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“El cuerpo es el vehículo para llegar al trance ”

Alida Piñón| El Universal
Viernes 29 de abril de 2011
El cuerpo es el vehculo para llegar al trance

COREÓGRAFO. Forma parte del jurado de Ópera Prima en Movimiento . (Foto: LUIS CORTES. EL UNIVERSAL )

Julio Arozarena quien formó parte del Ballet Nacional de Cuba dirigido por Alicia Alonso, se encuentra en México para ser parte del jurado de la quinta edición del programa Ópera Prima en Movimiento

ana.pinon@eluniversal.com.mx

Cuando Julio Arozarena se preparaba para convertirse en uno de los mejores bailarines de su generación, no sólo en su país de origen, Cuba, sino del mundo; pasó por un periodo de duda, de búsqueda de respuestas. Entonces, el maestro Alberto Alonso (1917-2007), un cubano que logró posicionar a la danza clásica en un lugar privilegiado, logrando con ello un reconocimiento personal que pocos compatriotas suyos han alcanzado, le dio un gran consejo.

“¿Estás buscando un camino y no lo encuentras? No te preocupes por hallar la ruta, ni por caminar, sólo salta”, le dijo. Y el bailarín Julio Arozarena saltó.

El ejecutante que formó parte del Ballet Nacional de Cuba dirigido por Alicia Alonso y se convirtió en uno de los principales de esa compañía, se encuentra en México para ser parte del jurado de la quinta edición del programa Ópera Prima en Movimiento que se transmitirá el domingo 2 de mayo a las 21:00 horas por Canal 22.

Además, Arozarena que durante la década de 1990 fue uno de los principales solistas del Béjart Ballet Lausana y hoy es su subdirector artístico, impartió una conferencia magistral a los alumnos que están buscando el primer lugar en el reality show. A propósito de su visita, EL UNIVERSAL conversó con el también coreógrafo:

Ha visto a la danza como un arte dependiente, no siempre el gremio ha acordado con usted.

Sí, no me gusta mucho decir esto porque molesto a mis colegas, pero para mí la danza sí es dependiente, porque se puede hacer una coreografía sin música pero hay un clima y una teatralidad, un decorado, es decir, siempre necesita de algo. Nosotros dependemos de eso, debemos saber cómo utilizar el vestuario, la escenografía, la arquitectura; la danza es un complemento.

El cuerpo humano es una maravilla, pero ha sido más útil e incluso más maravilloso cuando se la ha dotado de otras posibilidades, ya sea un instrumento, un vestuario, un sombrero o un zapato.

 

 

Ya que en la danza el cuerpo es el instrumento, ¿es el arte donde se puede encontrar una mayor espiritualidad?

 

Es posible, pero sería un poco injusto con las otras artes. El arte, en cualquiera de sus formas, es un acto espiritual cuando se hace con cierto nivel. No importa en lo que creas, siempre he considerado que el arte está ligado a lo espiritual, hablo de lo más interior que tiene el ser humano. En la danza, el cuerpo es el vehículo para llegar al estado de trance y alucinación.

 

 

¿Qué opinión tiene después de trabajar con los jóvenes mexicanos?

 

Que tienen muy buenos elementos, pero sobre todo me encantó la voluntad que tienen para aprender y para hacer bien las cosas. Voy a ser sincero, nunca me imaginé estar involucrado en un reality show, pero creo que este programa es muy importante para que se valore la danza y que sepan que los nos dedicamos a la danza no vivimos en un cuento de hadas, sino que detrás hay un trabajo muy grande que merece respeto y apoyo; si para lograr esto se tiene que hacer una emisión como esta, pues bravo.

En México no son pocos los que apuntan que no es un país con autoridad en la danza clásica. Si esto es cierto, ¿es un fenómeno que se padece como región latinoamericana?

Hay un desnivel en América Latina, es verdad, pero también es justo decir que hay compañías en muchos de los países con gran tradición, lo que falta a la región es voluntad política para sostener y elevar el nivel.

El asunto es que cada compañía de los diferentes países debe tener una identidad, no el sentido nacionalista o folclórico, sino una personalidad que interese al mundo.

Digamos que hay un teatro inglés que está interesado en una compañía que baile La Bella Durmiente. ¿La buscará en México? Quizá, pero entonces tendría que ser un montaje verdaderamente extraordinario para atrapar la atención de los ingleses. Yo creo que al mundo, en todo caso, lo que le interesa es qué baila México, qué es lo que está creando, quiere averiguar si los mexicanos están utilizando el repertorio clásico o contemporáneo para lograr una identidad.

¿Qué opina sobre revitalizar el repertorio clásico?

No soy conservador y aunque hay que respetar lo clásico, nos debe quedar claro que El Lago de los cisnes no se puede bailar igual que hace 10 años ni igual que mañana. Hay que desempolvar el repertorio, pero para hacerlo falta mucho rigor del que cada vez se carece más. Si no quieres trastocar lo clásico, entonces tienes que proponer.

A las compañías de América Latina le falta su distintivo, así que programas como Ópera Prima ayuda a que la gente sepa que hay una masa juvenil interesada en esta profesión y que está dispuesta a entregarse a la danza y ejercerla, transformarla, dimensionarla. Sin duda en México hay grandes bailarines y hay que ayudarlos.

Usted le tiene un aprecio especial a Michel Descombey, como sabrá él se encuentra en un periodo de duelo tras la desaparición de su compañía. En este sentido, ¿qué es lo peor que le puede pasar a un artista de la danza?

No lo sé, quizá que no pueda expresarse, que le quiten su medio de expresión. Descombey me enseñó a aprender, a saber qué es lo que se debe escuchar: todo. Él me enseñó que debemos absorberlo todo para después escoger, que debemos saber mirar. No creo que él sepa que sus enseñanzas me ayudaron profundamente en mi carrera, pero sí sé que lo que hizo por mí fue por su enorme generosidad. Así que lamento la tristeza de alguien a quien quiero y admiro muchísimo.

¿Cómo se logra el éxito?

No hay secretos. Si tienes talento y respeto por lo que haces, entonces el resultado será, sin duda, favorable. No queda más que el rigor, la exigencia y el respeto, en nuestro caso, hacia el público.

 

 

 

 



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