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Historias de reportero | Carlos Loret de Mola

Las mujeres de la selección

Carlos Loret de Mola nació en Mérida, Yucatán, México, en 1976. Tiene una licenciatura en Economía por el Instituto Tecnológico Autónomo ...

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Jueves 23 de septiembre de 2010

Por correo electrónico, celular y mensajes de Blackberry, ayer los seleccionados de futbol mexicanos, coordinándose entre Europa y América, se pusieron de acuerdo: llevando por delante a su capitán, Rafa Márquez, firmaron una carta de fuerte reclamo a la Federación Mexicana de Futbol y al director de Selecciones Nacionales, Néstor de la Torre, por la manera en que se ha abordado públicamente el escándalo de la fiesta de hace dos semanas en Monterrey, después de un aburrido juego en que ganaron 1-0 a Colombia. La enviarán hoy, pero no saben aún si se hará pública porque su postura es que “la ropa sucia se debe lavar en casa”. Están indignados.

Los jugadores denuncian que, tras dicho encuentro, fueron advertidos por sus directivos: no salgan del hotel, afuera está muy peligroso. El gobierno no se podía dar el lujo de que algo le pasara a una figura del balompié. Como les advirtieron guardarse —aun cuando ya habían terminado los partidos de compromiso y les correspondía “romper filas”—, De la Torre les rentó un salón del hotel para que tuvieran la tradicional fiesta.

Algunos seleccionados se emborracharon y estuvieron con chavas, cosa que sucede habitualmente durante torneos, copas continentales, y hasta justo tras la eliminación frente a Argentina, en el Mundial de Sudáfrica. El problema es que esta vez se supo: se publicaron fotos del cachondeo.

A partir de ahí, se han desatado moralina, puritanismo, confusión entre lo privado y lo público y un pésimo manejo de la Femexfut que tiene a medio país hablando de la conducta sexual de unos jóvenes profesionales de ese deporte, cosa que no debería incumbir a nadie más que a ellos.

La Federación promueve el linchamiento moral de algunos jugadores por su gusto por estar “con mujeres” —dicho así, con un tono de prohibido, casi demoniaco—; suspende a Vela y Efra por medio año, una medida de maquillaje, pues en realidad se van a perder un sólo partido, contra Venezuela, en Ciudad Juárez (donde, para como están las cosas, les dirán que no salgan, ya no del hotel, sino del vestidor), y multa con 50 mil pesos (simbólico para ellos) a once más.

Así, De la Torre se apega a una de las tradiciones más arraigadas en México entre quienes llegan a puestos directivos públicos y privados: hacerse a un lado y entregar la cabeza de quienes están bajo sus órdenes... como si él no hubiera rentado el salón, como si no hubiera existido el director técnico Efraín Flores al mando del pelotón, como si históricamente la Femexfut no hubiera alentado y tolerado fiestas para mantener contentos a quienes son materia prima del negocio: los jugadores.

La medida del atraso: tuvieron que pasar años para que la Femexfut diera a conocer pocos detalles del expediente de los jugadores que se doparon en la Selección en 2005, apelando a lo que llamaba “código de vestidor”. Pero para exhibirlos por una fiesta ¡con mujeres! no tardó ni dos semanas.

Y, claro, embebidos en el chisme, nadie se preocupa por contratar un director técnico fijo ni en que los futbolistas rindan lo que prometen.

SACIAMORBOS

Independiente a esto, los mejores deseos de éxito de salud para Néstor de la Torre.

 



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