ricardo.ceron@eluniversal.com.mx

Más allá del aspecto artístico, la danza es una industria que produce empleos, mejora la salud y la educación, atrae turismo y es una ventana para conocer las tradiciones de un país; sin embargo, en la gran mayoría de los países de América Latina esta expresión se sigue viendo como un lujo, afirmó Alkis Raftis, presidente del Consejo Internacional de la Danza (CID) de la UNESCO.

El especialista, quien se encuentra de visita en el Distrito Federal, para participar en el homenaje al bailarín José Limón en el centenario de su nacimiento, lamentó que México esté en esa lista de países que promueven poco la danza.

“La danza que se hace en México tiene muy poca presencia en el extranjero, por ejemplo en Europa. Los grupos casi no viajan, no sé si porque no hay apoyos económicos para hacerlo o porque no les interesa salir de su país.”

Para el experto en historia de la danza, lo único que se llega a conocer de esta actividad artística mexicana es la folclórica, pero de una manera limitada, principalmente por el turismo que visita el país, porque en los festivales de danza no hay prácticamente grupos de México.

En contraparte, naciones pobres como las africanas o la India mantienen una presencia constante de sus grupos dancísticos en los principales festivales del mundo, además son compañías que se interesan por aprender inglés, y “en México no hablan mucho inglés”, lo cual se convierte en una desventaja.

Aunque de manera general, la escasa difusión de la danza es un problema de América Latina, hay algunas excepciones, como Cuba y Argentina.

En Cuba, explicó, hay escuelas donde se preparan no sólo a bailarines y profesores, sino que también hay cursos muy especializados, donde se pueden enfocar exclusivamente a maestros de primaria o de secundaria.

A su vez Argentina, a partir de que el ex presidente Carlos Saúl Menem declaró el tango como danza nacional que debía ser enseñada en todas las escuelas, ésta se ha convertido en el segundo producto de exportación de ese país sudamericano, sólo detrás de la carne.

El presidente del único consejo de danza reconocido por los gobiernos del mundo, destacó otros ejemplos de países que apuestan por esta expresión artística.

“China se ha impuesto el reto de poner un profesor de danza en cada una de las escuelas primarias y secundarias, eso significa que tendrá que capacitar en los próximos años a cerca de 10 millones de personas.”

El autor de alrededor de 20 libros, entre los que se encuentran Dance in Poetry, y Orientalist Dance, hace énfasis en que aunque actualmente la danza de varios países, sobre todo europeos, gozan de buena salud, la que mayor auge tiene en este momento es la árabe.

“La danza árabe es la que más sobresale en la actualidad, es la que más se desarrolla en todo el mundo, porque las mujeres descubren su cuerpo y quieren disfrutar su baile; sin embargo, en el futuro de la danza árabe estará dominada por los hombres, quienes actualmente sólo representan alrededor de 1% en los grupos”.

En los últimos 10 ó 20 años la danza es el arte que mayor presencia ha cobrado, más que el teatro o la música, porque es un arte que no tiene fronteras, ni idioma, opinó el especialista griego.

Por eso, el consejo a su cargo, se encarga de formular recomendaciones alrededor del mundo, con el fin de que la danza cobre un papel de mayor relevancia.

En México una de las misiones de Raftis será la de conocer e intercambiar puntos de vista con los cerca de 40 miembros mexicanos que forman parte del consejo a su cargo, que en total suma más de 4 mil integrantes.

Para Raftis, pese a que la danza se comienza a difundir mucho por la televisión, este medio sólo le da cabida a algunas formas, sobre todo, las más espectaculares o que combinan mucho la acrobacia, pero no a expresiones como el ballet clásico.