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Tintero económico | Alejandro Villagómez

La energía nuclear: ¿damnificada del desastre japonés?

Doctor en Economía por la Universidad de Washington. Especialista en macroeconomía, política monetaria y fiscal, ahorro y pensiones. Profeso ...

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Cuando ocurrió el desastre nuclear en Japón, después del terremoto y tsunami, se preveía que uno de sus efectos principales sería reavivar el debate sobre el uso de la energía nuclear como fuente alternativa a otros combustibles tradicionales, como los líquidos o el carbón

Miércoles 01 de junio de 2011

Un debate que había alcanzado su mayor punto después del desastre de Chernobyl hace ya varios años, pero que con el paso del tiempo y la adopción de mayores medidas de seguridad parecía estar perdiendo terreno. Fukushima mostró que estas medidas no parecen suficientes ante eventos de mayor envergadura, y las protestas de los grupos ambientalistas y verdes han arreciado en muchos países.

El lunes, Alemania anunció su “apagón” nuclear, de tal forma que para el 2022 dejarían de funcionar todos sus reactores. La decisión responde a las presiones de los grupos antagónicos al uso de esta fuente de energía, pero sobre todo a que en las últimas elecciones, el partido de la canciller Merkel había perdido terreno importante frente a los Verdes. Obviamente el “miedo no anda en burros” y el factor político se torna dominante frente a la cercanía de las elecciones, como sucede en prácticamente todos los países.

La principal interrogante es poder establecer cuál será el futuro de esta fuente de energía y su posible impacto en el mercado mundial de otros combustibles. Habrá que esperar si futuros gobiernos alemanes mantienen esta decisión. Mientras tanto, es posible que otros países también opten por modificar su programa nuclear, como de hecho ya lo ha anunciado Suiza. Pero hay otros que han apostado fuertemente por esta alternativa energética, como Francia, y difícilmente modificarán sus planes.

La energía nuclear se desarrolló de manera acelerada después de las crisis petroleras de la década de los 70. Entre 1970 y el 2008 esta energía se expandió por un factor de 2.5, pues de representar 0.5% en el total de fuentes generadoras de energía en 1970, aumentó su participación a 7% en los 90, aunque en la actualidad representa alrededor de 5.7%. De acuerdo a la Agencia Internacional de Energía Atómica, en la actualidad 29 países operan 441 plantas con una capacidad total de 375 GW(e) y se construyen 60 unidades más. Estados Unidos es el país con más reactores, 104, representando 27% de la producción total. Francia es el segundo país con mayor número de reactores, 58, con 17% de la producción mundial. Le siguen Japón, Rusia y Canadá. Por su parte Alemania cuenta con 17 reactores que representan 5.5% de la producción mundial total.

Esta energía se utiliza fundamentalmente para la generación de electricidad. En Europa Occidental, esta fuente genera aproximadamente 27% de la electricidad total mientras que en Norteamérica y Europa del Este contribuye con 18%. En el total mundial, la energía nuclear produce cerca de 14% de la oferta total de electricidad y 5.7% de la energía primaria. Aunque los combustibles fósiles siguen siendo la fuente fundamental de producción de energía, los cambios que se producen en el margen por la producción de otras fuentes son importantes en el comportamiento del mercado mundial de energía.

La energía nuclear produce aproximadamente 22% de la energía eléctrica alemana. Pero la producción de este país es mayor a lo requerido por su demanda interna, por lo que es un exportador neto, básicamente a Francia. Por cierto, este último país ha criticado severamente la decisión alemana. Evidentemente no sólo Alemania tendrá que pensar cómo sustituirá esta fuente de energía, sino que además podría afectar los planes franceses. El 17% de la energía en Alemania proviene de fuentes renovables, como la solar o la eólica. Si se mantienen los planes alemanes anunciados esta semana por la canciller Merkel, necesariamente tendrán que recurrir a un agresivo plan de expansión de estas fuentes. De lo contrario, tendrán que mantener su dependencia en fuentes tradicional, en particular el petróleo y el carbón.

La decisión que plantea Alemania no es sencilla pues tiene diversos riesgos y posiblemente altos costos. Este país es una de las principales economías del mundo y su dinamismo descansa fuertemente en su sector externo que refleja su competitividad en el mercado mundial. Esta propuesta de modificar su estructura energética puede tener un impacto indeseado en los costos de producción, por lo que ya enfrenta serias críticas entre distintos sectores de ese país. Pero como señalé antes, es necesario entender que el anuncio de Merkel se enmarca en un proceso electoral que se antoja complicado.

Si bien Fukushima ha enviado importantes señales de alerta al mundo, es poco probable que signifique un viraje radical en la expansión de la energía nuclear como fuente alternativa a los combustibles tradicionales. En todo caso, seguramente observaremos un mayor esfuerzo por mejorar los mecanismos de seguridad. Y también, seguramente veremos mayores avances en el uso de energías renovables.

 



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