La nariz grande y con joroba de Lisa Edelstein
Martes 05 de octubre de 2010
De acuerdo a los fisonomistas, una nariz grande expresa voluntad, originalidad y perseverancia; si además tiene una pequeña joroba, indica que se trata de una persona impetuosa, que no le tiene ningún miedo a los retos.
Si es cierto lo que dicen estos expertos en los rasgos faciales, la actriz estadounidense Lisa Edelstein -también conocida como Lisa Cuddy, su personaje en la serie de televisión Dr. House- posee muchas e importantes cualidades, porque precisamente así es la suya.
La nariz es la parte más prominente de la cara por lo que, después de los ojos, es el rasgo que más llama la atención de la gente. Un apéndice nasal grande, desviado, demasiado curvado o muy aguileño puede representar para muchas personas una verdadera molestia y severos problemas de autoestima.
Este no es el caso de Lisa, quien no se acompleja del tamaño y forma de su nariz y hasta “se da el lujo” de bromear respecto a ello, como lo hizo hace un tiempo durante una entrevista para un medio electrónico, para el cual declaró: “Mi nariz de ocho kilómetros”.
Según los resultados de algunos estudios que se dieron a conocer recientemente, para la salud, una nariz de tamaño considerable tiene ventajas contra una pequeña, pues se ha demostrado que entre más grande sea, también es mayor la protección contra las partículas de polvo y bacterias, hasta en un 7%.
La opción quirúrgica
Para quienes no son suficientes estos argumentos y de cualquier forma desearían cambiar el tamaño y forma del apéndice nasal, existe la cirugía.
El nombre de la operación es rinoplastia y, después de la liposucción, es una de las intervenciones estéticas más populares en el mundo. El objetivo es que la nariz sea más armónica y, a veces, también se realiza para mejorar la capacidad respiratoria de la persona, sobre todo en los casos de tabique desviado.
Una operación de este tipo puede corregir uno o varios aspectos, entre los más importantes: reducción del ancho de la punta nasal; acortamiento de la proyección nasal; elevación de la punta nasal; perfilado o limado de la giba o dorso nasal; estrechamiento nasal mediante fracturas laterales; injertos de cartílago para reforzar, remodelar o dar mayor consistencia a la nariz; en casos de desviación, extirpación parcial y remodelación del tabique; reducción de los orificios nasales, en caso de ser muy grandes; y reducción de las aletas nasales.
En función de una valoración indiviudal, el médico y el paciente decidirán qué es lo que se puede corregir.
El resultado es inmediato, pero se inflama mucho la zona y se coloca una férula (de yeso, plástico o metálica acolchada), por lo que el paciente deberá esperar por lo menos tres semanas para poder observar el resultado real.
Aunque no se trata de una cirugía plástica dolorosa, para algunas personas la recuperación puede resultar bastante incómoda y difícil.
Como en toda cirugía, aunque son mínimos, existen ciertos riesgos: puede presentarse sangrado, hematomas, inflamación y cicatrización anómala.
Como se trata de la nariz, también se debe tener en cuenta que puede haber consecuencias como sobreelevación de carácter cicatricial o irregularidades.