¿Quién diablos es Paty Flores?
Carlos Loret de Mola nació en Mérida, Yucatán, México, en 1976. Tiene una licenciatura en Economía por el Instituto Tecnológico Autónomo ...
Más de Carlos Loret de MolaJueves 24 de junio de 2010
Sexenio a sexenio, en Los Pinos despacha alguien que no será muy identificado por los ciudadanos pero cuya influencia en las decisiones del Presidente de México le vuelven pieza fundamental en la vida nacional. En el entorno de Felipe Calderón en los últimos dos años nadie ha acumulado el poder de Patricia Flores Elizondo.
Duranguense, 42 años de edad, sobrina del ex vocero de Fox y ex secretario de Turismo Rodolfo Elizondo, ha estado cerca del Presidente desde tiempos de su campaña política y ahora despacha como jefa de la Oficina de la Presidencia, da órdenes a la mayoría de los secretarios de Estado —varios de ellos y no pocos subsecretarios le deben la designación— y se ha vuelto una de las voces que más pesan, quizá la que más, en el ánimo presidencial.
Fuentes de primer nivel han confiado a este reportero en distintos momentos que es Paty Flores, como se le conoce, quien ha alentado en el primer mandatario mexicano la explosión de un carácter de pronto revanchista, agresivo, de ruptura de alianzas, de desconfianza del otro. Cuentan que si está en sus manos conciliar, lo evita. Si puede apagar un fuego, lo atiza. Sus estrategias han dividido al gobierno, a los integrantes del gabinete y hasta al equipo más cercano al jefe del Ejecutivo.
A Patricia Flores se atribuye la operación de grabar y divulgar las conversaciones telefónicas privadas de los gobernadores priístas maquinando el fraude electoral que condujeron al Presidente a avalar en el discurso una práctica ilegal.
A ella también atribuyen que desde “la silla” no haya otra acción de gobierno que la destinada a llevar al PAN a triunfar en las elecciones, con la impudicia que haga falta. Aliada con otras dos personas del primer círculo calderonista —el encuestador de cabecera Rafael Giménez y la coordinadora de Estrategia, Sofía Frech—, se le ubica como principal promotora de la precandidatura de Alonso Lujambio, intentando aplastar las aspiraciones de Ernesto Cordero, Javier Lozano y Josefina Vázquez Mota.
Se sabe que lleva la firma de Paty Flores la renuncia de Héctor Osuna a la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel), a quien se amenazó de abrirle y escalarle procesos en la PGR y la Función Pública, por su aparición en el escándalo de las grabaciones telefónicas —las no avaladas por el Presidente, claro— del ex secretario de Comunicaciones, Luis Téllez, que promovió la ex subsecretaria de SCT, Purificación Carpinteyro. El objetivo: intentar controlar a los medios de comunicación a través de Cofetel de cara a la lucha sucesoria. El punto de quiebre: que Flores ordenó cancelar concesiones al regiomontano Fernando Canales Clariond en venganza porque no apoyó como se esperaba la campaña panista.
Hace tres meses, la revista Poder denunció además que Flores tenía desde el inicio del sexenio a sus cuatro hermanas y a su mamá en la nómina del gobierno federal. A pesar del escandaloso nepotismo, se sabe que sólo dos han renunciado.
La ventaja de Patricia Flores es que está insuficientemente reporteada.