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Trinchera fusiona proyecciones y sonidos para entender el arte

Sonia Sierra| El Universal
Viernes 15 de enero de 2010
El grupo presentará la pieza “Bis repetita placent” en el Laboratorio Arte Alameda

ssierra@eluniversal.com.mx

Trinchera Ensamble llega al Laboratorio Arte Alameda (LAA) para presentar este sábado una obra que es performance, instalación, expanded cinema, arte sonoro y también artes plásticas.

Bis repetita placent es una pieza que el colectivo diseñó especialmente para este recinto, una obra de arte efímero -tiene una hora de duración-, sin guión predeterminado, una mezcla de improvisación y accidente controlado, donde se podrá ver el trabajo de alrededor de 20 personas que son cineastas, artistas plásticos y sonoros.

Con ella, La Trinchera tiene como fines romper las barreras que existen tradicionalmente frente a qué hacer o no en el cine, recuperar las formas análogas de hacer arte y situar el hecho creativo como una relación entre artista, espectador, tecnología, al contrario de lo que pasa frecuentemente, que el artista sea el centro de atención.

La obra que pondrán este sábado a las 20:30 horas es, como en sus anteriores propuestas, una experiencia cinemática generada a partir de la fusión de proyecciones y sonidos análogos.

El trabajo de los artistas busca destacar la experiencia colectiva, la necesidad de impulsar unos y otros la labor conjunta.

Dos de los fundadores del colectivo, Manuel Trujillo y Rafael Balboa, quienes vienen del mundo del cine experimental, explican que en los extremos del salón del LAA se instalarán, a modo de trinchera, dos grupos de artistas que, por medio de antiguos proyectores de diapositivas, películas y acetatos que los propios artistas intervinieron o que en el momento mismo del performance, serán intervenidos o afectados por otros materiales o por el azar mismo. En esa diversidad de intervenciones se verán los efectos de un taladro, el movimiento de los hilos como en el teatro de sombras, hidrogel, arenas, refractarios burbujas. No hay software, dicen los artistas, hay más bien uso del aire, la luz y la sombra.

“Defendemos una postura ante el arte contemporáneo -interviene la artista Aisel Wicab, también integrante del grupo-. El arte tiende a la tecnología, a lo espectacular y hay un bombardeo permanente, pero está vacío de contenido. Por eso cambiamos, queremos el uso directo del material e intervenimos por collages, pinturas en miniaturas o con los puros efectos de la luz”.

Balboa describe que entran en escena proyectores de acetato, diapositiva, de cine en 16 y 35 milímetros y de video. Define el trabajo del colectivo como una pieza de cine que rompe la cuarta pared y echa a un lado la pasividad del espectador. En ese sentido, por ejemplo, en medio del performance, el público podrá caminar por el espacio del salón, acercarse a las mesas y “trincheras” desde donde los artistas proyectan sus obras para observar el cómo, el contacto entre creador y materiales.

El grupo como refugio

A lo largo de cinco años, La Trinchera (http://trinchera-ensamble.blogspot.com/) ha creado obras para las que recupera en tianguis y mercados de pulgas viejas películas y proyectores que parecen desahuciados con el fin de recalcar que es preciso reconocer el pasado y los saberes antiguos para crear algo. Su obra se basa en la creación de un cine experimental, que dista mucho del cine de autor y, más todavía, del comercial.

El grupo nació en 2004 en el Festival de Improvisación, cuando presentaron una propuesta que intentaba mostrar que la improvisación no es sólo territorio de los músicos, sino que el cine y las artes plástica podían hacer lo suyo en ese campo.

El grupo comenzó a hacer propuestas que han llegado a foros como el Ex-convento de Santo Domingo en Oaxaca, el Centro Cultural de España, el Museo del Chopo, el Sammlung Essl en Viena, la Academia de San Carlos, el Museo Argentino de Ciencias Naturales o a festivales como el del Centro Histórico.

“La Trinchera no es un colectivo cerrado -dice Trujillo-. El mismo nombre nos sitúa en una posición de estar en pie de guerra para actuar, para incidir en lo emocional y en la sociedad”. “La Trinchera -opina Wicab- es un espacio de defensa, de acción, listo al ataque”.



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