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Itinerario Político | Ricardo Alemán

Aplasta el PRI

Nació en la ciudad de México en 1955 e inició en 1980 su carrera profesional como reportero del diario "A.M." de León Guanajuato. Ha trabaj ...

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Lunes 05 de julio de 2010

Lo “políticamente correcto” es reconocer que con el muy probable triunfo de la alianza opositora en Oaxaca, Puebla y Sinaloa, las alianzas de la derecha y la izquierda habrían obtenido un importante triunfo. Más aún, hay quienes sólo con la victoria de Oaxaca se dan por bien servidos.

Sin embargo, y alejados de ese romanticismo opositor que anima a muchos, la verdad es que el PRI aplastó ayer. ¿Por qué sostenemos que el PRI se llevó un triunfo zapato en la primera elección concurrente? Porque en los estados donde no habría ganado de manera directa, con sus candidatos propios —nueve en total—, ganaron sus colonias sembradas en el PAN y el PRD.

¿De dónde provienen, hasta hace muy poco tiempo, los candidatos Gabino Cué, Rafael Moreno Valle, y Mario López Valdez? La respuesta la saben todos, del PRI. Más aún, en el caso de Oaxaca —que pudiera ser el único triunfo opositor—, Gabino Cué es el heredero del poderoso grupo político del ex gobernador y ex secretario de Gobernación, del PRI, Diódoro Carrasco, quien mudó al PAN para arrebatarle el poder a Ulises Ruiz.

¿Ante esta realidad, quién garantiza que Gabino Cué, Rafael Moreno o Mario López van a gobernar con los principios y la doctrina del PAN o del PRD? La respuesta también la saben todos. Nadie garantiza que pudieran ser gobiernos azules o amarillos.

Y para quienes lo duden, basta recordar las alianzas que echaron al PRI en Chiapas, y Yucatán, en donde los gobernantes surgidos del binomio azul y amarillo resultaron peor que los viejos priístas.

Si somos más rigurosos, el PAN y el PRD pagaron muy caro su alianza y un potencial triunfo en Oaxaca, Puebla y Sinaloa. ¿Por qué? Porque en su esquizofrenia por ganar esos tres estados casi le entregaron en bandeja de plata, al PRI, los gobiernos de Aguascalientes y Zacatecas. Esos dos bastiones eran de viejo cuño azul y amarillo.

Pero la tragedia apenas empieza. Y es que la pelea electoral de ayer en 12 entidades es un previo a las batallas de 2011 y 2012; y a querer o no, el PRI extiende su control territorial y estatal. Pudiera perder dos estados, pero recupera dos más. Sin embargo, otra vez con un poco de rigor, el PAN y el PRD, pierden cada uno dos entidades —Aguascalientes y Zacatecas, respectivamente—, pero a ciencia cierta no ganan nada, porque no tendrán control ni político, ni presupuestal, ni programático, ni territorial de Oaxaca y Puebla.

Por otra lado, llama la atención la nueva amenaza que enfrenta el sistema de partidos, la democracia electoral y, en general el Estado mexicano todo. ¿De qué estamos hablando? De la aparición de un nuevo actor político innegable; el miedo producto de la incursión del crimen en la lucha por el poder político. El miedo también fue derrotado.



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