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Itinerario Político | Ricardo Alemán

Gobiernos inútiles

Nació en la ciudad de México en 1955 e inició en 1980 su carrera profesional como reportero del diario "A.M." de León Guanajuato. Ha trabaj ...

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La fuga de 53 reos de la “estancia de meditación” en que terminó la cárcel estatal de Zacatecas —porque nadie puede llamarle prisión y menos Centro de Readaptación Social— confirmó lo que era un escandaloso secreto a voces: los gobiernos estatales —como el de Amalia García— no sólo son incapaces de combatir al crimen organizado y capturar a los narcotraficantes

Domingo 24 de mayo de 2009

No combaten el narcotráfico

Y convierten penales en recreo

La fuga de 53 reos de la “estancia de meditación” en que terminó la cárcel estatal de Zacatecas —porque nadie puede llamarle prisión y menos Centro de Readaptación Social— confirmó lo que era un escandaloso secreto a voces: los gobiernos estatales —como el de Amalia García— no sólo son incapaces de combatir al crimen organizado y capturar a los narcotraficantes. Tampoco son capaces de retenerlos.

Y, en efecto, los gobernadores de todos los signos partidistas —PRI, PAN y PRD— y de las 32 entidades pueden apelar todo lo que quieran a la “cacareada división de poderes”, pueden “decir misa” si quieren sobre la “soberanía de los estados”, pero está claro que ni gobiernan y menos hacen su parte en las funciones básicas que les corresponden.

La crisis de Zacatecas y del gobierno de Amalia García —mirilla a lo que pasa en todo el país— dejan claro que es obsoleta, inoperante y caduca la concepción republicana que sustenta al Estado mexicano. ¿Por qué? Porque, en teoría, el basamento de la República se edifica sobre la libertad de los municipios y la autonomía de las 32 entidades. En la práctica, municipio libre y autonomía estatal no son más que sinónimos del estado patrimonial y territorial en que ha terminado la alternancia del poder.

Es decir, la libertad del municipio y la soberanía de los estados sólo sirven para delimitar al partido que tiene el control político y territorial de tal o cual municipio o estado. Salvo excepciones —que confirman la regla—, ningún alcalde o gobernador estatal es capaz del ejercicio de gobernar.

Ejecutivos corruptos

A pesar de lo obvio —la ridícula fuga de 53 reos de una dizque cárcel—, resulta injusto colocar a Zacatecas y al gobierno de García como ejemplos no sólo de ingobernabilidad y corrupción de ejecutivos estatales inútiles para el ejercicio del poder. Ha habido ejemplos aún más patéticos de alcaldes, gobernadores y presidentes de la República que ocuparon y ocupan la silla del poder en los tres órdenes de gobierno y que nunca se enteraron del significado de gobernar. El “¿yo por qué?” de Fox resulta emblemático.

Y ejemplos sobran. Podemos empezar por las cárceles de dizque alta seguridad. ¿No se fugó El Chapo? ¿De qué tamaño es el negocio en esas prisiones? ¿Y qué decir de las del DF? ¿Qué no es cierto que René Bejarano vivía en departamento de lujo en sus tiempos de prisión? En los primeros cinco meses de 2009 —por citar sólo una fecha referencial—, se han producido motines en las cárceles de la mitad de los estados del país. ¿Por qué? ¿Cuántas cárceles del DF, Guadalajara, Nuevo León, son verdaderas bodegas del crimen organizado y el narco? La respuesta en todos los casos se llama corrupción.

Y es que el negocio de la privación de la libertad —contraparte del negocio del secuestro—, es tanto o más rentable que la privación ilegal de la libertad. Por donde se les quiera ver, las prisiones son rentables negocios de los que alcaldes y gobernadores no están ajenos. En Zacatecas era un secreto a voces que los presos vinculados al crimen organizado y al narcotráfico eran dueños de la cárcel. Mantenían el control a partir del autogobierno, lo que convierte el sistema penitenciario en una burla. Zacatecas sólo es la punta de la madeja. ¿Cuántos penales del país están igual? Todos, y los gobiernos estatales son corresponsables de la escandalosa corrupción.

Y también inútiles

Pero la incapacidad de los gobiernos estatales para el ejercicio del poder y el gobierno no se queda sólo en el caso de los panales. En el fondo, los alcaldes de todo el país, y los gobernadores de las 32 entidades tampoco gobiernan en temas como educación, salud, el campo, y menos en el ejercicio de libertades básicas. Si alguien pregunta por los ejemplos, verá lo ilustrativo del caso.

Si acude a las estadísticas de manifestaciones, plantones y mítines celebrados en el DF en las décadas recientes, verá que ocho de cada 10 movilizaciones tienen como origen la incapacidad de gobiernos municipales y estatales para resolver problemas de sus habitantes. Todo problema de cualquiera de las 32 entidades o de los más de 2 mil municipios termina en el DF, resuelto por autoridades federales. ¿Por qué esa aberración? Porque los gobiernos municipales o estatales suelen ser inútiles.

Zacatecas resulta emblemático no por descubrir el hilo negro, sino porque la corrupción y la inutilidad de un gobierno como el de Amalia García quedó exhibida en video y porque su otrora compañero de partido y ex gobernador, Ricardo Monreal, alzó la voz para señalar los niveles de complicidad y corrupción. Pero igual que en los escándalos recientes, una vez pasado el efecto mediático, el caso será olvidado.

En el camino

La Asamblea del DF propuso al gobierno de Marcelo Ebrard cerrar definitivamente la planta Gas Padilla, por quejas de los vecinos de la colonia Granjas Modernas, de Gustavo A. Madero. Pero parientes y colaboradores del jefe de Gobierno cabildean para abrirla. ¿Quién da más?, se escucha.



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