aviso-oportuno.com.mx

Suscríbase por internet o llame al 5237-0800




Atando cabos | Denise Maerker

Una decisión

Realizó sus estudios profesionales en Ciencias Económicas y Sociales en la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica, la Maestría en Cienci ...

Más de Denise Maerker



COLUMNAS ANTERIORES


Ver más columnas

Lunes 12 de octubre de 2009

Felipe Calderón tomó la decisión de liquidar Luz y Fuerza del Centro. Lo primero es destacar que tomó una decisión, y eso en sí mismo es algo que se tiene que festejar porque fuera del ámbito de la seguridad, su gobierno no se ha caracterizado por sus definiciones. Segundo, toma una decisión que afecta intereses legítimos e ilegítimos. Entre los primeros, por supuesto el de los trabajadores, que por muy bien que se les indemnice habrán perdido su empleo y la seguridad que sentían al estar arropados por su contrato colectivo. Se verán afectados también todos aquellos que durante años se beneficiaron directa o indirectamente de un sistema corrupto e ineficiente. Pero también se afecta a un sindicato poderoso, rico y aliado del movimiento de López Obrador. ¿Que el SME era una importante fuente de ingresos para ese movimiento? No sé, no he visto a nadie presentar pruebas al respecto, pero desde luego era un apoyo importante en movilizaciones, marchas y plantones. La decisión entonces implica también para el Presidente tomar el pulso de la correlación de fuerzas entre él y su adversario de siempre, López Obrador.

Hay que decir a su favor que decidió asumiendo plenamente la responsabilidad de hacerlo sin pretender engañar a nadie, achacándosela a un supuesto comportamiento irresponsable o potencialmente peligroso del sindicato. Qué bueno que sea así, bienvenida la claridad.

La decisión se justificaba desde hace mucho por la situación de la empresa. Los números, repetidos recientemente hasta el cansancio, son abrumadores: LyFC perdía por robos e ineficiencias 30% de la electricidad (CFE alrededor de 10%), un subsidio anual de más de 40 mil millones de pesos y 50% más del personal necesario para su operación.

La responsabilidad desde luego no es exclusiva del sindicato. Poco ayudó efectivamente la estructura interna de poder del SME que volvía prácticamente imposible cualquier política de modernización y que mantenía a los dirigentes muy temerosos de las bases, pero varios gobiernos enfrentados con el problema concedieron aumentos y beneficios —insostenibles con el tiempo— con tal de transferirle a otros la responsabilidad y el peligro político que implicaba resolverlos.

No hay duda: es una decisión importante y necesaria que pone fin a la aberración que significaba asignarle la misma cantidad de recursos públicos a una empresa corrupta e ineficaz que al programa Oportunidades. Habrá ahora que esperar para ver cuál es la solución que propone el gobierno.

Y si el Presidente ahora sí va a tomar decisiones necesarias: pues sólo recordarle que a su lado tiene a Elba Esther y a Romero Deschamps.



Comenta la Nota
PUBLICIDAD.