Opinion

En las elecciones de 2012, el PRI tiene la oportunidad de recuperar el gobierno del Distrito Federal que perdió desde 1997, tiene un porcentaje “de arranque” en las encuestas que no había tenido en las últimas elecciones, tiene el “efecto Peña Nieto” que puede contagiar la popularidad del puntero en la presidencial… pero no tiene candidatos atractivos.

Así lo perciben en la dirigencia nacional del PRI, encabezada por Humberto Moreira. Tres figuras aparecen hoy como posibles contendientes priístas al cargo que actualmente ocupa el perredista Marcelo Ebrard: Beatriz Paredes, María de los Ángeles Moreno y Cuauhtémoc Gutiérrez.

Al tercero no se le evalúa desde la central tricolor como verdaderamente competitivo y a las dos primeras se les percibe como políticas de gran experiencia y larga trayectoria, pero no rostros frescos que puedan reforzar el eslogan del “nuevo PRI”.

Los sondeos electorales marcan que lo más seguro es que la contienda por la jefatura de gobierno de la capital del país el próximo año iniciará con el PRD por delante, el PRI en segundo lugar y el PAN en tercero. La campaña presidencial tendrá sin duda un gran impacto en las preferencias de los votantes del DF y también el perfil de los candidatos tanto a Los Pinos como al Antiguo Palacio del Ayuntamiento en el Zócalo.

En el PAN hay liderazgos locales que quieren aparecer en la boleta: Carlos Orvañanos, delegado en Cuajimalpa; José Luis Luege, director de la Conagua; la diputada local Mariana Gómez del Campo, la federal Gabriela Cuevas, el delegado en Miguel Hidalgo, Demetrio Sodi. Eso, claro, si no termina en la candidatura alguno de los que hoy aspiran a la “grande”, como los secretarios Javier Lozano o Alonso Lujambio.

En el PRI, en el contexto de buscar liderazgos nuevos, en la agenda de Humberto Moreira ha surgido un nombre: Miguel Ángel Mancera, quien no tiene militancia perredista, aunque ha trabajado notoriamente para las administraciones de López Obrador y Ebrard.

El actual procurador General de Justicia del Distrito Federal no fue distinguido por su jefe, Marcelo Ebrard, como el delfín para sucederlo: la decisión favoreció al ex secretario de Finanzas y hoy secretario de Educación, Mario Delgado, quien lleva más de un año en velada campaña.

En el PRD, Mancera sólo forma parte de una larga lista de posibles planes “B” por si no termina de “prender” la candidatura de Delgado. Aparece con la diputada Alejandra Barrales, el senador Carlos Navarrete, el secretario José Ángel Ávila e, incluso, de parte del grupo del ex mandatario Andrés Manuel López Obrador, el senador Ricardo Monreal, la secretaria general Dolores Padierna y el secretario Martí Batres.

En el PRI nacional ya se giró la orden de buscarlo para sondear su interés. Veremos.

SACIAMORBOS

En una reciente comida de muy buena convocatoria, el líder nacional y el abogado local coincidieron y se les vio platicando formales. ¿Habrán tocado el tema?