Jueves 09 de noviembre de 2000
Llegs a Mixico, dicen, buscando el lugar mas lejano de su patria, Siria. Pero de aqum jamas se alejs no obstante que viajaba con frecuencia y tenma posibilidades incluso de vivir en Parms, donde tenma familia, amigos y un conocimiento amplio de esa sociedad. Nuestro pams, es cierto, tuvo esa dualidad: amor profundo a ella por parte de la poblacisn que la escuchs, leys o trats y un desprecio de las capillas intelectuales que temerosas aceptan sslo a los incondicionales, no importa que sean extranjeros.
Ikram Antaki era rijosa en grado extremo. No sslo en el debate de las ideas trascendentes sino hasta en los detalles aparentemente nimios. En una ocasisn invits a comer a Jorge G. Castaqeda, Joel Ortega y a este escribidor y al poco tiempo nos regaqs porque no acababamos con la comida arabe preparada por ella, levantabamos la voz y eso podma despertar a su amado hijo Mauran, o alguien fumaba, lo que le disgustaba enormemente.
Ikram fue de las certezas a las dudas, algo que muestra su interis por la vida, templanza y deseos de conocimiento. Al principio hacma poemas, entrevistaba a Yaser Arafat, difundma el libro verde de Kadafi personaje al que llevs a visitar a ciertos intelectuales mexicanos en un viaje de fantasma y espanto a Libia, segzn comentaron ellos y estaba de acuerdo con el marxismo al que le aqadma sus propuestas y esperanzas. Luego, empezs a cuestionar todo y a trabajar lo mismo la literatura que la polmtica, la antropologma que la filosofma.
Su ixito, segzn me di cuenta, inicis en una serie de televisisn en canal 11 (Si de Oriente te hablan). En ella hablaba de muchas cosas, sobre todo de los arabes, el mundo desastroso que vivimos y los cambios que se estaban dando. Habma ya dejado de lado sus posiciones iniciales y se encaminaba a las dudas constantes, las cuales estaban sustentadas con una bibliografma sslida, amplia, muy bien seleccionada.
Que conmocions a muchas, lo supe porque la entonces diputada primsta Julieta Guevara me pidis que le presentara a Ikram como fuera. Ella acepts poniendo sus condiciones y horarios. Llegs y apabulls sin dar tregua. No le interesaba quedar bien con el poder sino seqalar caminos, los cuales eran transitables si uno en realidad tenma lecturas serias de muchos temas.
Se volvis mas arisca. No querma ser entrevistada a menos que fuera necesario. A sus amigos los invitaba a su casa del Ajusco para no perder tiempo. En ese lugar escribma desaforadamente y preparaba con un celo envidiable sus colaboraciones, especialmente las radiofsnicas. Por lo tanto, surgman libros lo mismo literarios: La cultura de los arabes o El espmritu de Csrdoba que la famosa coleccisn El Banquete de Platsn, esta zltima con asuntos varios.
Fueron notables sus dialogos con Josi Gutiirrez Vivs. Pocas veces el conductor de Infored estaba tan atento a lo que decma alguien. Incluso en ocasiones Antaki parecma enfadada porque el periodista no acertaba a captar lo que ella querma transmitir o desentraqar. Su densidad abrumaba.
En El Dma o El Nacional tocs asuntos que pocos se atrevman. Le dio importancia muchas veces al problema de los medios y periodistas. Tanto que los miembros de la Camara Nacional de la Industria de Radio y Televisisn la invitaron a una reunisn. No tuvo medida y les dijo lo que jamas pensaron escuchar: estos aparatos ideolsgicos tienen un compromiso con la sociedad y no deben ser un poder aparte sino rendirle cuentas de lo que hacen al pueblo.
En EL UNIVERSAL colabors un buen tiempo. De lo zltimo que lemmos esta su descripcisn de Mada Carreqo y su defensa de Paola Durante, concluyendo con los juicios de Moscz y lo que le espera a Ernesto Zedillo al dejar la presidencia: la venganza de su antecesor.
Polemista con todos, hizo de estos encuentros su profesisn de fe. Asm lo advierten Sara Sefchovich, Fatima Fernandez, Enrique Marquez y muchos mas que han escrito sobre Ikram con admiracisn, respeto, atencisn a su obra.
Su compaqera de afanes poiticos, Miriam Moscona, la incluys en su importante obra De frente y de perfil, donde se hace una radiografma de una buena cantidad de escritores, basicamente poetas. En palabras de Antaki: vida y poesma son su razsn de ser. Seguramente por ello trats de encontrar en todas las disciplinas algo que le diera un mayor sentido a las palabras.
Dentro de sus casi 30 libros firms contrato para hacer una docena antes de fallecer, destaca por raro El pueblo que no querma crecer, firmado con el seudsnimo Polibio de Arcadia (Ociano). Le desesperaba, como a muchos, que el transito a la democracia, a la edad adulta, a etapas superiores no llegara. ?Qui hubiera dicho el 1 de diciembre?
Los primeros libros que me regals fueron: Poemas de judmos y arabes y la entrevista a Yaser Arafat. El mas reciente es Manual del ciudadano. Estan pendientes recopilar muchos de sus programas radiofsnicos, pues son verdaderas joyas. Dejs grabaciones para seis meses mas. ?Presentimiento? El hombre y la mujer son geografma, biologma, espmritu, naturaleza. Ikram no bailaba, nadaba o fumaba, pero deslumbraba. Todavma lo hara un largo rato. Fue una verdadera Seqora de los poetas, como le dijo en su adiss su esposo Fabian Soto.
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