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A sus 27 años, Carlos Becerril tiene claro que abrirse camino en el mundo de la Historia no es fácil, ya que considera que en México se cree que esta disciplina la hacen determinados grupos o personas que han logrado cierto prestigio. Pero con su reciente investigación, ganadora del Premio Gastón García Cantú a la Investigación Histórica sobre la Reforma Liberal que otorga el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM), demuestra que en los centros de investigación histórica también hay jóvenes que buscan aportar sus conocimientos y reflexiones a la comprensión de la Historia de México.

Maestro en Historia Moderna y Contemporánea por el Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora —donde actualmente también cursa el doctorado—, Becerril recibió en noviembre pasado dicho reconocimiento por su tesis de maestría La legislación tributaria del Segundo Imperio Mexicano, 1864-1867, una investigación sobre el sistema fiscal establecido por Maximiliano de Habsburgo.

Para el joven historiador, con estudios en Derecho Fiscal por la Universidad de las Américas, Puebla, la Historia tiene que ser multidisciplinaria y debe llegar a todo el público: “La mayoría de los historiadores nos olvidamos de que hay gente afuera que también debe conocer lo que hacemos; hay que entender que la teoría que manejamos en nuestras investigaciones no la entiende más que tres colegas. La Historia debe ser multidisciplinaria y más abierta al público en general”, comenta.

Pero para eso, agrega, deberían abrirse más espacios y foros donde los historiadores puedan participar: “Creo que los historiadores debemos incidir en la vida nacional, en la creación de conciencia nacional. Los mitos fundadores son necesarios, pero también hay que verlos desde diferentes perspectivas. Hay muchas cosas interesantes en las que los jóvenes no participamos porque no nos invitan y, por otro lado, los historiadores mayores, ya reconocidos, no se bajan de su pedestal para explicar a la gente, con peras y manzanas, qué pasó y qué no”.

La Reforma fiscal de Maximiliano

En el caso de Becerril, la apuesta de su tesis es contribuir a comprender un aspecto poco explorado del Imperio de Maximiliano en México: su política fiscal. La tesis, explica, demuestra que el Segundo Imperio Mexicano en materia de legislación tributaria no es un régimen ajeno, sino que es un resumen de todos los sistemas que se intentaron hacer desde la Independencia. Como conducta fiscal, agrega, funcionó bien. Tanto que, a la caída del Imperio, sus propios detractores retomaron algunas de esas ideas. “Los nuevos hacedores de la reforma fiscal, a partir de la caída de Maximiliano, retomaron algunas figuras, sin decir directamente que venían de ahí. Así, el porfiriato va a tener algunos planes de reforma fiscal que venían desde el Imperio”, explica el historiador.

Uno de esos aspectos, indica Carlos Becerril, es que la idea de Maximiliano era que había que aplicar el pago de impuestos a todos y que sólo se haría una reforma fiscal cuando todo el mundo pagara lo que tenía que pagar.

“A eso se le llama administrativizar la Hacienda Pública y eso también sería el lema del Porfiriato: ‘Más administración y menos política’. La idea de Maximiliano no estaba nada lejos de lo que queremos que el gobierno proponga ahora”, señala el joven historiador.