias del déficit restaurativo a nivel individual, familiar y comunitario.

“Coloquialmente podríamos decir que la restauración ambiental se asocia a la percepción de elementos naturales que promueven una sensación de bienestar que facilita la atención cognoscitiva”, apunta.

Antes de emprender su estudio en la colonia Prados de Aragón, los académicos diseñaron ciertas escalas para cuantificar la naturaleza en la casa de las personas encuestadas.

“Elaboramos unos registros que denominamos ‘directos’: desde el interior de la casa tomamos fotografías del exterior para saber lo que sus habitantes veían. Cada fotografía era dividida en cuadrantes con un determinado valor en función de la cantidad de área verde visible. Posteriormente, jueces externos analizaron esas fotografías y evaluaron la cantidad de áreas verdes visibles en cada cuadrante, lo que constituyó uno de los cinco registros directos desarrollados ex profeso”, explica la especialista de la UNAM.

Además, se tomaron en cuenta los datos obtenidos por los entrevistadores, relacionados con el área verde y sus referencias en la casa (macetas, jardineras, foto-murales), así como la propia evaluación del entrevistado. Los tres aspectos se triangularon y se obtuvo una medida de potencial de restauración ambiental.

Funcionalidad

En cuanto a la naturaleza urbana extra vivienda, se midió con un podómetro la distancia que separaba a las casas objetivo de las áreas verdes; luego, para precisar la ubicación y el tamaño de dichas áreas verdes, y la distancia con respecto a las casas encuestadas, se utilizó tecnología satelital.

Otro aspecto que tomaron en cuenta los académicos universitarios fue la funcionalidad de las áreas verdes.

“Sin esta cualidad, aquéllas no servirían para cumplir la función restauradora. Por eso diseñamos una escala que nos permitiera medirla. Nuestra medición se concentró en varios aspectos: mantenimiento, mobiliario, iluminación, visibilidad adecuada (de afuera hacia adentro, y viceversa)”, comenta Montero.

Los académicos le asignaron a cada espacio una categoría, como “funcional” o “estéticamente agradable”, entre otras, con el fin de clarificar el concepto área verde benéfica emocionalmente o ambiente restaurado.

Conclusiones

En este estudio, las expertas de la Universidad Nacional desarrollaron 14 instrumentos para dar cuenta del impacto nocivo de la carencia de áreas verdes en el individuo, así como en su familia y en su comunidad.

Dichos instrumentos de observación, registro y medición fueron probados, validados y confiabilizados, con lo cual es posible disponer de ellos en el contexto nacional para evaluar problemas de salud mental vinculados con la restauración ambiental.

Las conclusiones de la primera etapa de este estudio ya fueron conocidas por los funcionarios del municipio de Ciudad Nezahualcóyotl.

“La idea es que apoyen las eventuales políticas públicas que se lleven a cabo en aquella zona”, dice Montero.

 

Más información en los correos electrónicos: montero@unam.mx y masjmx@yahoo.com.mx. (Rafael López)



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