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Itinerario Político | Ricardo Alemán

Fox está en campaña; y va contra Calderón

Nació en la ciudad de México en 1955 e inició en 1980 su carrera profesional como reportero del diario "A.M." de León Guanajuato. Ha trabaj ...

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Miércoles 11 de agosto de 2010

Desde su inicio en política, Vicente Fox fue hablantín, boquiflojo y dicharachero. En realidad, esas características marcaron su éxito mediático, político y electoral. Y sabedor de esa verdad, hoy vuelve sobre sus pasos a la campaña electoral, y a la declaración mediática y engañabobos.

Pero lo interesante no es tanto lo que dice Vicente Fox, sino por qué y para qué lo dice. ¿Por qué hoy viene con el sambenito de la legalización de las drogas, cuando en su gobierno no sólo le dio miedo iniciar ese debate, sino enfrentar las bandas criminales; cuando en su gestión se fugó de una cárcel de máxima seguridad El Chapo Guzmán, y nadie fue castigado por la evidente complicidad oficial; cuando en la segunda mitad de su administración no se atrevió a mover un dedo contra el crimen organizado y el narcotráfico?

Lo cierto es que al bocón, hablantín y fantoche de Fox, le importa un pito la lucha contra el crimen y el narcotráfico, le vale sorbete si se legaliza o no la mariguana, o si es correcta la estrategia emprendida por el gobierno de Calderón contra las drogas. ¿Y entonces qué le importa a Fox? En ese orden, le importan: la sucesión presidencial, cobrar venganza de aquel que le tumbó a su sucesor, y arrebatarle la sucesión al propio Felipe Calderón. Lo demás es espectáculo de un fantoche que, en su tiempo, defraudó a todos.

Y es que hoy todos saben que en el gobierno de Calderón, y en su gerencia de la colonia Del Valle —conocida como PAN—, se cocina la imposición del sucesor presidencial, y que el cocinero —conocido como Navita— tiene lista la degollina para el sacrificio que aderezará la cena de alumbramiento. ¿Y quién creen que será el sacrificado? Se llama Manuel Espino, quien fuera presidente del PAN, quien se la jugó con Santiago Creel en 2006, y desde entonces es el más acérrimo enemigo de Felipe Calderón. Y claro, Espino es leal a toda prueba de Fox.

Bueno, pues resulta que Fox saltó a la campaña de 2012, no sólo para salvar la cabeza de Espino, no sólo para cobrar venganza contra Felipe Calderón, sino también para intentar arrebatarle al Presidente la sucesión presidencial. Quiere hacer lo que le hizo Calderón.

Pero vamos por partes. ¿Por qué Fox estaría de vuelta para cobrar venganza? Elemental. Porque hace seis años —por estas fechas—, Calderón inició una eficaz precampaña presidencial que terminó cuando le arrebató a Fox el derecho a imponer a su sucesor. Un ejercicio elemental de memoria nos hará recordar que Fox tenía en Santiago Creel al sucesor ideal, en tanto que Manuel Espino —entonces presidente del PAN— era el operador de la sucesión. Bueno, pues ese esquema fue destruido por Calderón, quien terminó por arrebatarle a Fox la partida y, claro, al sucesor, que fue el propio Calderón.

Y resulta que hoy, seis años después, Vicente Fox viene por la factura. Y lo primero que tratará de evitar es que le corten la cabeza a su leal escudero, Manuel Espino. Luego intentará apoderarse del CEN del PAN, que se renovará en diciembre. Esos movimientos obedecen a que lo primero que se debe ganar, para intentar ganar una candidatura presidencial, es el control del partido. Así, con su equipo completo y con el control del partido, Vicente Fox intentaría arrebatarle la candidatura presidencial a Felipe Calderón.

Lo que no sabe Fox es que, para entonces, Calderón y su cocinero no sólo tendrán lista la mesa, sino la cena y al iluminado. Y es que en efecto, por curioso que resulte, todo indica que Calderón será un jefe del partido, desde el gobierno, peor que Vicente Fox. ¿Por qué? Porque Fox, por lo menos, permitió la lucha interna en el PAN, a pesar de que impulsaba a su preferido. Pero Calderón mantiene atornillados a los pretendientes a sucederlo, los tiene amenazados y, cuando lleguen los tiempos del Presidente, por ahí de enero, saldrá con la embajada de que todos, en cargada, deberán apoyar a su “delfín”. Y ya sabemos quién es el “delfín”.

Es decir, Calderón se estará negando a sí mismo, negaría a su partido, la historia de los azules y mientras hará todo por imponer a su sucesor, al más puro estilo del viejo PRI; Gómez Morín y muchas generaciones de azules se estarán revolcando en sus tumbas. Y sí, ese es Calderón el demócrata, al que le “daba asco el PRI” ¿Ver para creer? ¿O no?

 

 

 

 

 



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