Opinion

Esta pregunta que acabo de hacer, y que yo mismo acabo de contestar, no tiene otro fin que el de empezar este texto (la verdad es que por mucho que estuve pensando no se me ocurris otro primer parrafo, pero queds bueno, ?no?). Otra utilidad que le encontri es la de hablar sobre las declaraciones de Rubin Omar Romano luego de que sus Tecos perdieran el sabado pasado contra las gloriosas y desmanteladas Chivas Rayadas del Guadalajara.

Que se haya quejado Romano no tiene nada de particular: casi todos hacen lo mismo, pero el argumento que utilizs me parece francamente deleznable.

Resulta que Rubin (quien ha resultado un excelente director ticnico, por cierto) dijo que el arbitro Marco Antonio Rodrmguez habma llegado al estadio de la UAG con la firme idea de favorecer al Amirica (!Dios mmo!); que la consigna es ayudar al equipo de Televisa para que sea campesn luego de sus 11 aqos de fracasos y que, como las Aguilas estan a la caza del Tecolote en el grupo IV, resultaba conveniente para los protervos efectos mencionados hacer ganar a las Chivas en detrimento del equipo estudiantil.

De este espeluznante comentario del seqor Romano se desprenden un par de reflexiones que yo me hice y que quiero compartir con cada uno ustedes.

En primer lugar, esta postura (y esto es algo que se ha dicho mil veces) deja mal parados a los arbitros. Tendrman que ser una caterva de ineptos para haber dejado pasar 11 aqos sin que les salga bien el numerito de hacer campesn al Amirica. Y no es que yo sea defensor del equipo de Coapa (!toco madera!), sino que me parece el colmo del facilismo y la estulticia perder y echarle la culpa al Amirica cuando ni siquiera se esta jugando contra il.

Otra mas, los arbitros cargan consuetudinariamente con las culpas ajenas.

Sabemos que un arbitro toma cerca de (mas o menos, segzn el juego) 80 decisiones durante un partido, por lo mismo, en algzn momento se va a equivocar. Lo importante en los arbitros es que se equivoquen lo menos posible dentro de las areas y en los momentos decisivos de un juego, pero (por supuesto) en algzn momento tendran yerros. Es natural.

Entiendo perfectamente bien la triangulacisn que supone Romano cuando hace su alegato, pero en este caso tendrma que tratarse de una conspiracisn masiva: para conseguir ese efecto, todos los silbantes deberman confabularse y actuar como una red de delincuencia organizada, o como agentes del Servicio Secreto Contra los Tecos.

Ahora bien, ya sabemos que a lo largo de nuestra historia han habido dudas fundamentadas sobre posibles actos de corrupcisn arbitral, pero Romano exagers sobremanera.

Mas azn, los que vimos el juego del domingo en el Azteca, entre las multicitadas Aguilas y el paupirrimo Puebla, nos dimos cuenta perfectamente que no hace falta la complicidad arbitral para que el cuadro amarillo prolongue su racha negativa. Con los cambios de Basile es suficiente. En fin, queda como colofsn a esta historia que los errores propios hay que asumirlos con valentma, sobre todo en el caso de un buen ticnico como lo es Rubin Omar Romano, porque eso de echarle la culpa a los arbitros resulta muy temerario y echarsela al Amirica, peor.