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Revertir cambios en Bellas Artes: ICOMOS

Yanet Aguilar Sosa| El Universal
Martes 18 de enero de 2011
Revertir cambios en Bellas Artes: ICOMOS

RESARCIR. Arquitectos, historiadores, restauradores e ingenieros, son los especialistas que trabajan con ICOMOS en el expediente donde documentarán las modificaciones “innecesarias” que sufrió la sala de conciertos. (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )

La asociación que preserva el patrimonio trabaja en un expediente que presentará a la UNESCO a finales de enero. El próximo lunes un grupo de especialistas recorrerá el recinto

yanet.aguilar@eluniversal.com.mx

Revertir las remodelaciones que se hicieron a la sala principal del Palacio de Bellas Artes y exigir una auditoría técnica pasa saber qué empresas realizaron los trabajos, con qué características, cuánto cobraron y quién autorizó los contratos, son dos de las principales demandas que promoverá ICOMOS México ante la UNESCO y ante las autoridades mexicanas correspondientes.

Durante la primera reunión convocada en las instalaciones de esa instancia internacional que tiene representación en México, comenzaron a acordarse las acciones de protesta contra la intervención “criminal” y el “verdadero atentado” que hizo el Instituto Nacional de Bellas artes en el recinto que es patrimonio artístico desde 1987.

Arquitectos, historiadores, ingenieros, restauradores y otros tantos especialistas y ciudadanos, de la talla de Carlos Flores Marini, Víctor Jiménez, Ramón Bonfil Castro, Alicia Vergara, Alfonso Suárez del Real y Alberto Pérez-Amador Adam, exigieron que las autoridades del INBA reviertan las modificaciones que sufrió la sala principal del Palacio de Bellas Artes y que era absolutamente innecesarias.

Aún cuando ICOMOS no cuenta todavía con la documentación necesaria sobre la que respaldar el expediente que presentará a la UNESCO antes de que termine enero, su presidenta, Olga Orive, dijo que están en el proceso de reunir la documentación e información.

Por eso, una comisión conformada por alrededor de diez personas, entre ellas, los arquitectos Carlos Flores Marini, Víctor Jiménez y Carlos González Lobo, el doctor Alberto Pérez-Amador, el doctor Salvador Díaz Berrío, el ingeniero Domingo Pánico y la presidenta de ICOMOS, Olga Orive, hará un recorrido por el Palacio de Bellas Artes, el próximo lunes 24 de enero; y el miércoles 19 de enero, otra comisión acudirá al Senado de República para abordar dicha problemática.

Modificaciones innecesarias

Según un estudio solicitado por el propio INBA entre 2002 y 2003, se demostró que la sala principal no requería de ningún cambio profundo, ni de sustitución de la torre de tramoya o de problemas de isóptica o acústica que necesitará una intervención drástica. Lo que era indispensable era el cambio del cableado de la instalación eléctrica.

Ese estudio realizado por el ingeniero Domingo Pánico, señalaba que el INBA debía reponer luminarias y acaso hacer algunas actualizaciones a la torre de tramoya, pero nunca sustituirla. El levantamiento incluía también la manufactura para poder hacer la restitución de algunos elementos con los que devolverle la calidad original en aspecto y en operación al edificio.

En el estudio de 2003, se incluía el presupuesto, estimado en 800 millones de pesos, para la restauración general del Palacio de Bellas Artes, incluida la restauración de las fachadas y consolidación de la cantera y mármoles.

Ese documento fue el que presentó Teresa Franco, entonces directora del INBA, a los diputados para que le aprobarán el presupuesto que era de 500 millones de pesos, destinados a cambiar el cableado eléctrico, corregir problemas de seguridad y protección civil, pero nunca para intervenir la sala.

Siete años después el costó fue de más de 700 millones de pesos pero en modificaciones “innecesarias” como las calificaron Víctor Jiménez, Carlos Flores Marini y Domingo Pánico, entre varios especialistas más.

Documentan “la masacre”

El arquitecto Víctor Jiménez, quien fuera director de arquitectura de Bellas Artes, aseguró que la intervención al recinto fue “deliberadamente destructora” y que en esta protesta ciudadana se enfrentan a gente que sólo “los respalda su ignorancia”.

Sin embargo, reconoció que revertir lo que se hizo en la sala, como quitar los chapeos de madera plastificada, recuperar los niveles originales del escenario y regresar a la distribución que existía de la butaquería, puede echarse para atrás con una inversión mucho menor a los 700 millones de pesos o más que se gastaron en la intervención.

“Desde luego nadie piensa sensatamente que en este sexenio van a asumir que tienen alguna responsabilidad, ellos creen que no hicieron nada malo, pues desde el momento en que bajaron de la página la información decidieron que ellos hicieron lo correcto; si no hubo responsable en la guardería ABC, mucho menos en Bellas Artes. Nadie va a decir que lo hicieron mal porque en ese momento deberán darnos a un responsable”, señaló Víctor Jiménez.

Dijo que deshacer el entuerto no significa volver a tirar tal cantidad, pues dice que se puede hacer con honestidad y con los pies en la tierra, tal como se hizo en los años en que se terminó de construir el Palacio de Bellas Artes.

En ese entonces, México estaba viviendo una crisis económica severa que se puede ver en los acabados del vestíbulo principal donde el mármol es de menor calidad, pues no se podía comprar mármol fino. “No se trata de volver a tirar dinero. Se tiró dinero con estos cambios, de eso no hay duda”.

Irresponsabilidad moral

Entre las varias peticiones que realizaron las más de 30 personas que se dieron cita en la sede de ICOMOS México está hacer una denuncia con la finalidad de que se persiga a los responsables de esas intervenciones, sin embargo, no fue aceptada porque dijeron que el objetivo de esa instancia es proteger el patrimonio, por lo que es mejor exigir una auditoria y un llamado al INBA por irresponsabilidad moral.

La historiadora Guadalupe Lozada, cuestionó la irresponsabilidad del INBA, dijo que se trata de la autoridad que tendría que normar el patrimonio artístico del país, en cambio “cometió una masacre en la sala principal que es el máximo recinto cultural de México y violó todas las leyes”.

El arquitecto Carlos González Lobo sugirió que el expediente se base en el hecho de que la obra dañada no es el edificio sino la sala de conciertos que el alma mater de México y que atentó contra tres cuestiones: la visibilidad, la acústica y la evacuación del público.



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