Opinion

Cuentan algunos de los panistas interesados en la carrera presidencial del 2012 que en pláticas informales recientes el presidente Calderón les ha dado banderazo para iniciar el proselitismo abierto desde sus posiciones políticas actuales.

A los panistas ya les urge arrancar. Absorbidos por las coyunturas que implica ser gobierno y trabajar de lleno para la imagen y gestión del Presidente, no se han dado tiempo para posicionar claramente a las figuras que podrían disputar la sucesión.

El asunto se ha vuelto de mayor atención para ellos porque el PRI luce adelantado, con aspirantes definidos y bien ubicados en las encuestas (no necesariamente serán los que lleguen al final de la contienda, pero por lo menos hay caballos corriendo en la pista).

La pregunta sigue siendo si Calderón decidirá a quién quiere de candidato de su partido o abrirá el juego y permitirá a las otras corrientes panistas apostar por “la grande”. Si jugará como Fox o se acordará de lo que tuvo que pasar él mismo para quedarse con la candidatura presidencial.

Los que han hablado con él del tema sienten que faltan señales contundentes de que pueden arrancar los presidenciables panistas a buscar sus puntos porcentuales. No han bastado los permisos otorgados informalmente porque no quieren incomodar al gobernante.

En este contexto, habrá que ver quiénes serán los escogidos. De entrada, por el lado de los calderonistas, la decisión de Los Pinos de posicionar la agenda social por encima de la seguridad en el segundo tramo del sexenio da al titular de Sedesol, Ernesto Cordero, un reflector privilegiado, que seguramente se irá haciendo más notorio en apariciones mediáticas.

Pero difícilmente irá solo. No únicamente porque en el grupo del Presidente habrá otros interesados en posicionarse, sino porque desde el Bajío se habla ya de intenciones. Algunos gobernadores realizan intensos sondeos entre los panistas para “medir el agua” a sus posibilidades. Confían en que aun cuando les falte nombre y popularidad a nivel de la población general y las encuestas, puedan generar simpatías dentro del PAN —donde son más conocidos— al grado de poder arrebatar la candidatura. La hoja de ruta de los conservadores del Bajío es que antes de que termine el año habrán de definirse (el ejemplo Fox de arrancar temprano permea mucho en estos sectores).

Tardarse más, para el PAN, es seguirle dejando camino libre al PRI y sus aspirantes. Y lo mismo aplica para el PRD, que a nivel nacional sigue teniendo una brecha gigante que remontar si quiere ser competitivo en el 2012. El reloj aprieta porque las nuevas reglas electorales emanadas de la más reciente reforma complican la construcción de nuevas figuras candidateables y favorece a los ya conocidos.

SACIAMORBOS

La perdición del verde fue el negro.