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Economía Informal | Macario Schettino

Tragedias

Macario Schettino se dedica al análisis de la realidad, en particular la de México, desde una perspectiva multidisciplinaria: social, políti ...

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Bueno, pues ya explotó la crisis en Grecia. Ya habíamos comentado algo al respecto en ocasiones anteriores, pero ahora ya es un hecho

Jueves 29 de abril de 2010

Resulta que ese país, a pesar de los acuerdos con la Unión Europea y de la zona Euro, nunca puso en orden sus cuentas, y ha llegado el momento en que no puede pagar sus deudas, y los inversionistas optan por retirarse (los que puedan).

Lo que hoy le pasa a Grecia no es cosa rara, muy por el contrario. Es muy frecuente que los países exageren en la contratación de deuda porque parece una forma muy fácil de resolver problemas. Si lo duda, pregúntele a quien hoy tiene una tarjeta de crédito en problemas. Siempre es lo mismo: como quiere uno gastar más de lo que gana, se hace fácil hacerlo con crédito, porque en lugar de pensar en la deuda como la cantidad total, se piensa en ella como la mensualidad que hay que cubrir. Así, si alguien debe 100 pesos, no piensa en esos cien, sino en los dos pesos que tendrá que pagar al mes, y se le hace poco. Con el tiempo, esos dos pesos se convierten en 10, y los 100 en 500 y uno se da cuenta de que no tiene cómo pagar. Y entonces uno empieza a hablar mal de quien le prestó dinero, porque se trata sin duda de un abusivo que está tratando de quedarse con mi patrimonio. Ajá.

Lo mismo le ocurre a los gobiernos: quieren gastar más (para que la sociedad viva mejor y, sobre todo, para que sigan votando por ellos) y no quieren cobrar más impuestos (por lo mismo). Se les hace fácil financiarse con deuda, porque el pago anual es manejable, pero con el tiempo deja de serlo, y la deuda resulta que no se puede enfrentar.

Entonces hay que corregir, y esto significa devaluar, cobrar más impuestos y reducir los gastos. Es decir, exactamente lo que se quería evitar, pero en mayor cantidad, porque los problemas financieros, con el tiempo, sólo crecen.

Bueno, decía que esto ocurre con frecuencia. En un gran libro publicado hace unos pocos meses, Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff (This time is different) hacen un recuento de los defaults de los gobiernos en los últimos siglos. Prácticamente tenemos problemas de este tipo en todos los años, y en ocasiones de varios países simultáneamente. Si quiere ver el comportamiento país por país, Reinhart publicó un documento de trabajo el pasado marzo, en la National Bureau of Economic Research (NBER), que puede encontrar en la página de esta organización: www.nber.org (el número del documento es 15185).

Ahora le toca a Grecia, que sufrió la reducción de su calificación prácticamente a basura, e inicia el proceso en Portugal, que todavía no cayó tan bajo, pero quedó cerca de ello. Ayer mismo, le bajaron la calificación a España, sólo como advertencia, porque este país sigue estando en AA, que está más cerca del cielo que del infierno. Es más una señal acerca del comportamiento futuro de esa economía que de un posible incumplimiento, pero de cualquier manera se suma a las decisiones anteriores sobre Grecia y Portugal, y produce preocupación.

Para México, esto significa menos flujos del exterior, de momento, porque así reaccionan los inversionistas: rápido y mal. Por eso el peso, que ya andaba llegando a 12 por dólar, se ha regresado 50 centavos. No debería pasar nada más allá de ello en el corto plazo. Sin embargo, esta columna insiste en la debilidad de nuestra economía, tanto por el lado de las finanzas públicas como de las divisas. En ambos casos, la caída de producción de petróleo y el incremento de importaciones de gasolina ha reducido el margen que teníamos. No es cosa menor, si pensamos que en cinco años perdimos 900 mil barriles en las exportaciones, mientras que importamos 300 mil barriles diarios de gasolina adicionales (que representan el equivalente a 400 mil barriles de petróleo). No es cosa menor si pensamos que esto implica una caída de más de 60% en las aportaciones de dólares que hacía el petróleo, el mejor negocio que tenemos.

Por eso, si los mercados internacionales se complican, México debe preocuparse. No porque ahora necesitamos urgentemente dólares, porque no es así, sino porque los vamos a necesitar a partir de octubre.

Y no está de más recordar que septiembre y octubre son muy malos meses en cuestión de riesgo. Ha de ser por el inicio del otoño, pero en esa época del año es cuando más sensibles están los inversionistas, y cuando más se complican los mercados.

Finalmente, lo que ocurre en Grecia confirma que no siempre incrementar el gasto es una buena medida. Y seguramente no lo es cuando ya tiene uno presiones en la deuda. Es bueno comentarlo, porque explica por qué las medidas tomadas en México frente a la crisis durante 2009 no fueron mayores. Simplemente, ya no tenemos más margen. No es posible en México tener un déficit mayor al que ya tenemos. Incluso ése es ya peligroso.

Ojalá la tragedia griega nos sirva de ejemplo, y también esperemos que no continúe a otros países en Europa. Grecia y Portugal son economías pequeñas que no alteran el mapa internacional de forma significativa, pero si España, o Bélgica, que no anda muy bien, cayeran en una situación similar, sería espantoso. De momento, parece que no será así, pero no deje de ver lo que pasa del otro lado del charco, es más importante de lo que parece.



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