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Frida produce más muerta que viva

Sonia Sierra| El Universal
Viernes 10 de julio de 2009
Óleos, diarios personales y libros atribuidos a Kahlo circulan en un mercado experto en cazar incautos

sonia.sierra@eluniversal.com.mx

Cuando las ventas de un artista crecen una consecuencia obvia es la proliferación de falsos y esto es lo que ocurre con Frida Kahlo.

“Produce más muerta que viva y no sólo produce pintura, sino cartas, diarios, maletas, libros decorados. No los reconocemos como originales y, por ende, se vuelven falsos”, expresó Carlos Phillips Olmedo, presidente del Comité Técnico del Fideicomiso de los Museos Diego Rivera y Frida Kahlo.

El problema es grande a pesar del reducido número de cuadros que pintó la mexicana —alrededor de 200 óleos—, un número aparentemente “manejable” frente al de la obra de caballete de Diego Rivera, la cual supera las 3 mil piezas.

Tras el anuncio del coleccionista José Antonio Castelazo, en Michoacán, en marzo pasado, que dijo poseer cinco óleos de Frida Kahlo —calificados como falsos por críticos de arte y miembros del Fideicomiso—, dos semanas atrás The New York Times se refirió a la edición de un libro sobre el archivo adquirido por Carlos y Leticia Noyola, comerciantes de antigüedades en San Miguel de Allende, quienes compraron un acervo que guarda maletas, cajas lacadas, blusas bordadas, joyería de coral, billetes de lotería, recibos de hotel y escritos.

El libro no cuestiona en ningún momento la autenticidad de las piezas y afirma que se trata de objetos “del archivo personal de la artista”.

Tras la publicación de esa información, el Fideicomiso manifestó al diario que los que tienen derechos de autor —el propio Fideicomiso— no reconocen esas piezas como originales.

El libro Finding Frida Kahlo contiene fotografías de supuestas pinturas, dibujos, hojas de diario, recetas y objetos que se atribuyen a la artista. Escrito en inglés y español, incluye una entrevista con los Noyola y la historia del que llaman “Un archivo inesperado en cinco maletas”. La fotografía fue hecha por Barbara Levine, los textos por Stephen Jaycox y la edición es de Princeton Architectural Press. La obra de 250 páginas, con 256 ilustraciones, se vende por 50 dólares.

El contenido del archivo que reseña este libro —según consigna la nota informativa de The New York Times— fue verificado por “académicos”.

La autenticidad de esos materiales fue “verificada” hace años por Ruth Alvarado Rivera, nieta de Diego Rivera y luego por dos de los llamados “Fridos”, Rina Lazo y Arturo García Bustos. Sin embargo, los críticos de arte y los integrantes del Fideicomiso, por separado, han negado la autenticidad de éstas, en particular de las cartas, cuyo contenido opinó la crítica de arte Raquel Tibol es vulgar:

“A mí me mandaron como 20 de esas cartas, eran ridículamente falsas, en un papel y en un lenguaje que Frida no usó. En su momento ni el Fideicomiso ni el INBA dijeron nada, en Washington se presentaron las cartas en el Museo de la Mujer y el agregado cultural no dijo nada. Yo me he preocupado desde el año 89 en divulgar textos de Frida Kahlo. Estas son barbaridades; Frida era pícara,pero no pornográfica”.

Los falsos de Frida

Los falsos que más se hacen de Kahlo son óleos y luego libros. “Andan por ahí como siete diarios de Frida, cuando hubo sólo uno y está en la Casa Azul”, asegura Carlos Phillips. Y agrega: “Como los precios de Frida están muy altos, es muy fácil encontrar personas que creen que están comprando una ganga, caen en la trampa cuando les dicen: ‘mira esta Frida: si la vendo en Sothebys va a costar cinco millones, te la vendo en uno’ ”.

Para hacer frente a este problema el Fideicomiso estudia la propuesta de hacer un libro con la obra reconocida como original de la pintora, una alternativa que, por ejemplo, en el caso de Pablo Picasso ha permitido enfrentar con un instrumento certificadoa la falsificación.

“¿Quién define qué es obra original? ¿el gobierno? ¿la familia?, cuestiona Carlos Phillips. Lo pueden hacer los herederos que tienen derechos de autor, porque son los que están autorizados para cobrar derechos sobre la obra original”.

A finales de este mes, el comité técnico del Fideicomiso discutirá la propuesta de hacer un catálogo con la obra reconocida de Frida Kahlo, que dé cuenta de la historia de cada cuadro, fecha, detalles técnicos, quién lo compró, en qué colecciones y exposiciones ha estado.

La propuesta es crear un equipo con conocedores de la obra de Frida —historiadores, curadores, investigadores de la UNAM como Teresa del Conde, biógrafos como Hayden Herrera. Se avisará con circulares en la prensa la existencia de este comité y se pedirá a quien tenga obra que lo reporte para que el comité la revise, y determine si es o no original.

Hay una lista de alrededor de treinta nombres para integrar ese comité, pero la idea es que sean siete. Al evaluar una obra ésta se tomará como original si los siete coinciden en que lo es; si sólo cinco la aprueban se calificará como “atribuida a”. Si más de dos miembros del comité votan que no es, se considerará falsa.

“Calculo que hacer una obra como esta nos va a costar cuatro o cinco millones de pesos en la investigación, la aprobación de este comité y la fotografía. Después vendrá la publicación del libro y valdría la pena hacerlo en español, francés, inglés, alemán, japonés, a lo mejor hasta arábigo para que tuviera un impacto mundial”, concluye Phillips Olmedo.

 

 



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