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INBA suspende programa de la Velasco con vecinos de Tepito

Sonia Sierra| El Universal
00:20Miércoles 25 de marzo de 2015

Como consecuencia de una reducción presupuestal de alrededor de 37% la galería José María Velasco en el barrio de Tepito ha suspendido su programa de enlace con la comunidad. Archivo / EL UNIVERSAL

El 28 de febrero, cuando llegaron a inscribirse algunos de los 30 niños que en promedio asisten al taller Giros y Malabares, se enteraron de que ya no se haría este año. Jorge Ríos / EL UNIVERSAL

Ante el recorte se determinó cancelar talleres para niños, el curso de verano, y no renovar los contratos a tres personas contratadas por honorarios en vinculación con la comunidad, diseño gráfico y museografía. En la imagen, Lorena Barros maestra del taller Giros y Malabares. Jorge Ríos / EL UNIVERSAL

El 3 de marzo, los padres se organizaron y enviaron una carta al director de la galería, Alfredo Matus, expresando su descontento. Cinco días después, los niños se organizaron y llevaron su protesta a la explanada de Bellas Artes; se maquillaron, usaron playeras de rayas blancas y negras, y con carteles mostraron su descontento. Cortesía Judith Muñoz

Dicho taller se retomó puesto que los padres decidieron pagar este primer semestre; por cada niño están pagando una cuota de $500 para que el taller se mantenga, al menos por este periodo. Archivo / EL UNIVERSAL

Para sus operaciones, la galería (única que se mantiene entre las galerías populares creadas en el INBA hace más de 60 años) cuenta con un presupuesto específico de poco más de 800 mil pesos, que ahora se han reducido a 500 mil aproximadamente (aparte, el INBA paga salarios y servicios). Archivo / EL UNIVERSAL

Luego de la cancelacin oficial de los talleres en febrero, los padres de familia se organizaron par

PROYECTO. Luego de la cancelación oficial de los talleres en febrero, los padres de familia se organizaron para que sus hijos continuaran con las clases, las cuales retomaron el pasado sábado . (Foto: JORGE RÍOS. EL UNIVERSAL )

La galería sufrió un recorte presupuestal de 37% para este año, por lo que ya hubo despidos y cancelación de talleres que se impartían a niños de la comunidad y de zonas aledañas

sonia.sierra@eluniversal.com.mx

El programa de enlace con la comunidad que realiza la galería José María Velasco en el barrio de Tepito ha sido suspendido este año como consecuencia de una reducción presupuestal de alrededor de 37%.

El 28 de febrero, cuando llegaron a inscribirse algunos de los 30 niños que en promedio asisten al taller Giros y Malabares, se enteraron de que ya no se haría este año.

"Vinimos a inscribirlos y la noticia fue: ‘Con la pena, es una decisión tomada desde Hacienda, desde arriba, se suspende todo'. Los niños no dejaron de llorar, se enojaron", cuenta Iliana Gómez, mamá de Rebeca, una niña que lleva ocho años asistiendo todos los sábados al taller que ahí ofrecía la maestra Lorena Barros.

"Mi hija se puso a llorar, no quería hablar con nadie. Los niños se abrazaron, fue catastrófico para ellos", interviene Judith Muñoz, madre de Clío.

"¿Por qué limitar esa cultura para los niños?", pregunta Rodrigo García, cuya hija, Aitana, lleva un año en el taller.

"Vivimos por la zona -cuenta Rodrigo-, y pasando un día vimos el taller, nos explicaron de qué se trataba; dentro de una galería de arte es raro que haya actividades para niños, nunca lo había visto y qué padre que haya talleres. A ella le llamó mucho la atención, la inscripción y el taller son gratuitos, empezó a venir todo el fin de semana, y también quiso el otro taller. Otedama, de los domingos, donde el pago es simbólico".

Para sus operaciones, la galería (única que se mantiene entre las galerías populares creadas en el Instituto Nacional de Bellas Artes hace más de 60 años) cuenta con un presupuesto específico de poco más de 800 mil pesos, que ahora se han reducido a 500 mil aproximadamente (aparte, el INBA paga salarios y servicios)
Ante el recorte se determinó cancelar talleres para niños, el curso de verano, y no renovar los contratos a tres personas contratadas por honorarios en vinculación con la comunidad, diseño gráfico y museografía.

Nuevas acciones. El 3 de marzo, los padres se organizaron y enviaron una carta al director de la galería, Alfredo Matus, expresando su descontento. Cinco días más tarde, el domingo 8 de marzo, los niños se organizaron y llevaron su protesta a la explanada de Bellas Artes; se maquillaron, usaron playeras de rayas blancas y negras, y con carteles mostraron su descontento.

El sábado pasado se retomó el taller puesto que los padres decidieron pagar este primer semestre; por cada niño -y hay familias que tienen dos chicos inscritos- están pagando una cuota de $500 para que el taller se mantenga, al menos por este periodo. Pero no está claro lo que vendrá para el programa; tampoco se sabe qué pasará con el curso de verano que es uno de los más exitosos en el Centro de la ciudad.

"La galería fue fundada para brindar servicio a públicos nuevos en contextos diferentes y de 10 años para acá intentamos recuperar esa misión", dice en entrevista el director.

"Tomé decisiones sobre cómo distribuir el dinero para garantizar públicos para este espacio, pero los padres creen que yo los relego por ser un público menor; mi posición es que es un espacio de exhibición primeramente y, luego, de talleres, esperemos que esto sea coyuntural. Autoridades del INBA dicen que ya se gestionan ciertos recursos".

Aunque antes la galería había operado con poco presupuesto, nunca habían llegado a esto. Matus reconoce que ha sido sorpresiva la situación, la cual no compete sólo a las instituciones de cultura sino a toda la administración pública. Pero lamenta que los estándares de medición para grandes museos rijan para las diversas instituciones.

"Los estándares de medición para determinar el éxito de un espacio o que siga teniendo financiamiento -detalla Matus- se hacen bajo lineamientos cuantitativos que no son prescritos por el propio INBA sino por las secretarías que determinan la distribución del gasto. Cuenta la cantidad de visitantes, por ejemplo, y un espacio como este no puede competir con un museo nacional o con Bellas Artes, porque la misión y sistema de trabajo son completamente distintos. Un museo de esos con spots en televisión puede atraer a miles de visitantes, para nosotros es otra cosa. Entendemos que la realidad en México es muy diversa, no puede ser un sólo público, queremos tener contacto con muy diversos sectores sociales".

Un entorno complejo. Iliana cuestiona que ya no haya más actividades para los niños porque, literalmente, dice, ha peinado la zona buscando opciones para niños y jóvenes, sin éxito.

"Aquí no hay parques, nada, salvo que la lleves a recorrer el tiradero en Tlatelolco; hay unos cuantos columpios y tienes que estar viendo si pueden realmente jugar o no, jugar pelota o corretear papalotes bajo tu propio riesgo, entre 20 motos, 80 puestos y las lonas, y así se crían. La galería es una oportunidad enorme para los que vivimos aquí, es tan impactante que muchos vienen de otros lados de la ciudad, incluso desde el estado de México".

Antonia, egresada de Artes Visuales, trabajará en la galería hasta el último día de marzo; ella, que nació y vive en la zona, considera que la galería es una isla en medio de un barrio complicado.

"La galería lo que hace es ser como una islita en medio del caos que tiene todo el barrio. Aquí hay muchos grupos peleados a muerte, y no hay manera de que trabajen juntos, sin embargo, todos esos grupos han venido a trabajar con nosotros. La galería ayuda a que la gente tenga un punto de encuentro... saben que sus hijos están seguros".

Contratada por honorarios, con un sueldo que no llega a los 5 mil pesos y sin ninguna prestación, Antonia lamenta dejar la galería pues le ha dedicado 10 años de su vida al programa de vinculación con la comunidad.
"Es lograr que algunos niños tengan otras posibilidades. Saben que delinquir es una posibilidad, que ser comerciante es otra, que ser vago es otra, pero que también estudiar es una posibilidad, que el arte, la música son otras opciones; que hay algo más allá de lo que ven todos los días".

En la misma línea, Alfredo Matus dice: "Lo esencial de un espacio así no es trabajar para la gente que ya hace arte, sino para la que está descubriendo la experiencia artística, y más en contextos como los que estamos viviendo".

La galería mantendrá su programa de exposiciones, aunque en lugar de siete muestras, este año habrá cuatro; mantendrá su programa de fachada, donde artistas pintan la entrada. Sin embargo no destinará recursos a exposiciones en otros lugares del país. Lo que viene es fortalecer el esquema de intercambios con otras instituciones y con empresas privadas.

Pero este espacio, que retrata los recortes a la cultura, también refleja situaciones complejas en cuanto a lo laboral: tiene cuatro plazas de base, pero tres de esas personas no trabajan en la Velasco, se encuentran en comisión sindical. Entonces, aquel presupuesto específico, que este año quedó en 500 mil pesos, tiene que destinarse a pagar por contratar servicios que los comisionados no hacen.

Hay quienes "han perdido la visión de servicio, que viven del propio aparato administrativo y que están más conscientes de sus derechos que de sus obligaciones, eso mina cualquier ejercicio", opina Matus.

jram



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