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Bajo reserva | Periodistas EL UNIVERSAL

Como si Patricia Espinosa no existiera

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Jueves 14 de enero de 2010

Sólo faltó que físicamente Arturo Sarukhán hiciera a un lado con la palma de su mano a la secretaria de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa. Aunque en esencia lo hizo: se dirigió a los cónsules como si fuera el titular de la cancillería. Nos cuentan que en esa urgencia por vender a México como un país seguro y estable, regañó a los representantes en diversas ciudades de Estados Unidos. Unos lo calificaron como humillante, otros de plano se sintieron agredidos por el embajador de México en Washington. Aseguran que no es la primera vez: Sarukhán suele actuar como si Espinosa no existiera. Se va por la libre, se da atribuciones que no le corresponden. Al final, los cónsules no dependen de él, sino directamente de la SRE. ¿Por qué habrían de escucharlo?

Seguramente las toneladas de información que vendrán desde Haití —por el terrible drama humanitario después del terremoto— sepultarán las dudas sobre las vacunas contra el virus A H1N1. El martes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer que frente a los cuestionamientos de Europa (que regresa masivamente las dosis) abrirá una investigación para que se aclare si exageró o no con la magnitud de la epidemia, y si los laboratorios tienen algo que ver. Lo mismo se ha cuestionado de México. Pero aquí esos señalamientos no prosperan. No hay mecanismos para obligar a que un gobierno, en este caso el federal, rinda cuentas. Mientras tanto, ayer, el secretario de Salud, José Ángel Córdova, volvió a sonreír en su tercer destape en un mes como precandidato del PAN a la gubernatura de Guanajuato.

Ya no es ir contra el tráfico de drogas: es retomar el control de la ciudad. Eso está pasando con Juárez. La nueva estrategia federal incluye un patrullaje más intenso de la Policía Federal, con más elementos y más tecnología, y la salida del Ejército de las calles. Pero, hasta donde se alcanza a ver, ninguna nueva estrategia retoma la idea original del presidente Felipe Calderón, la que anunció el 6 de diciembre de 2006, que era simple y llanamente acabar con el narcotráfico. Y bueno, hasta donde se sabe tampoco hay acciones sociales, o un reconocimiento de que las drogas son un problema de salud pública. Sólo más armas y elementos para Juárez.

Y Baja California Sur brincó a la escena. La captura en Los Cabos de Teodoro García Simental, El Teo, abrió el clóset. Desde hace tiempo se habla de una especie de “santuario” de narcos y políticos. También se dice que el gobernador perredista Narciso Agúndez ha menospreciado públicamente recomendaciones para que detenga el tráfico hormiga. Ayer, María Elba Lombera Romero, secretaria general panista allá, acusó a Agúndez de cerrar los ojos frente al narcomenudeo. Quizás tenga razón, pero, ¿será el PAN la autoridad para juzgarlo?

Apunte final: El capítulo entre el presidente Felipe Calderón y Leonel Godoy, gobernador de Michoacán, dio un giro anoche: el mandatario respondió con una carta al segundo. ¿En resumen? Que sí, señor Godoy, que usted tenía razón en eso de que los secretarios de Estado no lo procuran cuando van a la entidad. Ya se les ha pedido que le mantengan informado cuando vayan. Pero, ojo, el Presidente no habla de invitarlo a los eventos ni mucho más. Sólo le informarán si van por allá. Y de la hermana, ni una palabra.



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