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Atando cabos | Denise Maerker

A quién representan

Realizó sus estudios profesionales en Ciencias Económicas y Sociales en la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica, la Maestría en Cienci ...

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Viernes 23 de octubre de 2009

¿A quién representan hoy los diputados? Porque a nosotros es obvio que no. Y por nosotros entiendo a los contribuyentes y a los ciudadanos en general. Y no los cuestiono porque nos aumentaron los impuestos, no. Tarde o temprano iba a ocurrir y es seguro que lo tendrán que volver hacer el año que viene y el que viene. Se nos acabó el petróleo y nos agarró (los agarró) sin un sistema de recaudación sólido que sostenga las finanzas publicas del país.

Desde luego que a nadie nos gusta pagar más, pero hay formas. No es lo mismo que nos quiten 4% de nuestra capacidad adquisitiva sin ofrecernos nada a cambio, a que nos planteen una salida valiente, eficaz aunque dolorosa, para resolver el problema del país en los próximos cinco a 10 años. No es lo mismo si nos demostraran que ahora sí los que no pagaban van a pagar. O si hubieran hecho un compromiso solemne, consensuado y público asegurándonos que el recorte a sus ingresos será aún mayor. Pero de eso ni una palabra. Nada acerca de los privilegios, de los muchos dispendios, de la ineficiencia del gasto, nada.

Por eso, la madrugada del martes me preguntaba: ¿a quiénes representan? ¿Qué intereses defienden? ¿Por qué se les ve tan ansiosos de que pase algo tan insatisfactorio para todos los contribuyentes? Pues porque justamente no estaban pensando en nosotros. No les preocupa lo que piensen sus electores sino sus jefes: los gobernadores, sus partidos y en algunos casos el Presidente. De ellos dependen su futuro, su carrera y sus privilegios. Son a ellos a los que eficazmente representan. Los priístas votaron a favor porque la mayoría representa con gran lealtad al gobernador que lo puso ahí. Y para ellos lo importante no era saber si subían o no los impuestos sino asegurar que se juntara lo suficiente —como sea— y que la mayor cantidad quedara en manos de los gobernadores, para que lo sigan gastando, sin ninguna transparencia ni control, en construirse imagen de presidenciables y arrollando en las elecciones locales.

El PRD estaba preocupado por garantizarle a Marcelo Ebrard, el dinero que pidió, y los otros, a lo suyo: los gritos y el chacoteo estéril. Es verdad, Fernández Noroña y su banda estaban en contra y lo hicieron saber, pero de nada nos sirvió, ni una coma fueron capaces de cambiar.

El martes en la madrugada perdimos nosotros y ganaron los que se oponen a la reelección de los diputados porque saben que perderían el control que ejercen sobre ellos y que les garantiza su futuro político. Eso es lo que estaba en juego, no nuestro dinero.



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