Opinion

Será en el transcurso de los próximos 60 días cuando el Pleno de la Comisión Federal de Competencia, resuelva el recurso de reconsideración que presentó Telcel en contra de la multa histórica de 11 mil 989 millones de pesos. Los 60 días que marca la ley para resolver un recurso de reconsideración comenzaron a correr a partir del martes pasado, cuando los comisionados Luis Alberto Ibarra y Miguel Flores aceptaron la recusación que muy hábilmente presentó Alejandro Cantú, el vicepresidente Jurídico de América Móvil, acusando a Pérez Motta de parcialidad por las declaraciones que hizo en su carácter de presidente y vocero de la CFC, al explicar las razones por las cuales se impuso la multa histórica a Telcel.

La defensa jurídica de Telcel, una vez que lograron hacer a un lado a Pérez Motta y su voto de calidad, se basa en demostrar que no hubo ni prácticas monopólicas ni mucho menos reincidencia. Antes de ser amordazado, Pérez Motta explicó que la multa, que equivale a 10% de los activos de Telcel, se impuso —en contra de los votos de Ibarra y Flores— porque había reincidencia, ya que la empresa había sido sancionada anteriormente por otra práctica monopólica, y aseguró que las empresas no pueden pretender que no hay reincidencia con el argumento de que no es la misma práctica.

En su defensa Telcel, que no festejará su triunfo hasta realmente evitar que le impongan una multa de mil millones de dólares, argumenta que no hay una práctica monopólica, ya que no impone tarifas de interconexión, puesto que las tarifas son acordadas con sus competidores y, en caso de desacuerdos, es la Cofetel la que las fija, pero nunca la empresa en forma arbitraria. Señala también que la CFC no realizó ni solicitó a la Cofetel un análisis sobre tarifas de interconexión y los costos de Telcel.

Precisa también que la ley establece que sólo se puede hablar de reincidencia cuando la sanción sobre la primera práctica monopólica está firme y, en este caso, se refiere a las tarifas de interconexión en el periodo de 2006 a 2009 y la primera sanción quedó en firme hasta abril de 2010.

De aceptar la CFC que no hay reincidencia, la multa para Telcel bajaría de 11 mil 989 millones a 54 millones de pesos y lo que también ha señalado la empresa es que, en caso de que se niegue la reconsideración, recurrirá a tribunales en su legítima defensa. Sin embargo, las probabilidades de que ello ocurra son mínimas, porque Ibarra o Flores tendrían que modificar su voto y es una lástima que ninguno de los dos haya emitido un voto particular al aprobarse la multa porque hoy podríamos conocer cuáles fueron realmente sus argumentos para oponerse.

TRIUNFO JURíDICO DE BRUNO FERRARI

Lo que sí avanza es la homologación de normas técnicas. La Secretaría de Economía obtuvo un importante triunfo jurídico, ya que la SCJN negó la suspensión que solicitó la Cámara de Senadores al Acuerdo de Equivalencias que regulan aparatos electrónicos.

La homologación de normas a la cual se opone no sólo el Senado sino las empresas que se dedican a la certificación, es una de las medidas de desregulación económica que ha impulsado el secretario de Economía, Bruno Ferrari, ya que permitirán la comercialización de aparatos electrónicos que ya cumplen con la normas de Estados Unidos o Canadá sin tener que pasar por el engorroso y tardado trámite de una nueva certificación en México.

Es un absurdo que aparatos electrónicos que cumplen con todas las normas internacionales tengan que estar sometidos a una nueva certificación en México.

CARSTENS OPTIMISTA SOBRE FMI

El gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, se mantiene optimista en torno a la posibilidad de que en cinco años, cuando termine el periodo de Christine Lagarde, como directora del FMI, se rompa el monopolio de Europa al frente del Fondo Monetario Internacional.

Carstens, quien realmente fue una fuerte competencia frente a Lagarde, aseguró que logró demostrar que sí hay en los países emergentes candidatos con experiencia para encabezar el FMI y confía en que en cinco años se logre una mayor integración de los países en desarrollo con un solo candidato y que los países desarrollados comprendan que deben abrir espacios.

El riesgo, si Estados Unidos insiste en mantener su monopolio sobre el Banco Mundial y Europa en el FMI, es que los países en desarrollo opten por crear nuevos organismos regionales, aunque en opinión de Carstens, sería un retroceso.

Carstens informó también que platicó ya con Lagarde, quien le ofreció buscar mecanismos de colobaración para fortalecer la gestión del FMI.