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Empresa | Alberto Barranco

Siempre sí Ferromex y Ferrosur

Periodista, cronista de la Ciudad de México, hombre de letras y, al mismo,tiempo profesional de la economía. Analiza en la radio y en la pren ...

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Seis años después de vivir juntos, finalmente Ferromex recibió la licencia para casarse con Ferrosur, en cuya ceremonia los hijos de la pareja le levantarán la cola a la novia, en un escenario que demuestra una vez más las graves inconsistencias de la Ley Federal de Competencia Económica

Miércoles 30 de marzo de 2011

La boda, a la que se opuso tenazmente la instancia en custodia del ordenamiento, le rompe la columna vertebral a la estructura con que se planeó la privatización de los ex Ferrocarriles Nacionales de México, que permitía una competencia entre tres gigantes concesionarios de otros tantos troncales.

La pelea será ahora sólo entre dos: Infraestructura y Transportes México, la razón social con que opera Ferromex-Ferrosur, y Kansas City Southern, quien mantiene el troncal Noroeste.

En el terreno práctico, la primera seguirá controlando, ahora con la bendición oficial, el 51.6% del transporte ferroviario de carga en la república mexicana… frente al 37.6% de la propia Kansas City Southern.

El resto lo acaparan líneas cortas como el Ferrocarril Chiapas-Mayab.

La operación del binomio propiedad del Grupo México del “rey del cobre”, Germán Larrea Mota Velasco, alcanza cuatro puntos fronterizos: Mexicali, Nogales, Ciudad Juárez y Piedras Negras, frente a dos de su competidora: Nuevo Laredo y Matamoros.

Más allá, conecta cuatro puertos en el Océano Pacífico: Guaymas, Mazatlán, Manzanillo y Salina Cruz, frente a uno solo de Kansas.

Y si le seguimos, hacia el golfo de México el mercado es cuatro a tres: Tampico, teniendo opción en éste de cobrar derechos de paso; Veracruz y Coatzacoalcos, manteniéndose del otro lado a Tampico, Veracruz y Altamira; éste también con derechos de paso.

Desde otro ángulo, la concentración entre Ferromex y Ferrosur permite conectar a cuatro ciudades importantes del país: la capital, Guadalajara, Saltillo y Monterrey, teniendo posibilidad de cobrar derechos de paso en las tres últimas, en tanto Kansas City Southern alcanza a las mismas, con excepción de Saltillo, por más que en su lugar se ubica a San Luis Potosí.

Lo grave del caso es que de acuerdo al título de concesión por 50 años otorgado a las empresas que le entraron a la privatización de los ferrocarriles, ninguna de ellas podría adquirir más del cinco por ciento de un troncal similar.

De ahí la tenacidad con que la Comisión Federal de Competencia se opuso a la fusión, por más que cuando se le notificó de la misma el hecho estaba consumado.

El episodio dibuja de cuerpo entero la fragilidad de la ley, cuya reforma, después de descafeinar la iniciativa original, se mantiene congelada en el Congreso.

Hete aquí que originalmente la Comisión Federal de Competencia había dictado una resolución en la que se oponía a la posibilidad de que Larrea le comprara al magnate Carlos Slim el troncal del Sureste, que a su vez éste se lo había comprado a Tribasa, el concesionario original.

El caso es que contra viento y marea la operación se realizó, planteándose una nueva solicitud de autorización sobre la base de que las firmas no se fusionarían de acuerdo a la definición de la Ley de Sociedades Mercantiles, que considera como tal cuando se juntan dos empresas en una sola, actuando con la misma marca, planteando la misma dirección fiscal, los mismos servicios y las mismas tarifas, lo que implicaría la desaparición de una de ellas.

Lo nuestro, decía la solicitud, es una concentración en la que no habría competencia en el mercado relevante.

Sin embargo, la CFC se mantuvo en su macho.

Más aún, meses después le impondría la firma concentradora, Infraestructura y Transportes México, una multa de 419 millones de pesos, la más alta hasta entonces, por desacato a la resolución que impedía la compra de Ferrosur.

Adicionalmente, se acusaba a las empresas integradas en una, de coludirse para fijar tarifas uniformes en zancadilla a la competencia, en paralelo para intercambiarse información.

Naturalmente, el Grupo México se amparó contra las dos acciones alegando que Ferromex y Ferrosur seguían siendo competidoras, por más que estuvieran integradas en un solo agente económico y compartiendo el mercado relevante.

El asunto se empezó a resquebrajar para la Comisión Federal de Competencia cuando la firma que actuaba como tercer interesado, es decir Kansas City Southern, se retiró de la pelea aduciendo que su objetivo estaba cumplido al fijar el Grupo México tarifas justas en materia de derechos de vía.

Concedido, finalmente, un amparo definitivo a Ferromex-Ferrosur, la CFC se jugó su última carta al plantear un recurso de revisión ante el Primer Tribunal Colegiado en Materia Administrativo… el cual acaba de rechazarse.

El pleito de seis años lo ganó pues, el Grupo México, por más que la marca no incluya al país.

Licencia para otro monopolio.

Balance general

El próximo miércoles se cumple el plazo de ley para que la Comisión Federal de Competencia acepte o deseche las denuncias cruzadas entre las principales firmas de telecomunicaciones en el país, Televisa-TV Azteca-Cablevisión-Axtel-Marcatel y demás contra Teléfonos de México y Telcel, y éstas a su vez contra las televisoras.

La dependencia encabezada por Eduardo Pérez Motta tiene tres opciones de salida: abrir la investigación correspondiente si se evalúa mérito de las querellas, es decir evidencias de violación a la Ley Federal de Competencia Económica; desecharla “por notoria improcedencia” si no empatan las acusaciones con lo que prohíbe el ordenamiento, o calificarlas de “meritorias” pero con elementos incompletos, en cuyo caso se pedirá el replanteamiento.

Estamos hablando de seis denuncias en la mesa.

Naturalmente, sea cual fuere el derrotero se incrementará al máximo el nivel de decibeles de este escándalo.

Mexicana no sale

A pesar del plazo de 90 días solicitado por el conciliador y administrador designado de Mexicana de Aviación para celebrar el Convenio Concursal que declararía en proceso de quiebra ordenada a al línea aérea, hasta hoy no existe en el horizonte viso alguno de seriedad de los grupos que planean su rescate.

Ninguno de ellos ha logrado exhibir la liquidez que exige el gobierno, por más que uno, es decir, TC Group, ya depositó el millón de dólares para pagar las acciones.

Por lo pronto, quien ya le comió el mandado es Interjet, firma que movilizó en enero pasado 458 mil pasajeros, lo que representa un crecimiento de 77% en relación al mismo mes de 2009.

A su vez, Aeroméxico ya le tumbó a la firma el nicho que tenía con sus vuelos a Cuba, en tanto Aviacsa está saliendo al mercado con ofertas de viaje sencillo a Cancún, Guadalajara, Mérida, Monterrey, Tuxtla Gutiérrez y Villahermosa, a 399 pesos.

Gruma, la hizo

Finalmente el Grupo Maseca de Roberto González Barrera logró colocar exitosamente en el piso de remates de la Bolsa Mexicana de Valores la participación accionaria que mantenía en Banorte.

El precio de colocación alcanzado fue de 52 pesos por título, lo que permitió una recaudación de nueve mil 232 millones de pesos.

Los recursos se emplearán para cubrir anticipadamente 12 créditos por 811 millones de dólares, con lo que la principal fabricante de harina de maíz nixtamalizada en el país reduce su débito total en 50.

La firma acaba de recuperar su calidad crediticia de grado de inversión.

 

 



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