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"Somos curanderos, no brujos ni charlatanes"

Miguel Angel Ceballos/Enviado| El Universal
Lunes 02 de junio de 2003
Los médicos tradicionales afirman que pueden curar cualquier enfermedad del cuerpo y del alma

CULIACÁN. Sí traen yerba santa, pa` la garganta, traen la ruda, pal` que estornuda y hasta esa yerba con la que seguro se casa uste`. Pero no son brujos ni charlatanes, son médicos curanderos tradicionales que exigen se respete y reconozca el ejercicio de su profesión.

Los médicos tradicionales, también conocidos como jitéberis, son personajes fundamentales en las comunidades indígenas. Su quehacer desde tiempos ancestrales consiste en sanar con base en la utilización de plantas, raíces, aceites, ungüentos, oraciones y limpias.

Ellos dicen que la medicina tradicional puede curar cualquier enfermedad, como lo hacen los "médicos de bata blanca" y hasta más, pues aseguran que no sólo son capaces de sanar al cuerpo, sino también el alma. Y es que no cualquiera es un jitéberi, sólo aquellos a quienes se les ha otorgado el don divino de la curación.

Luz Irene Bacasegua, curandera de la etnia de los mayos del norte de Sinaloa, cuenta que los jitéberis transmiten sus conocimientos de la herbolaria a través de sus descendientes. Es heredera de una tradición ancestral y desde los 14 años de edad inició su actividad, siempre con base en la dedicación, la observación, pero sobre todo, porque supo que de entre todos sus hermanos, ella tenía el don.

"Ahora tengo 47 años y enseño a mi hijo, quien será mi sucesor. Le digo que tiene que estar siempre preparado para cuando le llegue un enfermo, a quien verá como un hermano. No preguntará si lleva o no dinero, lo va a curar y no estará cansado para ellos, siempre estará atento. Así somos los jitéberis".



Verdaderos milagros

El principal argumento de los médicos tradicionales para defender su efectividad, es que sin el conocimiento de las bondades de la herbolaria tampoco existiría la medicina alópata. "Usamos todas las plantas según la enfermedad que vamos a curar. Hay unas que se pueden utilizar tomadas y otras que no se pueden ingerir y sólo se deben untar o hacer baños. Dios nos da la facultad para curar a los enfermos, él creó todas las plantas y por eso a él nos tenemos que encomendar. Sus milagros se hacen en las manos de nosotros".

Luz Irene explica que además del perfecto conocimiento de la herbolaria, su trabajo consiste en brindar ayuda espiritual y fortalecer el cuerpo con energía. "La energía la hizo Dios y nosotros los curanderos logramos manejarla bien y transmitir la energía buena que nace de las plantas y el agua".

Don Félix Antonio, jitéberi de la tribu Tohono O`odham, de Arizona, dice que sin importar si el paciente es indígena o no, debe tener fe en la medicina tradicional. "Aunque sea gente blanca viene con nosotros a pedir ayuda, a pedir salud. Nosotros como curanderos tenemos que ayudar a toda persona que nos busca".



Ni brujos, ni charlatanes

El curandero José Hernández, de los huicholes de Nayarit, no utiliza plantas, sino plumas para curar. No le preocupa que lo llamen brujo o charlatán, pues indica que quienes dicen eso no conocen de la preparación que ellos tienen. "Esos incrédulos que según son muy estudiados deben aprender que no sólo el estudio da la experiencia, uno tiene que estar en contacto con la medicina y practicándola".

Luz Irene Bacasegua pone un ejemplo de malestares en los que asegura han superado a los doctores de academia. "Hay enfermedades que ellos no curan, como la depresión. Nosotros le llamamos "ida de la sombra", es decir, que no está la sombra en el cuerpo de la persona. Ellos recetan pastillas, pero la gente sigue igual, se siente mal y no tiene ganas de hacer nada, pero nosotros con base en curaciones y limpias ayudamos a sanar dándole energía para que regrese la sombra".

En estados como Sonora y Sinaloa, el curanderismo ya cuenta con el reconocimiento y apoyo de instituciones de salud. En Sinaloa existen dos Centros de Medicina Tradicional, equipados para hospitalización, con consultorios y cuotas muy accesibles o incluso gratuitas si el paciente no tiene dinero.

A un médico jitéberi primero lo avala como curandero su comunidad, luego otras comunidades y ahora también los gobiernos de algunos estados que comienzan a reconocer la validez y efectividad de la medicina tradicional.



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