KANSAS CITY (AP).- Tom Wayne ha acumulado miles de libros en un almacén durante los 10 años que ha tenido su tienda de libros usados, Prospero´s Books.

Su colección va desde libros populares como La caza del Octubre Rojo, de Tom Clancy, y la Hoguera de las vanidades, de Tom Wolfe, hasta títulos raros como un reporte de la Cuarta Conferencia Panamericana, celebrada en Buenos Aires en 1910. Pero cuando trató de reducir su colección, encontró que no podía dar sus libros a bibliotecas ni tiendas de baratijas, pues les dijeron que estaban llenas.

Por ello el domingo, Wayne comenzó a quemar sus libros en protesta por lo que considera la declinación del apoyo público a la palabra escrita.

"Esta es la pira funeral para el pensamiento en el Estados Unidos de hoy", dijo Wayne a espectadores en las afueras de su librería mientras quemaba el primer grupo de libros.

Las llamas ardieron durante 50 minutos, hasta que los bomberos llegaron y las apagaron porque Wayne no tenía permiso para quemar.

Wayne dijo que la próxima vez conseguiría el permiso. Dice que prevé fogatas mensuales hasta que sus reservas -unos 20 mil libros- hayan desaparecido.

Wayne afirma que ha tenido menos clientes en años recientes, a medida en que la gente recibe cada vez más su información de internet y televisión. Mencionó un estudio de 2002 del Fondo Nacional para las Artes, según el cual menos de la mitad de los adultos encuestados reportaron leer por placer, comparado con 57% en 1982.