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Uno indaga por qué se extinguieron los dinosaurios. Otra busca saber por qué un niño puede quedar atado a una silla de ruedas a los 10 años si nació normal. Uno más desmenuza en sus novelas los movimientos guerrilleros en México. Celsa crea maravillas en tela y los alfareros purépechas mantienen viva una tradición.

Todos fueron reconocidos ayer con el Premio México de Ciencia y Tecnología y el Premio Nacional de Ciencias y Artes, en sus distintas modalidades, que recibieron de manos del presidente Felipe Calderón Hinojosa, en ceremonia en la explanada a Francisco I. Madero, de la residencia oficial de Los Pinos.

“No se necesita estar loco para ser científico. Somos personas normales, pero nos hemos infectado del virus de la curiosidad”, dijo Mayana Zatz, científica brasileña galardonada con el Premio México de Ciencia y Tecnología.

Experta en pacientes con enfermedades neurodegenerativas de origen genético y en niños que nacen aparentemente normales y poco a poco pierden masa muscular para quedar confinados a una silla de ruedas a los 10 años de edad, Zatz dijo que los científicos desean saber los cómos y los por qués, eso les da impulso “y hace la vida fascinante”.

Arturo Márquez Navarro, compositor, dijo: “mi palabra es realmente la orquesta, las notas musicales, la música. Pero voy a tratar de decir unas cuantas palabras”. Y sí, enseguida la Orquesta Juvenil Carlos Chávez, dirigida por Enrique Barrios, tradujo la sensibilidad de Márquez con su Danzón Número 2, que llevó a aplaudir hasta a quienes no aplauden en los actos: algunos periodistas.

Carlos Montemayor, autor de Guerra en el paraíso, novela historiográfica sobre la guerrilla en México, dijo: “Junto al lenguaje que busca convencer o busca imponer una versión oficial de la realidad hay uno que no busca imponerse ni convencer, sino crear, comprender, estudiar, compartir. Es el lenguaje de la ciencia, la tecnología, la investigación, el arte, que le da más dignidad y permanencia a la identidad mexicana”.

Los artistas y científicos no compiten con la imposición de versiones oficiales, sino por una comprensión profunda de la realidad humana y social de los pueblos, dijo Montemayor en entrevista.

Fueron galardonados con el Premio Nacional de Ciencia y Artes los escritores Hugo Hiriart, Carlos Montemayor y José Luis Rivas; la escultora, Helen Escobedo; el músico, Arturo Márquez Navarro; el sociólogo, Enrique de la Garza, y el ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación José Ramón Cossío. Asimismo, fueron reconocidos los científicos Alberto Darszon Israel, Jaime Urrutia (que investiga la extinción de los dinosaurios), Blanca Elena Jiménez y José Luis Leyva; en el rubro de tecnología y diseño, Celsa Iuit, artesana de telas de Yucatán; además de un grupo de alfareros de Ocumicho, Michoacán.

Calderón dijo que fortaleciendo estas áreas del conocimiento se eleva la productividad y la competitividad del país. El Ejecutivo informó que el dinero destinado a cultura pasó de 7 mil 700 millones en 2006 a casi 12 mil millones este año; la inversión federal en educación alcanzó 68 mil 400 millones de pesos, 55% más que 2006; mientras que en ciencia y tecnología fue este año de 43 mil 500 millones, 30% más que en 2006.

Calderón pidió a los empresarios apoyar más la ciencia y la tecnología.

“De cara al futuro inmediato, debemos seguir fortaleciendo lo que invertimos en cultura, en ciencia y tecnología. Y debemos alentar, también, al sector productivo del país para que asuma un papel más relevante, el papel que le debiera corresponder como un agente de innovación tecnológica”.

El presidente se equivocó en su discurso porque en lugar de reconocer que la ciencia y las artes ayudan a paliar la pobreza, comentó que la elevan.

“Sé que sumando esfuerzos, sé que sumando voluntades y recursos, México seguirá avanzando en el fortalecimiento de estas áreas del conocimiento, cruciales para elevar la productividad y la competitividad del país, pero también, para elevar los principales rezagos que tenemos, como pobreza, marginación, desigualdad y, desde luego, para aportar significativamente a la realización integral, material y espiritual de los mexicanos”, dijo Calderón.