Opinion

Muy bien fue recibida la noticia de que Benito Armando Archundia será el encargado de dirigir las acciones en la final de la Copa del Mundo de Clubes que se juega actualmente en Emiratos Árabes Unidos y que disputarán Estudiantes de la Plata en contra del FC Barcelona.

Ya en el año 2000, la FIFA había hecho un primer intento de organizar esta competencia, pero no fue sino hasta 2005 cuando se pudo consolidar tal y como la conocemos actualmente; es decir, estamos hablando de la quinta edición “de la era moderna”.

En el 2005 se enfrentaron en Tokio, en la final, el Sao Paulo (1) de Brasil, contra el Liverpool (0) de Inglaterra y fue precisamente el mismo silbante mexicano, Armando Archundia, quien llevó la ocarina en la boca en ese duelo decisivo.

En 2006, cuando jugaron el duelo por el título el Internacional de Porto Alegre (1) de Brasil, en contra del Barcelona (0) de España, el árbitro del partido fue el guatemalteco Carlos Batres.

Para 2007, en el duelo entre Boca Juniors (2) de Argentina y Milán (4) de Italia, el hombre de negro fue otro nazareno azteca, nada más y nada menos que el famosísimo Chiquimarco Rodríguez.

El año pasado, 2008, cuando la Liga Deportiva de Quito (0) mordió el polvo ante el Manchester United (1) inglés, fue un árbitro de Uzbekistán Rausan Irmatov el elegido.

Y ahora, en el 2009, la distinción vuelve a recaer en Benito Armando, quien continúa haciendo historia llenándose de blasones y poniendo en alto el nombre del arbitraje mexicano, al convertirse en el primer silbante en pitar en dos ocasiones la final del que empieza a ser prestigiado torneo.

Recordemos que ya el Mundial de Alemania 2006, Archundia tuvo el honor de empatar a Horacio Elizondo (quien en un caso insólito pitó la inauguración y la final), en ser los primeros jueces en dirigir cinco partidos en una misma Copa del Mundo.

El Mundial de Clubes, tuvo sus orígenes en la Copa Intercontinental, en donde se enfrentaban el campeón de la Champions League contra el monarca de la Copa Libertadores; por lo que me parece importante recordar que ya otro arbitrazo mexicano tuvo en su momento la dicha de llevar la batuta en esta clase de finales, cuando en 1981, se enfrentaron en el país del sol naciente, el Aston Villa (1) de Inglaterra, contra el Flamengo (3) de Brasil, en donde jugaba el “Pelé Blanco” Arthur Antunes Coimbra Zico.

Ya adivinó usted estimado aficionado, me refiero a mi entrañable amigo, el coronel… Mario Rubio.