A los pocos días de que los príncipes de España, Felipe y Letizia, presentaron la Ortografía de la lengua española, en México los editores agremiados en la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem) solicitaron un curso de actualización sobre las nuevas reglas ortográficas.

La encargada de darlo fue Silvia Peña-Alfaro, directora de Comunicart, un despacho de consultoría en lingüística aplicada, quien asegura que el problema es que hay un divorcio entre las nuevas disposiciones ortográficas y su difusión y aplicación.

“Por nuestra experiencia sabemos que las obras de la Academia de la Lengua, como el Diccionario Panhispánico, La Nueva gramática de la lengua española y ahora la Ortografía no tienen la difusión adecuada y la gente se limita a consultar el diccionario, pero mucha gente incluso no sabe que el diccionario está en Internet”, dice la maestra en lingüística hispánica.

Señala que esta Ortografía es una obra completa, profunda, fundamentada y bien hecha “pero no es tan didáctica como se propone”, además “no hay una política lingüística adecuada que permita que estas obras lleguen al gran público, ni siquiera la SEP ha volteado a verla”.

Incluso asegura que la ortografía en sí misma es arbitraria y que los cambios que se proponen no tienen en sí una justificación lógica, pero esa es la naturaleza de la ortografía, dictar normas que son arbitrarias.

Dice que la Ortografía confirma que “tenemos una flamante obra, muy conveniente para los especialistas, pero hay una pobreza que mantiene al margen de estos productos culturales al público en general”.

El curso “La ortografía de la lengua española: últimas noticias”, que dio a los editores mexicanos y que se repetirá del 19 al 23 de septiembre, pretende ir más allá de indicar cuáles son las reglas, quiere hacer conciencia de la importancia de la ortografía porque “hay un desprecio por esta disciplina, pero al mismo la misma sociedad recompensa a quienes la utilizan bien”. (Yanet Aguilar Sosa)