Opinion

Sí, la gente está harta del servicio que ofrecía lo que fue Luz y Fuerza del Centro; lo dicen encuestas, lo dicen sondeos en internet; hombre, salga a la banqueta y pregunte. Sí, los empresarios están hartos de lidiar con funcionarios corruptos e ineficientes, que vuelven humo presupuestos de miles de millones de pesos; que se sienten dioses cuando el ciudadano común, ése que los mantiene, se les hinca para que hagan su trabajo. Sí, los mexicanos están cansados de los líderes sindicales charros que con arreglos políticos se mantienen en el poder y que llevan un tren de vida que deben llevar los dictadores africanos. Sí, los ciudadanos están hasta la coronilla de Luz y Fuerza del Centro, y de su dirigente sindical, Martín Esparza, dicen encuestas y sondeos. Tan hartos están de él, como de Elba Esther Gordillo, líder del sindicato de maestros; de Valdemar Gutiérrez, del Seguro Social; de Carlos Romero Deschamps, de Petróleos Mexicanos. Nos queda claro que estos tres últimos sí abonan votos para la causa del PAN, y que han estado cerca de los gobiernos panistas en Los Pinos. Pero ahora sí viene la mano dura contra las actividades públicas corrompidas por los sindicatos, ¿no? Siguen Gordillo, Gutiérrez y Romero Deschamps, ¿verdad? Seguro alguno de ellos hasta cárcel merecerá, ¿no? Sí siguen esos otros, aunque le den votos al PAN, ¿verdad que sí?

Muchos se preguntan qué hará el presidente del PRD nacional, Jesús Ortega Martínez, después del apagón de Luz y Fuerza del Centro. Podría responderse muy fácil: que apoyará al sindicato, identificado con la izquierda. Pues no. La agenda para mañana de Ortega dice que asistirá a la presentación de la propuesta de Paquete Económico para 2010 que el PRD realizará a senadores y diputados federales en el Palacio Legislativo. Y nada más. Como si no pasara nada. Pues así como va, pronto se le hará su soñada sociedad con el PAN para competir electoralmente en estados como Oaxaca, Tabasco o Veracruz, ¿no?

Por cierto, con tanto periplo pasó casi inadvertida el fin de semana la noticia de que el IMSS conjuró la huelga y se arregló con su sindicato mediante un aumento de 3.9%. La cifra llama la atención porque es el primer acuerdo en la ronda de negociaciones con sindicatos de cara a 2010. Hasta ahora los incrementos pactados giraban en torno a 4.9%, por lo cual el recorte de un punto parece definir el nuevo criterio. Ni Daniel Karam, director, ni Valdemar Gutiérrez, líder sindical, habrían obtenido lo que buscaban, pero los números no daban para otra cosa que un arreglo discreto ante la delicada situación financiera del instituto.

Apunte final: Obviamente hay “plan B” por si los ahora ex empleados de Luz y Fuerza del Centro no aceptan la liquidación que se les ofrece. Y decimos “obviamente” porque sacar a miles de inconformes a la calle, en plena crisis económica y ante el descontento social creciente ameritaría, digamos, plantearse más de un escenario, ¿no?