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El historiador Juan Miralles traza en su obra La cinco rutas de Hernán Cortés un mapa de las travesías que el conquistador español siguió para moverse por el territorio mesoamericano recién descubierto y llegar a Tenochtitlan.

Editado por Fomento Cultural Grupo Salinas, el libro narra la epopeya de este conquistador que logró dominar con destacada habilidad un imperio que ostentaba miles de guerreros experimentados.

El volumen de 379 páginas, con imágenes que ilustran los episodios referidos, proporciona anécdotas, datos y reflexiones sobre el encuentro de estos dos mundos. Juan Miralles se apoya para la reconstrucción de estos relatos en las crónicas de Bernal Díaz del Castillo y en las de Francisco Cervantes de Salazar.

La primera ruta que el historiador detalla y que títula “Cozumel: el arribo de Cortés” inicia con la llegada del ejército cortesiano a la Isla de Cozumel, su paso por Tabasco, Veracruz y Tlaxcala hasta su llegada a Tenochtitlan.

“Una refriega española” corresponde a la ruta que Cortés emprende hacia San Juan de Ulúa para enfrentar a las tropas enviadas por Diego de Velázquez. En este recorrido Hernán Cortés pasa por lugares distintos a la experiencia anterior, entre ellos Ozumba, Tetela, Atlixco y Cholula.

Después de atacar el campamento enemigo y capturar a Pánfilo de Narváez, Cortés regresa a Tenochtitlán. Ese viaje de regreso es la tercera ruta que el historiador denomina “Guerra en Tenochtitlan, muerte de Moctezuma”. En este trayecto Cortés hace un viaje de Zempoala a Tlaxcala, donde planea el ataque a Tenochtitlan.

En el capítulo “La Noche Triste” Miralles narra lo que considera la cuarta ruta, corresponde a la rebelión de los mexicas en contra de la ocupación española y la retirada de éstos en la noche conocida como la Noche Triste. Las cinco rutas finalizan con “La caída de Tenochtitlan”. Capítulo que abarca desde la incursión de Cortés por tierras del estado de Morelos para preparar el asedio a Tenochtitlan hasta la captura de Cuauhtémoc.