Opinion

Los más contentos con el nacimiento de CKD sin lugar a dudas eran Luis Téllez, presidente de la BMV, y Alonso Quintana, vicepresidente de Finanzas de ICA, porque su subsidiaria Red de Carreteras de Occidente (RCO) colocó 6 mil 500 millones de pesos en una emisión que en su totalidad absorbió el mercado mexicano y que es la más elevada en cuanto a su monto en los últimos años. El esquema utilizado fue un fideicomiso para el incremento de capital de RCO que tendrá hoy 31.9% de la firma; ICA conserva 13.6% y Goldman Sachs Global Infraestructure Partners sigue como mayoritario con 54.5%.

RCO maneja una de las principales redes de carreteras del país: las autopistas Maravatío-Zaplonatejo-Lagos de Moreno; León-Aguazcalientes y Guadalajara-Zaplotanejo. Los recursos captados se destinarán para prepago de deuda, y lo interesante es que tres Afores tendrán asiento en el Consejo de Administración de RCO, porque cada una pagó mil 500 millones de pesos, y lo lamentable es que ni las autoridades financieras ni la BMV proporcionó el nombre de las Afores, a pesar de la polémica generada en torno a la inversión de las Afores en el instrumentos de infraestructura, que si bien es cierto representan una opción de mayor rendimiento, también hay un riesgo.

Lo que deberían recordar las Afores es que no están invirtiendo sus recursos sino de los trabajadores; ojalá Moisés Swchartz, presidente de la Comisión Nacional del SAR, obligue a todas las Afores a revelar claramente las inversiones que realicen en instrumentos de infraestructura para que sean los trabajadores quienes decidan si permanecen en esa Afore o se cambian a una más conservadora en cuanto a su cartera de inversión.

WAMEX, MACQUARIE, ARRACHERA HOUSE, SIGUIENTES

Tras la colocación de los CKD de Red de Carreteras de Occidente, están ya en puerta tres nuevas emisiones. Una de ellas es del Wamex, un fondo de capital privado fundado por Ernesto y Christian Warnholtz, que se enfocará a invertir en empresas y financiar proyectos de inversión. La inversión más importante en cuanto a su monto será la del fondo australiano Macquarie, que piensa iniciar operaciones en México de manera agresiva, y el tercer CKD de un monto muy inferior es el de la cadena de restaurantes Arrachera House.

Una de las ventajas de los nuevos CKD es que no sólo están diseñados para grandes proyectos carreteros o de infraestructura, sino para todo tipo de proyectos empresariales y de capital privado. Desde luego hay un riesgo ligado al éxito de cada proyecto, por no ser instrumentos ligados al pago de principal o de intereses, sino del desarrollo de cada proyecto, por lo que sólo están disponibles para inversionistas institucionales.

Los inversionistas, personas físicas que deseen participar, sólo podrán hacerlo a través de fondos de inversión, y la CNBV exige que firmen una carta en la que aceptan conocer los riesgos y el esquema de costos.

HOY, DÍA “D” PARA SME

Pese a todas las presiones, Javier Lozano, el secretario del Trabajo, no otorgará a Martín Esparza la toma de nota como dirigente del Sindicato Mexicano de Electricistas, quien pese a sus amenazas iniciales no pretende ya realizar un paro en el servicio eléctrico, porque no cuenta con el apoyo de la totalidad de los trabajadores, que están muy divididos por el proceso de reelección y porque además el presidente Calderón no está dispuesto a dejarse intimidar.

Hoy vence el plazo para la toma de nota que la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) no otorgará por las múltiples irregularidades en el padrón de trabajadores que votaron, y aunque Esparza afirma que ganó por menos de 400 votos, no ha podido demostrarlo, y al no ser líder oficial del SME, no tendrá representación ni acceso a los multimillonarios fondos del sindicato, mientras que su contrincante, Alejandro Muñoz, de la planilla Transparencia Sindical, se mantiene oficialmente como tesorero del SME y está en espera de que la Junta de Conciliación y Arbitraje emita su fallo en torno a la demanda que presentó para declarar nulas las elecciones.

La situación es muy preocupante, porque Esparza busca el apoyo del PT y del PRD y de otros sindicatos afines para presionar por su toma de nota, aunque lo ideal sería que se realizaran nuevas elecciones supervisadas por la STPS para garantizar que no se repitan anomalías en la votación.

La interrogante es si el gobierno está dispuesto a una requisa y a desaparecer a Luz y Fuerza del Centro (LyFC), que recibe un subsidio anual de 42 mil millones de pesos.