Opinion

Justo unas horas antes de que el presidente Felipe Calderón viaje a Washington para participar en una cumbre sobre seguridad nuclear, la delincuencia organizada decidió contaminar agendas. En Nuevo Laredo, Tamaulipas, desde un auto en movimiento presuntos sicarios lanzaron al menos un artefacto explosivo en la sede del consulado de EU. El estallido en los jardines causó daños de consideración al inmueble, pero afortunadamente no cobró ninguna vida. De inmediato, Estados Unidos decidió cerrar la sede diplomática en demanda de garantías a la seguridad de sus empleados y visitantes. En lo que va del año, esta es la segunda ocasión en que una oficina consular de EU es cerrada por motivos de seguridad; el 24 de febrero se hizo en Reynosa, también por el clima de violencia. Y por si fuera poco, el ataque se registra días antes de la llegada a México de Michelle Obama. Ya se puede imaginar el nivel del dispositivo de seguridad que será montado en torno a la primera dama del país más poderoso del planeta.

El que se pregunte por qué el FBI se coló en las investigaciones del caso Paulette, puede encontrar la respuesta en la visión que tienen del asunto el subprocurador de Justicia del estado de México, Alfredo Castillo, y sus subalternos. Primero, la perla del responsable de la Unidad Canina de Búsqueda y Localización de la PGJEM, Joel Guzmán, quien “aclara” que el perro usado para encontrar a la pequeña buscaba a una persona viva, no muerta, por lo que hubiera sido necesario traer otro tipo de canino para encontrar el cadáver en la habitación. Y la del mismo Castillo, quien intenta sepultar todas las críticas con un: “En ninguna cabeza pasa que pudieran poner a una niña ahí, en las condiciones como después sería encontrada”. Pues sí, al parecer es necesaria la ayuda del FBI.

Lo que aquí parece impensable, en el extranjero no lo es tanto: militantes del PAN y PRI decidieron ir en alianza, pero en Estados Unidos, con el fin de lograr que se amplíen los derechos de los mexicanos migrantes. Josefina Vázquez Mota, coordinadora del blanquiazul en la Cámara de Diputados, y sus compañeras de partido Norma Leticia Salazar y Noemí Alejandra Reynoso, estuvieron con la coalición de Migrantes Mexicanos por los Derechos Políticos (Mimexpol). Al encuentro también acudieron, por parte del PRI, el diputado federal Jorge Arana Arana y el secretario de Gestión Social del Comité Ejecutivo Nacional, Javier Guerrero García. La reunión tuvo lugar en Chicago, donde alrededor de 250 personas pidieron que se legisle para que se permita la obtención de credencial de elector en el extranjero, facilitar el derecho al voto, y que exista representación política migrante en ambas cámaras del Poder Legislativo.

Apunte final: Todo estaba listo para conmemorar el 91 aniversario de la muerte de Emiliano Zapata. Al lugar, en pleno corazón de Chinameca, en Morelos, asistieron la familia del héroe revolucionario y representantes de los Poderes de la Unión. Pero antes de que el presidente Felipe Calderón exaltara el legado de Zapata, reconocía que “por primera vez” estuvieran presentes los presidentes de los Poderes de la Unión en esta ceremonia cívica, justo en el lugar donde murió asesinado a traición el luchador social. Pero se equivocó; estuvieron casi todos, ya que el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Francisco Ramírez Acuña, no asistió; en su lugar envió al diputado Francisco Salazar Sáenz. III Hay señales de que el malestar entre los panistas de Sinaloa por la candidatura de Malova va en aumento. Ya se pueden ver en automóviles y edificios calcomanías con la leyenda “Yo soy panista congruente, anulo mi voto 2010”.