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Con ciencia se interpreta el arte actual

El Universal
Viernes 09 de octubre de 2009
Con ciencia se interpreta el arte actual

“DISTANCIA RELATIVA”. Arte contemporáneo en el pabellón arquitectónico. (Foto: FOTOS CORTESÍA ALEX BERTHEAU/ ENTIJUANARTE )


Junto a Entijuanarte 09 se presentó en un pabellón la exposición Distancia relativa, muestra curada por Marcela Quiroz en la cual están las obras de 14 artistas de diversas generaciones, pero con tendencias muy contemporáneas.

La propuesta de la curadora y los artistas en esta exposición es que lo que vemos y aseguramos que existe, depende de la posición desde donde lanzamos nuestra mirada.

“El concepto nace de dos referencias astronómicas: la medición estándar de la distancia entre la tierra y el Sol y la paralaje, triángulo óptico astronómico que sirve para diferenciar la ubicación de dos distancias muy cercanas entre sí. El punto, al pasar de la ciencia a la vivencia cotidiana, es que si no accedes a cambiar tu punto de vista, a tratar de ver las cosas desde otro lado, no vas a ver sino una perspectiva. Toda visión es relativa y si no te atreves a jugártela no vas a ver más allá”, explicó Quiroz.

Pintura, fotografía, arte objeto y video ocupan el pabellón creado por el arquitecto Gabriel Martínez.

Quiroz se centró en artistas radicados en BC, no necesariamente nacidos en el estado. Figuraron obras de creadores reconocidos como Hugo Lugo, Silvia Galindo e Yvonne Venegas, hasta nuevos creadores como Franklin Collao, Miguel Fernández e Isaac Contreras.

Domina en el piso del pabellón la obra de Shinpei Takeda, de Japón, quien reside en Tijuana.

“Takeda lleva cinco años en Tijuana, y tiene tiempo trabajando acerca con sobrevivientes de la bomba atómica. Esas personas ya se están muriendo, entonces él recoge una historia vivencial que va a desaparecer”, señaló la curadora Marcela Quiroz.

Durante cuatro noches, Shinpei Takeda escribió en el piso el testimonio de uno de esos sobrevivientes, en japonés, junto a unos poemas en náhuatl, que tienen que ver con la pérdida, la transitoriedad de la vida.

A un lado se mostró la obra de Sebastián Beltrán, un corazón hecho de llanta, con una válvula, “es una pieza que materializa muy bien lo que es Tijuana, una resistencia dura y al mismo tiempo frágil. Te tienes que convertir en una ciudad como esta para resistirla”.

Acerca de lo que este conjunto de obras tiene en común, Marcela Quiroz dijo: “Lo más íntimo es cómo se involucran con el cuerpo de una manera no evidente, es una presencia sutil, frágil y eso es interesante en un contexto fronterizo, donde normalmente la ciudad te endurece, te hace resistente a muchas cosas y ellos reflexionan sobre su propia fragilidad”.

(Sonia Sierra)



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