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Recuerdan a Sergio Galindo a 15 años de su fallecimiento

Carlos Rojas Urrutia| El Universal
Sábado 03 de enero de 2009
El día de mañana se cumplen 15 años del fallecimiento del escritor veracruzano Sergio Galindo, fundador de la editorial de la Universidad Veracruzana y autor de novelas como Polvos de Arroz y Otilia Rauda

La vida de Sergio Galindo (Xalapa, Veracruz, 1926 – 1993) transcurrió entre la labor de promoción cultural y la escritura. Como funcionario público, fue director general del INBA y fundador de la revista La palabra y el hombre y de la editorial Universidad Veracruzana (UV), una de las más importantes casas editoriales de literatura y dramaturgia mexicana, alejada de los límites geográficos de la capital.

Su lugar en la literatura mexicana lo ocupa por la exploración que realizó a las técnicas realistas de la novela moderna, a la que agregó toques fantásticos y una gama de personajes fatalmente desesperanzados, incapaces de comunicarse, creados a manera de un muestrario de seres adscritos a las nuevas reglas de la sociedad industrial y al mismo tiempo, incapaces de ajustarse a ellas.

“A mí me da más por la tragedia, quizá porque ha sido más próxima a mí, o tal vez porque no tengo la vena necesaria para hacer reír, cosa tan saludable y envidiable”, declaraba Sergio Galindo acerca de la creación de sus personajes.

Los escenarios de sus novelas son ante todo pueblerinos. Una de sus narraciones más conocidas es Polvos de arroz (UV, 1958), que lleva al lector al interior de Camerina Rabasa, una anciana de 100 kilos que ha vivido despechada y casta, encerrada junto a los recuerdos de un lejano novio infiel y las desgracias económicas de su padre, a la que la visión de dos albañiles sudorosos y semidesnudos despierta un apetito sexual casi olvidado que la empuja a intercambiarse cartas de amor con un joven de la capital.

Dos años después, publicaría El Bordo (FCE), donde recupera en la memoria colectiva de una familia de clase alta y provinciana con la que se explica la trágica vida mexicana al término de la revolución, que transcurre entre la guerra cristera y las experiencias socialistas del presidente Lázaro Cárdenas.

En 1986, Sergio Galindo publicó Otilia Rauda (Grijalbo), novela con la que recibió el Premio Xavier Villaurrutia de ese año y el Premio José Fuentes Mares 1987. Otilia Rauda narra la ambigüedad emocional de una mujer cuyo cuerpo es exquisito y su rostro espantoso.

En Otilia, el autor vierte los recursos realistas de su literatura (paisajes pueblerinos, escenas de adulterios, triángulos amorosos) para recrear una pequeña sociedad que llegaba la celebración de su independencia con una nueva guerra en puerta; en un pequeño poblado que, para bien o para mal, gira en torno a la mujer más atendida del lugar; una trama que en 2001 Dana Rotberg llevaría al cine con el nombre de La mujer del pueblo.

En 1975, Sergio Galindo ingresó a la Academia Mexicana de la Lengua. En la ceremonia en que recibió el nombramiento, leyó el relato fantástico El hombre de los hongos, que un año después sería publicado por su amigo Joaquín Mortiz.

Otras de sus novelas son La justicia de enero (FCE, 1959); La comparsa (Joaquín Mortiz, 1964); Nudo (Joaquín Mortiz, 1970); Los dos ángeles (FCE, 1984) yDeclive (FCE, 1985).

En su trabajo como cuentista, Sergio Galindo amplió su trabajo para salir de los relatos realistas y provincianos y explorar las redes cosmopolitas de ciudades como Londres, París y Ámsterdam.

Su primer libro de relatos fue La máquina vacía (Fuensanta, 1951), donde se interna el mundo infantil que choca con el adulto para dar origen al desencanto, en historias como “Ana y el diablo”, donde se entremezclan la ambigüedad moral y el erotismo. Le seguirían los volúmenes de ¡Oh, hermoso mundo! (Joauín Mortiz, 1974) y Este laberinto de hombres (UV, 1979).

En algunos de los cuentos de esos tres libros, como son “Juego de Soledades”, “Retrato de Anabella” y “Querido Jim”, Sergio Galindo alcanza con sus personajes maduros, que han acumulado entre matrimonios convenientes o divorcios necesarios, plena conciencia de lo perdido, registros donde lo enigmático y desolador marca el ritmo de la lectura.

En 1985, publicaría su último libro de cuentos, Terciopelo violeta (Grijalbo, 1985), una selección de algunos de sus mejores relatos a los que se agrega el que da título al libro. En 2004 publicó una pieza de teatro, Más encima... el cielo; recientemente, en 2006, el FCE publicó la antología titulada simplemente Cuentos.

En 1993, Sergio Galindo recibió la prescripción médica de regresar a vivir a su natal Xalapa, donde la brisa del mar y el clima cálido podían ayudarle a sobrellevar una enfermedad que se le había acrecentado tras la muerte de su hijo, Sergio José, cinco años antes. Ahí, en la misma ciudad que le vio nacer, moriría a los 67 años de edad.

Su obra ha sido traducida al inglés, francés, polaco y alemán. Entre los reconocimientos que recibió por su trabajo literario, están la Honorary Officer of the Most Excellent Order 1975 of the British Empire de Gran Bretaña; la Condecoración Méritos en la Cultura 1976, de Polonia; la Orden de la Estrella 1977, de Yugoslavia; y el Premio de Novela Mariano Azuela 1984.

Desde el 2006, la Universidad Veracruzana, a través de la Dirección General Editorial y la Feria Internacional del Libro Universitario, convoca al Premio Latinoamericano de Primera Novela Sergio Galindo.

mzr



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