Opinion

¡Ojalá los políticos hablaran ante nosotros con la franqueza con la que se dirigen a los académicos gringos!

Demetrio Sodi, candidato del PAN a la delegación Miguel Hidalgo, estuvo en la Universidad de Yale en 2006 y ahí dijo muchas verdades. Por ejemplo: “En el caso de las elecciones, el gran problema es la cantidad de dinero que tienes que obtener para competir; yo acabo de participar en una elección. Hace seis meses fui candidato al Distrito Federal. Si quieres competir tienes que obtener dinero de todos lados. Y les diré: 70% de lo que gastas no está controlado por el Instituto Federal Electoral. Hay muchas formas de gastar dinero fuera de la reglamentación”.

¿En qué se gastan el dinero que no controla el IFE?

Le hablamos a Demetrio, que tuvo la elegancia de responder, y nos dijo: el dinero se gasta en el trabajo de tierra. Es decir, en los llamados promotores del voto, esos dizque voluntarios que invitan puerta a puerta a votar por un candidato; en las despensas y en los 500 pesos que le dan a los electores amigos el día de la votación. Todo eso escapa al control del IFE y es por lo tanto ilegal; Demetrio lo reconoce en su conferencia. Nos dio cifras: cada promotor cobra 4 mil pesos al mes; él acepta haber contratado mil en la campaña de 2006, y que lo hizo por ocho meses, es decir, gastó en eso 32 millones de pesos.

Es cierto, como dice Demetrio, que quien mayor acceso tiene a estos recursos son quienes gobiernan. El Partido Revolucionario Institucional ha demostrado que en sus estados es casi invencible. En el estado de México me consta el trabajo de calle que está haciendo el PRI. Una y otra vez sus promotores visitan casa por casa. El 10 de mayo repartieron rosas para las madrecitas hasta en el más lejano caserío.

Otra verdad. Los políticos no tienen prisa. Ya lo sabíamos, pero Demetrio nos lo recuerda: “No creo en situaciones catastróficas, ‘si no hacemos esto, México va a tener un gran problema’, eso no es verdad. Si no hacemos nada, en México el próximo año va a ser no muy bueno, va a ser… mediocre. De verdad, no hemos hecho nada después del TLC. Incluso si no hacemos nada, ninguna reforma, México va a crecer 3% o 3.5% porque nuestra economía está completamente relacionada con Estados Unidos”.

Eso es, nuestra clase política se conforma con la mediocridad. Duele oírlo hoy que nuestra economía está cayendo más de 8%. Pero para qué apurarse, para qué ceder en las negociaciones, para qué preocuparse si aquí, como les dijo Demetrio a los gringos, aquí “nunca pasa nada, hasta que pasa y cuando pasa, no pasa nada”.