Opinion

No es la primera vez que el padrón electoral o alguna otra base de datos de los gobiernos locales y/o federal están en manos de particulares. Y tampoco es la primera vez que se denuncia. El caso reciente más polémico es el Hildebrando, SA de CV, empresa del cuñado de Felipe Calderón, que fuera acusada de dar un mal uso al padrón durante la campaña presidencial de 2006. Se recordará cómo las denuncias no prosperaron. Lo que alarma de la investigación de EL UNIVERSAL no es que en Tepito se pueda conseguir el padrón (está en manos de los partidos y sus representantes, es decir: en manos de casi quien sea). Asusta que datos íntimos que los ciudadanos aportamos por obligación al Estado, estén a la venta. Como los de las licencias de conducir; como el registro de vehículos o los listados de teléfonos, incluso los públicos. En un país en guerra contra grupos criminales con un poder económico, político y/o corruptor enorme, es para ponerse a temblar que los policías vayan a Tepito para armar sus bases de datos. Así de indefensos estamos los ciudadanos: ¿Se imagina qué harán los Mochaorejas de este país con esa lista en las manos? O cualquiera de los cárteles. O las policías corruptas. O los extorsionadores. O…

Pues Joaquín Sabina no se retractó de su acusación contra Felipe Calderón, a quien llamó “ingenuo” por creer que ganaría a los cárteles. “El presidente Calderón creo que fue muy ingenuo, por decirlo de buena manera, cuando planteó esa batalla”, dijo entonces. Ayer comió con el Presidente en Los Pinos. Estuvieron Consuelo Sáizar, directora de Conaculta; Fernando Gómez Mont, secretario de Gobernación, y Ernesto Cordero, titular de Hacienda, entre otros. “El ingenuo era yo”, dijo el cantautor español al salir, pero en realidad ironizaba. ¿Se retractó Sabina?, preguntaron los reporteros a Gómez Mont. “No. No había por qué retractarse”, respondió. Y no les dieron las diez y las 11, mucho menos las 12, la una, las dos o las tres. En realidad se despidieron muy temprano. Demasiado temprano: en la residencia oficial había hasta mariachis.

La prensa estadounidense ha puesto especial interés a un nuevo fenómeno de migración en México: los residentes de los estados fronterizos abandonan el territorio nacional para internarse, con visas temporales o como pueden, a ciudades de EU. Muchos se van con el dinero que tienen ahorrado, y con sus negocios. El último trabajo periodístico es el de The New York Times, que documenta a los habitantes de El Porvenir, Chihuahua. Las familias de EU con parientes en México, hacen lo que está a su alcance para rescatar a los suyos de la violencia. El fenómeno es tan fuerte que universidades como la de Arizona han iniciado el estudio de este comportamiento poblacional, que seguramente trascenderá al actual gobierno federal.

Apunte final: La defensa de las hermanas Casimiro, nanas de Paulette Gebara Farah, teme que la procuraduría del Edomex se vaya por lo delgado de la cuerda, e inculpe a las dos trabajadoras del hogar.